Volver del exilio a ninguna parte
Como un Ulises contempor¨¢neo, el profesor Dragom¨¢n regresa a su ciudad natal Kandor tras un largo exilio en Estados Unidos. Si Ulises era un semidi¨®s porque con su fuerza f¨ªsica y su astucia logr¨® vencer a los gigantes y a las fieras, un profesor de filosof¨ªa del siglo XX y XXI es un h¨¦roe porque se atreve a decir y escribir sus ideas y pensamientos sin someterlos a lo que pide su ¨¦poca. El retorno del Ulises actual a su patria no est¨¢ envuelto en pathos alguno: Dragom¨¢n est¨¢ de gira de conferencias en su pa¨ªs natal. Mientras que, tras una ausencia de diez a?os, pocas personas en ?taca se acuerdan de Ulises, y su mujer Pen¨¦lope ni siquiera le reconoce, a Dragom¨¢n todos sus antiguos amigos y compa?eros de estudios le reconocen de un modo cotidiano, desprovisto de cualquier grandeza o dramatismo. Dragom¨¢n, c¨ªnico con una dosis de romanticismo, tampoco se entrega a meditaciones proustianas sobre el paso del tiempo que lo marca todo. El profesor de filosof¨ªa m¨¢s bien toma nota sobre las peque?as astucias y los grandes maquiavelismos que han usado y siguen usando los hombres y mujeres de su entorno: primero para sobrevivir al comunismo convierten el r¨¦gimen totalitario en su aliado y luego, bajo la bandera del capitalismo, usan la misma t¨¢ctica. El Ulises contempor¨¢neo durante su largo viaje por tierras extranjeras -el profesor y conferenciante est¨¢ continuamente de gira- no recuerda su patria como un para¨ªso perdido que anhela recuperar: su ciudad natal es para ¨¦l un lugar donde enfrentarse con sus recuerdos no siempre gratos y frecuentemente te?idos con el color oscuro de la conciencia: si no directamente con los remordimientos, s¨ª con las preguntas sobre su comportamiento en diferentes situaciones l¨ªmite, sobre todo en la revuelta de 1956.
EL RELOJ DE PIEDRA
Gy?rgy Konr¨¢d
Traducci¨®n de Adan Kovacsics
Alianza. Madrid, 2006
468 p¨¢ginas. 24 euros
Desde el principio de El Reloj de Piedra, el lector sabe que la figura del Ulises moderno es un ¨¢lter ego de Gy?rgy Konr¨¢d, ese escritor h¨²ngaro que, desde hace ya varias d¨¦cadas, es punto de referencia, como novelista y ensayista y como uno de los m¨¢s prominentes disidentes del totalitarismo comunista. Muchos puntos de la biograf¨ªa del profesor Dragom¨¢n coinciden con los de Konr¨¢d, y Kandor, esa ciudad imaginaria, es Budapest. El autor gu¨ªa al lector por los paisajes de su juventud, los de despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial: por los primeros a?os del comunismo, sus pr¨¢cticas y su influencia en la cotidianidad de la gente, por las sublevaciones contra ¨¦l, que culminan en el oto?o de 1956 y acaban aplastadas por los tanques sovi¨¦ticos. Dragom¨¢n describe la revoluci¨®n de 1956 como una marcha de las masas y no se encuentra c¨®modo en ese escenario violento, porque siente aversi¨®n al culto de lo colectivo y desde?a a todo aquel que toma parte de manera ruidosa e irreflexiva en una acci¨®n, todo aquel que siente la necesidad de actuar, derribar algo, prenderle fuego. Los m¨¢s entusiastas de la sublevaci¨®n son los que ya se mostraban enardecidos en 1949, cuando los comunistas tomaron el poder en Hungr¨ªa. El retorno a su ciudad natal, en la que durante su juventud el protagonista-narrador experiment¨® distintas vivencias claves y varias situaciones l¨ªmite, le trae recuerdos de otros tiempos y hace aflorar los viejos fantasmas que datan de 1956, este a?o fat¨ªdico te?ido de sangre que, Dragom¨¢n se da cuenta de ello ahora, marc¨® su vida para siempre. Y la sangre derretida entonces tendr¨¢ dram¨¢ticas consecuencias en el futuro: la sangre no hace sino traer m¨¢s sangre.
Si El Reloj de Piedra fuera una composici¨®n musical, ser¨ªa una sinfon¨ªa ambiciosa y exigente, compuesta con un sorprendente y armonioso mosaico de evocaciones y recuerdos, reflexiones y poes¨ªa, escenas cl¨¢sicas y mon¨®logo interior. Se trata de una gran novela escrita en la gran tradici¨®n centroeuropea sobre uno de los temas clave de la literatura de todos los tiempos: el abandono de la tierra natal y el imposible retorno.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.