?ngel Suqu¨ªa Goicoechea, cardenal y arzobispo em¨¦rito de Madrid
Concluy¨® la Almudena y presidi¨® la Conferencia Episcopal
En la historia eclesi¨¢stica de Madrid la figura del cardenal Suqu¨ªa, vasco de pies a cabeza, ser¨¢ rese?able por haber sacado de la ruina a la catedral de la Almudena, y en poco m¨¢s de diez a?os concluirla y traer al Papa para su inauguraci¨®n. Por fin, una nueva catedral cat¨®lica. Hac¨ªa 100 a?os que no ocurr¨ªa en Europa semejante acontecimiento. Y por fin, la de Madrid. En justo premio, Suqu¨ªa ser¨¢ el primer obispo sepultado, este pr¨®ximo s¨¢bado, en la catedral de Santa Mar¨ªa la Real, que es como se llama realmente la Almudena. Nada m¨¢s conocerse el fallecimiento, a mediod¨ªa de ayer, sus campanas tocaron a muerto.
?C¨®mo logr¨® Suqu¨ªa el prodigio de concluir lo que se inici¨® en tiempos del rey Alfonso XII? Es proverbial la taca?er¨ªa de los cat¨®licos espa?oles para con su iglesia, de modo que la llegada de este prelado a Madrid en 1983, procedente del arzobispado de Santiago de Compostela, no auguraba ninguna novedad, salvo la consabida reiteraci¨®n de prop¨®sitos no cumplidos por su antecesores. Es decir, tambi¨¦n ¨¦l insisti¨® en su toma de posici¨®n sobre la necesidad de concluir la Almudena, y tambi¨¦n apareci¨® su promesa en los peri¨®dicos como se publicaban anta?o las noticias sobre la aparici¨®n del monstruo del lago Ness. Otra vez, una serpiente de verano.
Suqu¨ªa, sin embargo, se puso manos a la obra. Lo que no pudo conseguir ni el m¨ªtico cardenal Taranc¨®n, su predecesor, iba a intentarlo ¨¦l por todos los caminos. Emprendi¨® el m¨¢s extravagante. Llam¨® a las puertas del alcalde Tierno Galv¨¢n, ateo practicante; y reiter¨® la petici¨®n en el despacho de Joaqu¨ªn Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid y no precisamente un religioso. ?ste cont¨® m¨¢s tarde que una vez que paseaba con Tierno por la calle de Bail¨¦n, el viejo profesor le se?al¨® la inacabada catedral y dijo: "Me malicio que con esta obra intentaron volver a unir el trono y el altar [la Almudena linda con el palacio Real]. Una idea tan vieja como peligrosa. Mejor ser¨ªa dejar las ruinas como est¨¢n".
Una semana despu¨¦s, el cardenal volvi¨® a llamar a las puertas de Leguina para comunicarle la cantidad que le hab¨ªa prometido el alcalde. Tierno, autor del libro Por qu¨¦ soy agn¨®stico, "hab¨ªa decidido anteponer su tolerancia volteriana y su condescendencia personal a sus convicciones pol¨ªtico-religiosas". La frase es de Leguina, que decidi¨® hacer lo mismo. Mejor dicho, le hab¨ªa prometido a Suqu¨ªa que la Comunidad dar¨ªa la misma cantidad que el Ayuntamiento -convencido de que ser¨ªa de cero pesetas-, y cumpli¨® lo prometido. Ser¨ªa una cantidad anual, que las instituciones aportar¨ªan hasta la finalizaci¨®n de la obra. Suqu¨ªa inici¨® adem¨¢s una colecta entre sus fieles para completar la financiaci¨®n. Nada, una miseria.
Suqu¨ªa apunt¨® entonces m¨¢s arriba. Llam¨® a Felipe Gonz¨¢lez, el presidente del Gobierno, y le cont¨® las cuitas. Ogro laicista entonces para la jerarqu¨ªa cat¨®lica, Gonz¨¢lez tambi¨¦n escuch¨®. Reuni¨® a almorzar en La Moncloa a unos cuantos ricos y les dio un sablazo. Para el d¨ªa de la inauguraci¨®n, 10 a?os m¨¢s tarde, el cardenal invit¨® a tan generosos mecenas (Tierno ya hab¨ªa fallecido). Lo merec¨ªan. Pero no todos estaban en el secreto. Cont¨® Leguina, quejoso: "Nuestra sorpresa fue may¨²scula cuando llegamos al templo, para esperar dentro la llegada de Juan Pablo II, y los fieles, que en cantidades apreciables aguardaban fuera, nos abuchearon sin piedad, demostrando una vez m¨¢s que en este mundo ninguna buena acci¨®n queda sin castigo".
El cardenal Rouco, que fue obispo auxiliar de Suqu¨ªa en Santiago y le sucedi¨® en Madrid, envi¨® ayer a su prelado auxiliar, Fidel Herr¨¢ez, al domicilio del fallecido en San Sebasti¨¢n para hacerse cargo del traslado del cad¨¢ver, previamente embalsamado, vestido con alba, estola y casulla, y con mitra. Trasladado a medianoche a Madrid, permanece en la cripta de la Almudena, colocado sobre una tarima, frente al altar. Ah¨ª permanecer¨¢ expuesto hasta las 11,30 horas del s¨¢bado, que comenzar¨¢ la procesi¨®n de traslado del cad¨¢ver desde la cripta hasta la catedral. La misa exequial ser¨¢ a las 12,00 horas. Durante toda la jornada de hoy se suceder¨¢n las misas en la cripta por el eterno descanso de quien fue pastor de la iglesia en Madrid durante once a?os.
Suqu¨ªa era arzobispo em¨¦rito de la Archidi¨®cesis de Madrid desde 1994. Hab¨ªa estudiado en el colegio de las Escuelas Cristianas de Beasain y en el seminario de Saturrar¨¢n (Motrico, Guip¨²zcoa). En 1936, tras el golpe de Estado militar contra la Rep¨²blica, es movilizado como instructor de soldados en el fuerte de Guadalupe. Acabada la guerra incivil, viaj¨® a Alemania para estudiar Liturgia, pero la guerra mundial le hace regresar a Espa?a y terminar sus estudios sacerdotales en Vitoria, de cuyo seminario lleg¨® a ser rector. Tambi¨¦n estudi¨® en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma. Fue consiliario de la Asociaci¨®n Cat¨®lica de Propagandistas.
Nombrado obispo de Almer¨ªa en 1966, fue trasladado en 1969 a la di¨®cesis de M¨¢laga. En 1973 es nombrado arzobispo de Santiago de Compostela, cargo que ocup¨® hasta que en 1983 fue nombrado arzobispo de Madrid-Alcal¨¢.
Muy conservador, fue aupado a la presidencia de la Conferencia Episcopal en 1987 y desde all¨ª promovi¨® la reanudaci¨®n del proceso de canonizaci¨®n de Isabel la Cat¨®lica, paralizado durante siglos.
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