Mauresmo reacciona a tiempo
La francesa remonta un 'set' a la belga Henin gracias a su fortaleza y su capacidad intimidatoria
Am¨¦lie Mauresmo se recompuso a tiempo, dobleg¨® a Justine Henin y se alz¨®, por primera vez en su carrera, con el trofeo de Wimbledon (2-6, 6-3 y 6-4). Aunque sud¨® de lo lindo porque la belga despert¨® con un br¨ªo fant¨¢stico, estremecedor. Pero, al tiempo que se creci¨®, se derrumb¨®. La agresividad de la francesa hizo el resto.
Tembl¨® Mauresmo de inicio y lo pag¨® caro. Concedi¨® un set. Una ventaja sustancial cuando delante se encuentra Henin. La belga, a diferencia del resto de las jugadoras, posee la agilidad mental para seleccionar los golpes m¨¢s incisivos. Sobre la hierba, ante la fuerza bruta de Mauresmo, prefiri¨® los golpes cortados con su rev¨¦s y las continuas embestidas a la red tras un drive profundo sobre el punto d¨¦bil de la contrincante, su rev¨¦s. Henin, adem¨¢s, tendi¨® a subir a la red en tanto que Mauresmo recul¨® su posici¨®n hasta la l¨ªnea de fondo. La francesa es tendente a llevar la iniciativa y le cuesta actuar a la contra. Colocada a la perfecci¨®n, medidos los pasos antes de ejecutar los golpes, la belga ofreci¨® un recital sobre c¨®mo alinear los hombros para dar salida natural a sus ajustados drives. Pero, tras el contundente 6-2, todo cambi¨®.
Mauresmo tension¨® su musculatura y agudiz¨® el sentido de la lucha para reencontrar su mejor tenis, basado en su fortaleza e intimidaci¨®n. Dio un par de pasos hacia delante, alarg¨® el brazo y acab¨® los golpes por encima de los hombros. Su ataque indiscriminado tuvo un doble efecto: recobr¨® la confianza y resquebraj¨® la de su oponente. Henin, adem¨¢s, obvi¨® abrir los ¨¢ngulos, romper su mu?eca. Un aspecto que le pas¨® factura. Mauresmo suda de lo lindo cuando se ve obligada a conectar golpes en carrera. La francesa, entonces, soliviantada por los fallos de Henin, recobr¨® su efectividad en el primer servicio y apuntal¨® los puntos desde la red para cerrar un trabajado 6-3.
Henin concedi¨® un break al inicio del tercer set. Mauresmo, crecida, no volvi¨® a flaquear. Sentenciador 6-4. La fuerza se sobrepuso a la variedad de golpes de Henin. Ni es raro que los puristas vean en Henin la reencarnaci¨®n del tenis cl¨¢sico, ni que las jugadoras en ciernes visionen sus partidos para captar la esencia de sus movimientos. Ayer, sin embargo, qued¨® para el recuerdo la capacidad de superaci¨®n de Mauresmo, que se estren¨® en Wimbledon.
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