Navarro-Valls

Se lo comunic¨® a Benedicto XVI tan pronto ¨¦ste lleg¨® al papado, porque se sent¨ªa muy ligado a Juan Pablo II, del que fue portavoz hasta su muerte en abril de 2005. Joaqu¨ªn Navarro-Valls, de 69 a?os, cartagen¨¦s, m¨¦dico psiquiatra, periodista y numerario del Opus Dei, abandona despu¨¦s de 22 a?os la direcci¨®n de la sala de prensa de la Santa Sede. Su nombramiento revolucion¨® en 1984 los viejos cimientos vaticanos. Era la primera vez que un laico, encima no italiano y corresponsal en Roma del diario Abc, iba a ocuparse de las relaciones con los medios de comunicaci¨®n. Los vaticanistas interpretaron su llegada como la confirmaci¨®n de la enorme influencia del Opus Dei sobre el Papa Wojtyla -y ya antes sobre Juan Pablo I en su brev¨ªsimo pontificado de 33 d¨ªas- y el apartamiento de los jesuitas, cada vez m¨¢s mermado su poder en la radio vaticana. Durante este largo periodo de Navarro-Valls ha habido de todo como en botica: algunos le han acusado de manipulador a favor de las tesis m¨¢s conservadoras de la Iglesia y de la prelatura que fund¨® Escriv¨¢ de Balaguer, santificado por Wojtyla, a la que pertenece; otros le conceden el m¨¦rito de haber modernizado la anacr¨®nica pol¨ªtica de comunicaci¨®n de la Santa Sede, su vocaci¨®n de trabajo y elogian sus maneras suaves.

Su sustituto ser¨¢ el italiano Federico Lombardi, jesuita de 63 a?os y director general de Radio Vaticano y de la televisi¨®n vaticana, cargos que va a mantener. ?Es un retroceso del Opus y un retorno de la Compa?¨ªa de Jes¨²s? En una primera lectura as¨ª lo parece, al menos en lo que respecta a la pol¨ªtica de comunicaci¨®n vaticana. Pero igualmente es el regreso de un religioso a la portavoc¨ªa, lo que presupone m¨¢s control doctrinario.