Rostros marcados

Las contradicciones inherentes al arte con vocaci¨®n de interferencia pol¨ªtica constituyen uno de los m¨¢s apasionantes objetos de reflexi¨®n sobre la cultura contempor¨¢nea, pero son tambi¨¦n fuente de pol¨¦mica entre quienes, militantes de un arte que proclama su compromiso p¨²blico, tildan a los que trabajan con soportes como la pintura de perpetuar la falacia del arte por el arte para fabricar lujosas mercanc¨ªas, y quienes, con una confianza ciega en la autonom¨ªa del arte y su poder antag¨®nico, despachan como hueca ret¨®rica agit-prop todo atisbo de magreo entre arte y pol¨ªtica. Pero la realidad no se deja encerrar en marcos de referencia tan simples. Vienen estas consideraciones a cuento de la exposici¨®n Marcas ocultas, del equipo PSJM, un proyecto sobre los mecanismos de control del capitalismo global mediante los retratos de cuatro tiburones financieros y otras tantas marcas creadas ex profeso que comunican los resortes de un sistema con una formidable capacidad de reinventarse y de introducir su l¨®gica en esferas que, como el arte, le eran ajenas.

"Protestar es in¨²til", dec¨ªa al o¨ªdo del espectador una de las azafatas que participaron en la performance inaugural de la muestra. Un gesto par¨®dico, pues el cinismo no es santo y se?a de PSJM, que asume que no existen posiciones exteriores al capital sin por ello renunciar a criticarlo y que entiende que, junto a los dispositivos de difusi¨®n de im¨¢genes, como el cine o Internet, la galer¨ªa es un lugar de negocio pero tambi¨¦n una posibilidad de negaci¨®n, un espacio id¨®neo, pues, para hacer visibles las tensiones de la cultura contempor¨¢nea.