"El talento lo pusimos nosotros"
Lippi destaca el "coraz¨®n" y la "voluntad" de sus jugadores "contra m¨¢s de 60.000 alemanes"
El llanto desconsolado de Ballack mientras trataba precisamente de consolar a sus compa?eros fue anoche la imagen de un pa¨ªs que llor¨® la derrota. Hubo lagrimas en el volc¨¢n de Dortmund, como calific¨® Bierhoff al estadio donde el anfitri¨®n perdi¨® el tren a Berl¨ªn. Un zarpazo de Grosso destroz¨® las ilusiones del pueblo germano, los sue?os de sus futbolistas y la idea revolucionaria de J¨¹rgen Klinsmann, preparado para todo menos para caer como lo hizo: "S¨ª; tan al final duele m¨¢s. Pero ser¨ªa absurdo decir que los italianos no han hecho m¨¦ritos".
Por eso Klinsmann se qued¨® clavado en su ¨¢rea t¨¦cnica mientras Marcello Lippi celebraba con los suyos el triunfo, Pirlo era nombrado el mejor jugador del partido y se derrumbaba el mito del Westfalenstadium: por primera vez en 15 encuentros en ¨¦l, Alemania fue batida. Tuvo que ser contra Italia, a la que jam¨¢s ha ganado en la Copa del Mundo. Lo consigui¨® Italia con Gilardino, Totti, Del Piero, Iaquinta y Pirlo sobre el campo. Nunca tanto talento junto vestido de azul. As¨ª que, por sorprendente, Lippi tuvo que explicarlo: "El partido estaba roto: ahora ataco yo y ahora t¨². Nuestra defensa es brava. Era un lance que deb¨ªa decidirse por un golpe de talento. Y, sinceramente, el talento lo pusimos nosotros".
Klinsmann: "Perder tan al final duele m¨¢s. Pero ser¨ªa absurdo decir que los italianos no han hecho m¨¦ritos"
"Habr¨ªa sido una gran injusticia perder", asegur¨® Lippi antes de explayarse: "Por el control que siempre tuvimos y tambi¨¦n por las ocasiones, fue molto bello". "No es f¨¢cil jugar contra m¨¢s de 60.000 alemanes, pero mis chicos han estado fant¨¢sticos. Con coraz¨®n, con voluntad, jugando con gran simplicidad", continu¨® Lippi, que reconoci¨® que el ambiente fue "propio de un gran evento".
"?Una alegr¨ªa para el penoso momento que vive el calcio?", se le pregunt¨®. "El calcio vive un momento fant¨¢stico. El resto no lo s¨¦", se limit¨® a responder tras rehusar hablar de las acusaciones de la fiscalia italiana sobre la corrupci¨®n que pueden condenar al descenso a la Juventus que entren¨® en su d¨ªa. En una noche de fiesta, no era el momento para que nadie le pisara la guitarra.
Los alemanes, que abandonaron el terreno de juego al son del Nunca caminar¨¢s solo, lamieron sus heridas acord¨¢ndose de la pena de los aficionados. Lo dijo Lahm, pero lo pudo decir cualquiera. "La derrota me duele especialmente por esta gente y por todos los que a lo largo del campeonato nos han estado animando all¨ª donde hemos jugado", confes¨® con l¨¢grimas en los ojos.
A Klinsmann le toc¨® recordar que les queda un ¨²ltimo objetivo: "Queremos ser los terceros. Nos falta un encuentro [contra el perdedor del Francia-Portugal] y queremos ganarlo para concluir con un buen sabor de boca". Un parche al desconsuelo de un hombre que, en cualquier caso, levant¨® la cabeza orgulloso. "Podemos sentirnos satisfechos. Nos habr¨ªa gustado llegar a la final, pero hemos ense?ado una nueva cara del f¨²tbol alem¨¢n al mundo y eso tambi¨¦n es muy importante", destac¨®. Y concluy¨®: "Hemos hecho un torneo fant¨¢stico. Desde el duelo con Costa Rica, quisimos atacar, jugar, tocar... Un juego moderno, diferente al anterior".
"Nuestra ola os lleva a la final", se pod¨ªa leer en una pancarta mostrada por los seguidores del gol sur, que al salir los equipos al terreno de juego confeccionaron un mosaico blanco, sobre el que se dibujaban tres colores: rojo, negro y amarillo, los colores de la bandera alemana. Todo el pa¨ªs miraba a la cuenca del Rhur y la ciudad de Dortmund no defraud¨® durante el d¨ªa -no hubo que registrar ning¨²n incidente entre ambas aficiones- ni tampoco durante el partido, cuando anim¨® sin descanso a sus jugadores. Vendidas todas las localidades, en la reventa se pagaron m¨¢s de mil euros por un ticket. El presidente del Athletic, Fernando Lamikiz, algo molesto por las ¨²ltimas declaraciones de Javier Clemente, acompa?ado por cinco amigos, algunos directivos de su junta, presenci¨® el envite desde una de las tribunas del estadio. All¨ª comprobaron c¨®mo, por una vez, la afici¨®n de Dortmund olvidaba que Ballack, Lahm y Mertesacker juegan en el Bayern M¨²nich, trat¨¢ndoles como trat¨® a Kehl y Metzelder, los dos jugadores del Dortmund presentes en el once titular. Se trataba de llegar a Berl¨ªn y una camiseta un¨ªa a todos los jugadores con los aficionados
Alemania nunca hab¨ªa perdido en Dortmund en los catorce partidos disputados con anterioridad y hab¨ªa logrado 59 goles por s¨®lo siete recibidos. S¨®lo una vez, en 1977, empat¨® contra Gales. Italia nunca hab¨ªa perdido contra Alemania en un partido del Mundial. Chile 62 (0-0), M¨¦xico 70 (4-3, en una semifinal que pas¨® a la historia como el partido del siglo), Argentina 78 (0-0) y Espa?a 82 (3-1 en la final) eran unos antecedentes que no parec¨ªan contar para los aficionados camino del estadio, de un campo al que podr¨ªan quitarle los asientos y nadie se dar¨ªa cuenta, especialmente en la zona de los goles. All¨ª, la emoci¨®n del duelo se vivi¨® de pie desde el primero al ¨²ltimo minuto, en medio de un griter¨ªo ensordecedor. A la afici¨®n italiana, elegante hasta para ir al f¨²tbol, se la vio por los alrededores, pero, empezado el encuentro, sucumbi¨® a la marea blanca del volc¨¢n de Dortmund. "?Finale, oh-oh-oh!", cantaban al entrar al campo. Estaba claro que, por lo menos, ellos hab¨ªan ganado por goleada.
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