Seis muertos al caer un helic¨®ptero antiincendios en aguas de Tenerife

Un helic¨®ptero contratado por el Ministerio de Medio Ambiente para transporte de personas y de equipos en la lucha contra el fuego se precipit¨® ayer al mar por razones desconocidas a 2,5 kil¨®metros de Roque Bermejo, la punta noreste de Tenerife. A bordo iban seis personas. Los cad¨¢veres de cuatro de ellas fueron rescatados pronto. Los otros dos se hundieron con la cabina a 700 metros de profundidad. Eran el comandante Joaqu¨ªn Ortiz, de 54 a?os, una leyenda de la aviaci¨®n de rescate, y el copiloto Antonio Ruiz, de 29. Al anochecher apareci¨® flotando el cuerpo decapitado de uno de ellos.

El aparato se parti¨® en dos. La cabina se hundi¨® a 700 metros de profundidad

El helic¨®ptero era un modelo americano Sikorsky, S-61N. Entre los cuerpos rescatados se cuentan el del mec¨¢nico Jorge Luis Reyes, de 53 a?os, el del ingeniero de montes de la empresa Tragsa Alvaro Zapata, el de Marina Gonz¨¢lez y Tania Mart¨ªn. Ortiz, el comandante del aparato, hab¨ªa participado en innumerables actividades de rescate, con miles de vidas salvadas, muchas en situaciones al l¨ªmite. "Prefer¨ªa arriesgar su vida antes de dejar morir a alguien en alta mar", recordaban quienes le conocieron.

El aparato, matr¨ªcula EC-FJJ, es un helic¨®ptero gigantesco, bien conocido en Canarias porque modelos similares se utilizan para el rescate de navegantes e inmigrantes a la deriva. Tiene capacidad para 19 a 29 personas, autonom¨ªa de vuelo superior a las 300 millas (unos 540 kil¨®metros) y velocidad m¨¢xima de 200 kil¨®metros a la hora. La nave, contratada a la empresa Helicsa por el Ministerio de Medio Ambiente para reforzar la lucha contra los incendios forestales en la isla de La Palma, hab¨ªa llegado el d¨ªa anterior desde la Pen¨ªnsula. En abril hab¨ªa renovado el certificado de aeronavegabilidad con inspecci¨®n completa por parte de la Direcci¨®n General de Aviaci¨®n Civil, comunic¨® ayer Helicsa.

Joaqu¨ªn Ortiz, Antonio Ruiz y Jorge Luis Reyes ya hab¨ªan volado todo el viernes por los montes de La Palma, durante tanto tiempo que agotaron las reservas de combustible, manifest¨® el delegado del Gobierno, Jos¨¦ Segura. No qued¨® un cent¨ªmetro de monte sin visualizar. El aparato estaba de manera provisional en la isla hasta la llegada "en dos semanas" de uno del tipo Puma, a?adi¨® Segura.

A las 8 de la ma?ana de ayer, los tres tripulantes volvieron a subir a la nave. Era un d¨ªa soleado y ventoso, aunque sin peligro para un aparato, que puede superar el embate de vientos hasta 70 kil¨®metros hora. Les acompa?aban otras tres personas que no se identificaron en el aeropuerto, aunque s¨ª pasaron los controles de seguridad: el ingeniero de montes de la empresa Tracsa, Antonio Zapata, Marina Gonz¨¢lez y Tania Mart¨ªnez.

Tras llenar los dep¨®sitos de combustible, el rotor del pesado aparato comenz¨® a girar sus cinco palas y despeg¨® del aeropuerto de Mazo a las 8.10. La torre de control le asign¨® el plan de vuelo previsto hasta el aeropuerto de Gando (en Gran Canaria), adonde necesitaban ir para someter al aparato a "una operaci¨®n de mantenimiento". Para llegar a Gran Canaria, la nave sobrevol¨® toda la costa norte de la isla de Tenerife, desde Buenavista del Norte hasta La Laguna, ya sometido a la vigilancia de control a¨¦reo desde el aeropuerto tinerfe?o de Los Rodeos. En la maniobra de viraje de la costa noreste de la isla, el helic¨®ptero perdi¨® la comunicaci¨®n con la torre, por el efecto pantalla de los macizos monta?osos conocidos como Roques de Anaga. Para evitar esta zona oscura est¨¢ previsto un radar cuya instalaci¨®n el Estado demora por las protestas ecologistas.

Un pescador vio que el aparato se precipitaba al mar, como si intentara amerizar, hasta estrellarse contra la superficie. Fue este pescador el que alert¨® al tel¨¦fono ¨²nico de urgencias 112. Eran las 8.30. La torre de control de Los Rodeos no tiene registrada ninguna llamada de alerta, ni activaci¨®n de alarma, ni ninguna conversaci¨®n del piloto que advirtiera esta emergencia.

Jos¨¦ Segura anunci¨® que ya se hab¨ªan precintado las grabaciones de este centro, de la torre de control de La Palma y la maquinaria que hab¨ªa suministrado combustible en el aeropuerto, para facilitar la investigaci¨®n posterior.

Como efecto del impacto en el agua, el aparato se parti¨® en dos. La cabina, con el comandante Ortiz sentado a la derecha y el copiloto Lacasa a su izquierda, ambos atados a los cinturones de seguridad, se hundi¨® a 700 metros de profundidad. Una c¨¢mara de aire en la popa del helic¨®ptero permiti¨® el rescate de los cuerpos del mec¨¢nico y los tres pasajeros.