El 'Discovery' parte al fin con destino a la Estaci¨®n Espacial Internacional

A las 20.38, hora peninsular, parti¨® ayer el transbordador espacial Discovery con rumbo a la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS), a la que llegar¨¢ ma?ana. Fue el tercer intento de lanzamiento, tras las dos suspensiones del fin de semana pasado (el s¨¢bado y el domingo) debido a las condiciones meteorol¨®gicas adversas en el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Ca?averal (Florida). El primer objetivo de la misi¨®n es verificar si son efectivas las modificaciones hechas en los transbordadores para evitar que pueda producirse un accidente como el que cost¨® la vida a siete astronautas en el Columbia en 2003.

La nave lleva en la bodega 2,5 toneladas de suministros para la base orbital

La NASA ha invertido unos 1.000 millones de euros en las modificaciones de los transbordadores para reducir el tama?o y la cantidad de fragmentos de revestimiento t¨¦rmico del dep¨®sito principal de combustible. Estos fragmentos se desprenden en el lanzamiento y pueden golpear fatalmente a la nave.

Sin embargo, pese a todo el esfuerzo de ingenier¨ªa realizado, el exterior de ese dep¨®sito principal -la estructura central de color naranja del transbordador- sigue dando problemas. Todav¨ªa el lunes pasado, durante una inspecci¨®n de la nave mientras estaba en la plataforma de lanzamiento, los t¨¦cnicos descubrieron una fina raja de unos 15 cent¨ªmetros de longitud en la protecci¨®n t¨¦rmica. Los responsables de la NASA, una vez analizado el problema, consideraron que la lesi¨®n no era grave y dieron luz verde al viaje del transbordador.

Ayer, d¨ªa de la Fiesta Nacional de EE UU, el Discovery parti¨® con una tripulaci¨®n de siete astronautas -cinco hombres y dos mujeres- a bordo al mando del comandante Steve Lindsey. Uno de ellos es el astronauta alem¨¢n Thomas Reiter, de la Agencia Europea del Espacio (ESA), que se quedar¨¢ en la ISS seis meses, como primer integrante de la tripulaci¨®n permanente de la base orbital. Durante la misi¨®n est¨¢ previsto realizar dos paseos espaciales como m¨ªnimo, y tres si es posible.

El vuelo durar¨¢ casi 12 d¨ªas -con la posibilidad de alargarlo un d¨ªa m¨¢s- para aterrizar en la pista de la misma Base Espacial Kennedy, como primera opci¨®n, y en la Base Edwards de la Fuerza A¨¦rea estadounidense (en el desierto de Mojave, California), si las condiciones meteorol¨®gicas en Florida impidiesen el descenso all¨ª.

El Discovery lleva en su bodega de carga 2,5 toneladas de suministros necesarios en la ISS, aunque hace pocos d¨ªas lleg¨® a la base una nave de carga rusa Progress con material. El plan de vuelo dedica varias horas de trabajo a la descarga de la bodega de la nave. Pero la tarea primordial de los astronautas ser¨¢ revisar el estado de la nave con nuevos dispositivos y c¨¢maras instalados a bordo. El objetivo de estas revisiones, que no se hac¨ªan en los transbordadores en ¨®rbita hasta que el accidente del Columbia oblig¨® a modificar los procedimientos de seguridad, es inspeccionar la integridad del veh¨ªculo para su reentrada en la atm¨®sfera. Tambi¨¦n lleva el Discovery herramientas para realizar algunas reparaciones en ¨®rbita que se intentar¨¢n cumplir en esta misi¨®n, aunque no sea necesario, para verificar su eficacia.

Hace un a?o, el Discovery realiz¨® el primer vuelo de un transbordador tras el accidente del Columbia, en lo que la NASA denomin¨® Regreso al Espacio. Los desperfectos sufridos entonces durante el lanzamiento mantuvieron en vilo a la agencia espacial y el director de la misma, Michael Griffin, orden¨® la interrupci¨®n de la flota de nuevo hasta que no se solucionasen los problemas. Si el Discovery demuestra que el esfuerzo de reconfiguraci¨®n de la protecci¨®n t¨¦rmica ha sido ¨²til, est¨¢ previsto que salga el siguiente transbordador, el Atlantis, a finales de agosto.