Hojas de calendario

S¨®lo el refer¨¦ndum del nuevo Estatuto de Catalu?a alter¨® -dentro de esa circunscripci¨®n auton¨®mica- el silencio de los colegios electorales tras las elecciones gallegas del 19 de junio de 2005; el anuncio de la disoluci¨®n anticipada del Parlamento catal¨¢n el pr¨®ximo mes de agosto ha disipado la expectativa de que la puesta entre par¨¦ntesis del calendario de las urnas durase hasta la celebraci¨®n en mayo de 2007 de los comicios para la renovaci¨®n de los ayuntamientos en toda Espa?a y de los Parlamentos de las 13 autonom¨ªas de r¨¦gimen ordinario. Pero la ausencia de citas electorales no significa que el segundo a?o de legislatura haya sido un oasis de paz c¨ªvica o un ejemplo de buenos modales de la clase pol¨ªtica: las tanganas parlamentarias y las movilizaciones callejeras organizadas por el PP contra el Gobierno han cargado el clima pol¨ªtico de pasi¨®n, intolerancia y odio.

Los paralelismos entre la situaci¨®n actual y la ¨²ltima legislatura de Felipe Gonz¨¢lez no son casuales; aunque de manera m¨¢s brutal, los populares est¨¢n siguiendo la hoja de ruta trazada de forma inmisericorde por Aznar para forzar la disoluci¨®n anticipada y ganar las elecciones -por 300.000 votos- en marzo de 1996. Pero los actuales dirigentes del PP son unos desastrosos alumnos de la escuela de la historia: aunque se fijaran como objetivo prioritario nada m¨¢s perder el poder el acortamiento del mandato de Zapatero y el llamamiento temprano a las urnas, la clamorosa torpeza de sus estrategas -lectores de un manual sobre C¨®mo ganar enemigos- les ha hecho fracasar de manera estrepitosa. La grotesca fabricaci¨®n del atentado del 11-M como una conjura de la que formar¨ªan parte ETA, servicios de inteligencia extranjeros y polic¨ªas espa?oles controlados por el PSOE reduce a la plana mayor del PP a la condici¨®n de una pandilla de peligrosos chiflados.

En lugar de cortejar a los aliados parlamentarios de Zapatero que completan la insuficiente mayor¨ªa socialista en el Congreso, la estrategia de confrontaci¨®n del PP con el Gobierno ha alcanzado tambi¨¦n a esos grupos. Si la atribuci¨®n a ETA de la tutela del nuevo Estatuto hab¨ªa tensado ya las relaciones con el nacionalismo catal¨¢n, el tono xen¨®fobo de la campa?a de recogida de firmas en el resto de Espa?a contra su aprobaci¨®n en refer¨¦ndum ha dejado heridas de dif¨ªcil cicatrizaci¨®n. La alianza de los populares con la Conferencia Episcopal en materia de educaci¨®n y costumbres les aleja de una sociedad secularizada. La manipulaci¨®n por el PP de las v¨ªctimas del terrorismo ofende a cualquier sensibilidad democr¨¢tica.

A la vista de la crispaci¨®n de los dos pasados a?os, cabe temer que la reanudaci¨®n del curso parlamentario eleve todav¨ªa m¨¢s la calentura pol¨ªtica. La carrera hacia las elecciones catalanas, municipales y auton¨®micas se prolongar¨¢ sin soluci¨®n de continuidad hasta las generales de la primavera de 2008. El suicida aislamiento pol¨ªtico del PP se proyecta sobre las perspectivas de la pr¨®xima legislatura: s¨®lo la mayor¨ªa absoluta en el Congreso le permitir¨ªa recuperar el poder perdido en 2004. En 1996, Aznar se vio obligado a negociar su investidura presidencial con los grupos catal¨¢n, vasco y canario aunque fuese a costa de tragarse sus anteriores insultos contra los nacionalistas y de hacer la rid¨ªcula confesi¨®n de que hablaba catal¨¢n en la intimidad. Tras la campa?a del refer¨¦ndum catal¨¢n y el boicoteo a la iniciativa tomada por el Gobierno para lograr un final dialogado de la violencia etarra, las oportunidades de Rajoy de aunar el apoyo de CiU y PNV despu¨¦s de las pr¨®ximas elecciones a fin de completar una eventual mayor¨ªa relativa del PP son pr¨¢cticamente inexistentes.

La considerable distancia registrada por los sondeos entre un Zapatero ganador y un Rajoy derrotado como candidatos a la presidencia del Gobierno resulta bastante m¨¢s significativa a efectos predictivos que la ventaja del PSOE sobre el PP en las encuestas. A medida que los populares dejan libre el espacio electoral de la moderaci¨®n y regresan a las antiguas posiciones de la Alianza Popular de Fraga, las posibilidades del actual presidente del Gobierno de revalidar su mandato con mayor¨ªa absoluta aumentan. De esta forma podr¨ªa suceder que la inicial presi¨®n del PP para acortar la legislatura se volviese en su contra si Zapatero decidiera disolver las Cortes antes de 2008.