Interpelaciones a Dios entre los obispos
No fue Benedicto XVI el primero que interpel¨® a Dios por lo ocurrido en el campo de concentraci¨®n de Auschwitz, pero su tremenda pregunta en su reciente viaje a Polonia -"?Por qu¨¦, Se?or, has tolerado esto?"- ha hecho fortuna entre el episcopado espa?ol, que la reitera con diferentes variaciones a causa del tr¨¢gico accidente del metro valenciano.
Benedicto XVI se hizo en Auschwitz una pregunta sin respuesta porque, dijo, nadie conoce los misterios de Dios, "y nos equivocamos si pretendemos ser jueces de Dios y de la Historia". El horror de Auschwitz, efectivamente, no admite respuesta: sobrepasa la capacidad del ser humano corriente para comprender por qu¨¦ unos hombres y un Gobierno -Hitler y el Ejecutivo alem¨¢n- maquinaron con meticulosidad semejante genocidio. Lo pregunt¨® de otra bella manera el fil¨®sofo alem¨¢n Teodoro Adorno: "?Es posible hacer poes¨ªa despu¨¦s de Auschwitz?", mucho antes que el te¨®logo Joseph Ratzinger.
Pura teodicea, de primer curso en esa materia. La pregunta est¨¢ en la noche de los tiempos del cristianismo. La hace el propio fundador en la cruz, cuando grita: "Se?or, se?or, por qu¨¦ me has abandonado (Mateo, 27, 46). El problema de fondo es, para los creyentes, la incompatibilidad de dos atributos de Dios, de su dios: el de la bondad y el de la omnipotencia. Porque, si es bueno Dios, ?c¨®mo puede permitir el mal? Y si es omnipotente, ?por qu¨¦ no lo evita? Voltaire, el gran ilustrado franc¨¦s se lo plante¨® tras el terremoto que destruy¨® Lisboa en 1755. Siempre hay alguien que pens¨® lo que ahora se nos ocurre.
Pero en Valencia, las preguntas tienen respuestas que parecen l¨®gicas: una obra p¨²blica deficiente, el fallo humano, exceso de velocidad, un punto negro ya advertido... Quiz¨¢s por ello los obispos que han hablado estos d¨ªas en el V Encuentro Mundial de las Familias no han hecho preguntas, sino afirmaciones. La m¨¢s contundente fue la del cardenal colombiano Alfonso L¨®pez Trujillo, el gran organizador del encuentro como presidente del romano Consejo Pontificio de la Familia: "Se?or, si hubieras estado aqu¨ª, mi hermano no hubiera muerto". La impertinencia es b¨ªblica, claro: es de Mar¨ªa, la hermana de L¨¢zaro de Betania, la hermana de Marta, cuando llega a su casa Jesucristo y le dan la noticia de que L¨¢zaro, posteriormente resucitado, acaba de morir.
?Abandonadas las v¨ªctimas, solos sus familiares? El Papa cambia su itinerario el pr¨®ximo fin de semana para reunirse con ellas en la Bas¨ªlica de la Virgen de los Desamparados porque, como ayer apunt¨® el cardenal arzobispo primado de Toledo, Antonio Ca?izares, "Dios no nos ha abandonado".
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