"El futuro no se entiende sin derechos y tribunales para todos"
Sergio Garc¨ªa Ram¨ªrez (Guadalajara, M¨¦xico, 1938) presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, participa durante esta semana en los Cursos de Derecho Internacional de Vitoria. La instituci¨®n naci¨® en 1979 y est¨¢ reconocida por 21 de los 34 estados que conforman la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA). Entre las excepciones, Cuba, Canad¨¢ y Estados Unidos. "La vinculaci¨®n de Canad¨¢ la veo relativamente f¨¢cil; la de Estados Unidos, reconocer¨¦ que la veo lejana, muy lejana", dice.
Pregunta. ?C¨®mo contempla el tribunal que preside al caso de Guant¨¢namo?
Respuesta. Como los Estados Unidos no est¨¢ sujeto a la competencia de la Corte, nada puede hacer; ni en Guant¨¢namo, ni en ning¨²n otro caso, que no son pocos, de vulneraci¨®n de derechos humanos en aquel pa¨ªs. Por supuesto, nos preocupa mucho. La tradici¨®n norteamericana tiene unos principios liberales, democr¨¢ticos, republicanos y defensores de los derechos fundamentales, y lo que estamos presenciando es precisamente lo contrario: un grupo de seres humanos excluidos de garant¨ªas jur¨ªdicas, sean o no culpables, recluidos en Guant¨¢namo, pero tambi¨¦n en otros lugares desconocidos. No puede ser que seres humanos est¨¦n desprovistos de derechos por un tiempo de cuatro a?os.
"No puede ser que seres humanos est¨¦n desprovistos de derechos durante cuatro a?os"
"Las comunidades ind¨ªgenas han encontrado el camino para llegar a la Corte"
R. Otros pa¨ªses de su continente (Chile, Argentina, Guatemala...) tienen un pasado ominoso y est¨¢n vinculados a la Corte. ?C¨®mo han respondido?
R. Chile, Argentina y Guatemala, con una historia muy dif¨ªcil a sus espaldas, han dado muestras de gran respeto a la Corte. Chile modific¨® un art¨ªculo de su Constituci¨®n, lo mismo que Argentina hizo con su jurisprudencia, al resolver casos notables como las leyes de Obediencia Debida o Punto Final en funci¨®n de los criterios de la Corte. Y, en el caso de Guatemala, lo mismo.
P. La Audiencia Nacional espa?ola ha intervenido en los abusos que se cometieron durante las dictaduras de Alfonso Pinochet en Chile y de Efra¨ªn R¨ªos Mont y ?scar Humberto Mej¨ªa en Guatemala. ?Qu¨¦ le parece?
R. Estamos en un mundo completamente revolucionado, en el que ocurren cosas que hace 20 a?os eran impensables: ahora, muchos estados, como Espa?a, tienen competencia para perseguir cierto tipo de delitos, aunque no ocurran en su territorio. Y eso es bueno; as¨ª se ha perseguido los genocidios de Yugoslavia o Ruanda. Hay quien ha hablado de paternalismo, pero yo no lo veo as¨ª. De ese modo, cualquier pa¨ªs lo podr¨ªa sentir con respecto a la Corte Interamericana.
P. Se habla de violaciones de los derechos humanos por parte de poderes p¨²blicos, pero ?c¨®mo entiende la Corte lo que ocurre en Ciudad Ju¨¢rez, con la desaparici¨®n de cientos de mujeres, donde parece que hay una dejaci¨®n de las autoridades?
R. De momento, nadie ha planteado ese problema a la Corte, pero s¨ª a otros organismos que han reconocido las omisiones que ha habido en esa zona. De todos modos, s¨ª le quiero informar de que M¨¦xico reconoci¨® la competencia de la Corte en 1999, pero s¨®lo con lo que ocurra a partir de esa fecha.
P. ?C¨®mo responde Colombia a las reclamaciones de la Corte?
R. Es una naci¨®n que tiene una problem¨¢tica antigua y muy profunda. Pero tambi¨¦n hay que reconocer que acept¨® la Corte antes que M¨¦xico o Brasil. Y han llegado muchos casos, de violaciones de derechos humanos individuales, pero tambi¨¦n de masacres. Y en varios de estos ¨²ltimos casos ha reconocido su responsabilidad.
P. ?Con todo lo que ello conlleva?
R. Por supuesto. Es m¨¢s, el caso m¨¢s ejemplar que yo recuerdo procede de Colombia. Est¨¢bamos en la Audiencia p¨²blica, ante un caso de masacre de una peque?a localidad, y dijeron el representante del Gobierno y el embajador: "Les pedimos perd¨®n en nombre del Estado de Colombia, aunque sabemos que con esto no se repara el da?o causado". Se levantaron y fueron donde las familias de las v¨ªctimas, unos 200, y comenzaron a darles un abrazo. Esto no cura todo, pero es una expresi¨®n ¨¦tica y pol¨ªtica. Porque hubo un tiempo en que no era f¨¢cil que un Estado reconociera su responsabilidad, no s¨®lo por lo que les costaba en dinero: sobre todo, por el impacto a su imagen internacional.
P. ?En qu¨¦ asunto ha trabajado m¨¢s la Corte?
R. Quiz¨¢s los m¨¢s conocidos son desapariciones, torturas, ejecuciones extrajudiciales (como se llama t¨¦cnicamente a las masacres), los casos de extrema violencia; pero tambi¨¦n hay intervenciones reconocidas como las violaciones del Estado a la libertad de expresi¨®n. Destacar¨ªa los casos de miembros de comunidades ind¨ªgenas que reclaman por sus tierras o por el respeto a sus costumbres. Y hay que tener en cuenta que estos grupos son muy numerosos en Am¨¦rica y muy maltratados. Han encontrado el camino para llegar a la Corte y reclamar sus derechos ante el trato injusto de los Estados.
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