June Allyson, actriz
Protagoniz¨® muchos musicales en los a?os cuarenta y cincuenta
M¨¢s de cinco d¨¦cadas abarca la carrera cinematogr¨¢fica de la actriz June Allyson, quien conoci¨® sus m¨¢ximos momentos de esplendor durante los a?os cuarenta y cincuenta. Allyson muri¨® el pasado s¨¢bado en su hogar de Ojai, California, a los 88 a?os, a causa de una insuficiencia respiratoria. Su sonrisa dulce y la luminosidad de su rostro forman parte incombustible del recuerdo de muchas generaciones de cin¨¦filos y su talento como bailarina, cantante y actriz de s¨®lidos recursos marcan una de las etapas m¨¢s importantes de la Metro Goldwyn Mayer a lo largo de la d¨¦cada de los a?os cincuenta.
June Allyson naci¨® el 7 de octubre de 1917 en el Bronx, Nueva York, y sufri¨® una infancia m¨¢s que dif¨ªcil, marcada por la ausencia de su padre, divorciado de su madre, y encerrada en la pobreza de su barrio. De ni?a, tambi¨¦n hubo de hacer frente a un accidente de bicicleta que provoc¨® que pasase cuatro a?os con su espalda envuelta en un refuerzo de acero. El deporte de la nataci¨®n salv¨® su cuerpo, siempre fr¨¢gil, y propici¨® que pudiera desarrollar su amor por el baile, nacido de su pasi¨®n por las pel¨ªculas de Fred Astaire y Ginger Rogers.
Despu¨¦s de la escuela preparatoria, su presencia era constante en concursos y pruebas teatrales, hasta que logr¨® su primer papel en Broadway en 1938, con 21 a?os, en el musical Sing out the news. Tras varios trabajos en los coros de numerosas obras, la oportunidad se present¨® cuando fue empleada como suplente de Betty Hutton en Panam¨¢ Hattie. Su labor impresion¨® de tal modo al productor y director John Abbot, que la contrat¨® para su musical Best foot forward.
La carrera de June Allyson se asentaba y su talento comenzaba a llamar la atenci¨®n. Nunca fue la mejor cantante; tampoco una excepcional bailarina; pero se desenvolv¨ªa en ambos terrenos con pericia m¨¢s que notable y guardaba en su interior una actriz de notoria solvencia que explotar¨ªa pronto.
La Twentieth Century Fox le ofrece un contrato gracias al cual participa, durante varios a?os, en un pu?ado de modestas pel¨ªculas de segunda fila que preparan el terreno para la llegada de Two girls and a sailor, su primer ¨¦xito popular, ya bajo contrato con la Metro -en la que permanecer¨ªa 11 a?os y para la que rodar¨ªa 25 pel¨ªculas- y a las ¨®rdenes del gran Richard Torpe. Una obra que supuso su encuentro con el actor Van Johnson, con quien llegar¨ªa a coincidir en cuatro filmes m¨¢s.
Durante los a?os cuarenta, June Allyson afirmar¨ªa su presencia en las pantallas, siempre con personajes agradecidos que permit¨ªan su lucimiento musical, y trabaj¨® con muchos de los grandes en t¨ªtulos como Dos hermanas de Boston (1946), de Henry Koster, junto a Peter Lawford o la biograf¨ªa del pionero de Broadway Jerome Kern, Hasta que las nubes pasen, donde coincidi¨® con un extraordinario elenco en el que se encontraban Frank Sinatra, Robert Walter, Van Heflin y Judy Garland, desde entonces amiga personal de Allyson.
Los a?os cincuenta suponen un giro en su carrera como actriz: tras liderar la memorable versi¨®n de Mujercitas que dirigiese en 1949 Mervyn LeRoy, en la que se convert¨ªa en la m¨¢s entra?able Jo March que se haya visto en la gran pantalla, una June Allyson treinta?era decide dejar de lado su imagen juvenil para convertirse en la esposa cinematogr¨¢fica con la que so?aban todas las madres americanas.
De hecho, ella misma se reconoc¨ªa feliz por dejar atr¨¢s su lado musical, como reconoc¨ªa en 1951 con excesiva modestia: "No s¨¦ bailar y no s¨¦ cantar; el se?or Richard Rodgers siempre me libraba de ser despedida".
Dos grandes pel¨ªculas junto a James Stewart la encumbran definitivamente y permiten que muestre su ductilidad como actriz: la biograf¨ªa de Glenn Miller M¨²sica y l¨¢grimas (1953) y el drama militar Strategic air command (1955), ambas dirigidas por el maestro Anthony Mann. Su registro actoral como amante y fiel esposa se mantendr¨ªa en t¨ªtulos como La torre de los ambiciosos (1954), junto a William Holden, y The McConnell story, en compa?¨ªa de Alan Ladd; no obstante, y pese a lo prefabricado de muchos de sus personajes, Allyson los encarnaba con una dignidad especial, los engrandec¨ªa, los llenaba de vida como s¨®lo las grandes estrellas y las grandes actrices pueden hacerlo.
"Las mujeres se identificaban conmigo", aseguraba en una entrevista en 1986, "y aunque los hombres deseaban a Cyd Charisse era a m¨ª a quien quer¨ªan encontrar al llegar a casa". L¨¢stima que su talento quedase encasillado hasta el punto de provocar la indiferencia del p¨²blico cuando acept¨® interpretar a mujeres m¨¢s oscuras, como la dura, desagradable y arp¨ªa esposa de Jos¨¦ Ferrer en The shrike (1955).
Obediente siempre, renunci¨® a explorar otros territorios como actriz, aunque en ocasiones supiese mostrar una cara rebelde, como cuando desafi¨® al propio Louis B. Mayer al anunciar su compromiso matrimonial con la estrella Dick Powell, por entonces casado con Joan Blondell. Allyson permanecer¨ªa casada con Powell hasta la muerte de ¨¦ste, en 1963, a causa de un c¨¢ncer.
En los a?os sesenta, su ritmo de trabajo descendi¨® notablemente, aunque incluso regres¨® a las tablas de Broadway para reemplazar a Julie Harris en la obra 40 carats. Los a?os setenta y ochenta son a?os televisivos para June Allyson, como para la mayor¨ªa de las estrellas cl¨¢sicas del viejo Hollywood. Ese Hollywood a la que ella contribuy¨® a impulsar y a engrandecer. Allyson siempre permanecer¨¢ en el coraz¨®n de quienes aman el cine cl¨¢sico.
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