"En mis sue?os de ni?o ganaba la final"
Instalado en una casa junto al club, Rafael Nadal centra su estrategia en crear presi¨®n a Roger Federer
El gran d¨ªa estaba a punto de llegar, pero Rafael Nadal buscaba la tranquilidad, dejaba pasar las horas y s¨®lo pretend¨ªa sacarse de la cabeza la final del torneo de Wimbledon, hoy (Canal+, 15.00) contra el suizo Roger Federer. "En mis sue?os de ni?o, la ganaba", record¨® en su conferencia de prensa en ingl¨¦s. Ya en su casa, sentado en el suelo, ante los periodistas espa?oles, matizaba: "Aquello era s¨®lo un sue?o. La realidad es que tendr¨¦ que jugar al l¨ªmite de mi nivel. Y conseguir que Federer sienta la presi¨®n. Si la cosa se iguala, tendr¨¦ mis posibilidades, el partido estar¨¢ m¨¢s en mi terreno y no importar¨¢ ya que se est¨¦ disputando en hierba, en tierra batida o en cualquier superficie".
"Si se iguala el partido, no importar¨¢ que sea en hierba, tierra batida o cualquier superficie"
Esta vez Nadal ha decidido prepararse a fondo para disputar Wimbledon. Es la raz¨®n fundamental por la que ha conseguido llegar tan lejos. "Hace cuatro semanas que estoy en Londres y estoy ya saturado de hablar en ingl¨¦s. He agotado mi vocabulario. Pero he hecho lo que deb¨ªa y, estando en la final, siento que ya he hecho algo muy grande", asegura. Hasta ahora s¨®lo un espa?ol, Manolo Santana, ha conseguido ganar en la catedral ten¨ªstica la competici¨®n masculina. Pero de eso hace ya 40 a?os y ning¨²n otro hab¨ªa logrado alcanzar la final hasta que el viernes lo consigui¨® Nadal.
El mallorqu¨ªn, de 20 a?os, gan¨® su segundo Roland Garros consecutivo el 11 de junio y el 12 estaba ya peloteando en las pistas de Queen's. en Londres. Disput¨® all¨ª dos buenos partidos ante el estadounidense Mardy Fish y Fernando Verdasco y luego se retir¨® con problemas en un hombro cuando iba igualado a un set con el australiano Lleyton Hewitt. Fue una excelente preparaci¨®n. Regres¨® a Palma, grab¨® un anuncio televisivo y volvi¨® a la capital brit¨¢nica el martes anterior al inicio del certamen. "Hice lo adecuado. Eso me ayud¨® a coger confianza en mi juego, a ajustar mis golpes y a meterme de cabeza en las pistas de hierba", comenta ahora.
En el aspecto m¨¢s personal, por primera vez renunci¨® a vivir en un hotel en Londres y a tener que desplazarse cada d¨ªa a Wimbledon, un viaje que puede alargarse hasta los 40 minutos. Alquil¨® una casa a menos de 100 metros del All England Club y se instal¨® en ella desde su llegada a Londres. En sus primeros d¨ªas de estancia la comparti¨® con Feliciano L¨®pez y estuvo con su novia, Xisca, en Londres. "Creo que todo eso tambi¨¦n me ayud¨®", explica Nadal; "viviendo aqu¨ª, cambian muchas cosas. Si llueve, tienes un refugio fuera del club donde escuchar m¨²sica o ver la televisi¨®n y te sientes m¨¢s como en tu casa. Tiene sus inconvenientes, como tener muy pocas opciones de salir a cenar o hacer algo por la noche. Creo que en cuatro semanas he salido cuatro veces a cenar fuera. Pero te compensa. Puedes ir a entrenarte andando, regresar a casa, volver a entrenarte..."
Y, adem¨¢s, hacerse la comida. Nadal se ha revelado como un buen cocinero a quien le gusta especialmente hacer espaguetis al dente -"al diente", dijo ¨¦l en la conferencia de prensa-: "Me gustan con marisco y pescado. Pero aqu¨ª los he guisado con gambas, salm¨®n y cangrejo, con champi?ones y esp¨¢rragos o con lo que hubiera. Para m¨ª he cocinado cada d¨ªa y varias veces lo he hecho para todos. Y una cosa es segura: he comido mucho m¨¢s sano en casa que en cualquier restaurante". La casa tiene dos habitaciones individuales con cama grande, otras dos dobles, cocina-comedor y una sala de estar grande. En base a lo que suelen costar estas casas durante las semanas de Wimbledon, el precio puede aproximarse a los 15.000 euros. All¨ª viven tambi¨¦n su padre, Sebasti¨¢n; su t¨ªo Toni y su fisioterapeuta, Juan Antonio Martorell.
Todo eso le ha servido a Nadal para distraer su atenci¨®n los d¨ªas en que no ha jugado o cuando el mi¨¦rcoles pasado tuvo que mantenerse todo el d¨ªa a la espera para disputar los cuartos de final contra el finland¨¦s Jarko Nieminen, que finalmente fueron el jueves. Sin embargo, su cabeza ha seguido funcionando siempre como un ordenador, control¨¢ndolo todo, pensando en el pr¨®ximo partido y centrando sus esfuerzos en mejorar cada d¨ªa en la hierba. "Es cierto que he tenido que cambiar algunas cosas t¨¦cnicas de mi juego", razona; "intent¨¦ modificar mi grip [la forma de empu?ar la raqueta] para el drive al principio, pero fui regresando al habitual [el western, la raqueta m¨¢s cerrada] porque me siento mucho m¨¢s seguro. S¨ª he cambiado un poco para el rev¨¦s. Lo he abierto un poco para hacer el cortado. En el saque he cambiado s¨®lo la mentalidad: ahora busco el punto en cada servicio. He mejorado la volea y la movilidad en cada partido y los golpes de fondo los juego con el cuerpo muy encima de la bola para atacarla mejor. Pero lo que m¨¢s he cambiado es el resto. Lo tiro dos metros m¨¢s cerca de la pista de lo que lo tiraba en Roland Garros, lo que me permite poner mucha presi¨®n".
Aunque sabe que est¨¢ viviendo unos de los d¨ªas m¨¢s importantes de su carrera profesional, Nadal mantiene la calma. "No me acelero casi nunca", afirma con su habitual calma isle?a; "disfruto del d¨ªa de descanso y ya veremos lo que pasa. Es evidente que ¨¦l tiene m¨¢s presi¨®n que yo porque juega en su superficie favorita. Pero, cuidado, yo tambi¨¦n me estoy jugando el t¨ªtulo de Wimbledon. Preferir¨ªa jugar la final contra otro porque me ha tocado el rival m¨¢s dif¨ªcil, pero tambi¨¦n es un reto probarme contra ¨¦l en esta superficie. Ojal¨¢ pueda ganar ma?ana. Si no, espero tener m¨¢s oportunidades de hacerlo".
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