El final de una sucesi¨®n err¨¢tica
La venta de Chupa Chups constituye un buen ejemplo del dif¨ªcil reto de la sucesi¨®n en las empresas familiares. En el caso de la multinacional catalana representa, adem¨¢s, el punto final a una gesti¨®n err¨¢tica por parte de la segunda generaci¨®n, con varios ejecutivos externos y variaciones en la estrategia hacia un modelo de vender mucho y barato.
Los notorios ¨¦xitos alcanzados por la empresa no le han librado de las crisis. Como la que en 2002, con unos n¨²meros rojos de 15 millones de euros, le llev¨® a una profunda reorganizaci¨®n y un repliegue internacional, que culmin¨® el a?o pasado con la vuelta a la rentabilidad. P¨¦rdidas, asimismo, que en 2003 provocaron que el Gobierno catal¨¢n acudiera a su rescate con un cr¨¦dito -con la garant¨ªa de la Casa Batll¨®, la joya de Gaud¨ª- de 35 millones de euros, que est¨¢ siendo investigado por la Comisi¨®n Europea.
Tras cinco a?os apartada de la gesti¨®n, la familia volvi¨® a tomar las riendas de la compa?¨ªa en 2005. "La gesti¨®n externa nos ha hecho perder terreno", aseguraba Xavier Bernat, al poco de regresar a la presidencia ejecutiva.
Sin m¨²sculo financiero para acometer adquisiciones, la estrategia de suplir la falta de tama?o con alianzas con distribuidores internacionales no ha funcionado. Se impon¨ªa una soluci¨®n urgentemente, que pasaba por sacar parte de la compa?¨ªa a Bolsa, dar entrada a un socio minoritario o venderla por completo. Esta era la opci¨®n preferida de los hermanos m¨¢s apartados del d¨ªa a d¨ªa de la empresa, como Ramon (garante de los negocios patrimoniales de la familia) o Nina (Casa Batll¨®), en contraposici¨®n a Marcos (responsable de mercadotecnia de Chupa Chups) y del propio Xavier. "Si la familia ha vuelto es porque queremos cuidar el negocio al m¨¢ximo" afirmaba el presidente hace menos de un a?o. Pero apostillaba: "En la vida no existe el nunca jam¨¢s".
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