El Gobierno liban¨¦s pretende imponer su autoridad sobre la milicia chi¨ª en el sur
El Ejecutivo pide ayuda a la comunidad internacional para salvar su precaria situaci¨®n
Al ya de por s¨ª laber¨ªntico sistema pol¨ªtico liban¨¦s s¨®lo le faltaba el bloqueo impuesto por Israel y sus intentos de destruir a Hezbol¨¢ a misilazos para conformar un panorama diab¨®lico. El partido-milicia chi¨ª, integrante del Gobierno de Beirut, goza de enorme poder. Pero la situaci¨®n es cr¨ªtica para el Ejecutivo de Fuad Siniora. El Gabinete declar¨® el jueves por la noche, en una clara petici¨®n de ayuda a la comunidad internacional, su "derecho y deber como Gobierno de ejercer su autoridad sobre el conjunto del territorio liban¨¦s". Es decir, que aboga por reemplazar a Hezbol¨¢ en su basti¨®n sure?o. Ser¨¢ muy complicado que los fundamentalistas acaten la propuesta, que conlleva el riesgo de un enfrentamiento civil.
Todo empez¨® en septiembre de 2004. Estados Unidos y Francia comenzaron una ofensiva diplom¨¢tica contra el r¨¦gimen de Damasco. Pretend¨ªan reemplazar al Ejecutivo de Bachar el Asad en la tutela que hab¨ªa ejercido sobre L¨ªbano durante 30 a?os, desde que estallara en 1975 la fratricida guerra civil. La resoluci¨®n 1559 del Consejo de Seguridad exigi¨® la retirada de las tropas sirias del pa¨ªs de los cedros; el desarme de todas las milicias, en evidente referencia a Hezbol¨¢, y la celebraci¨®n de elecciones sin injerencias extranjeras, una clara alusi¨®n a la pr¨®rroga del mandato del presidente prosirio, Emile Lahud, que hab¨ªa sido aprobada por el Parlamento d¨ªas antes de la resoluci¨®n del organismo internacional.
Desagrad¨® a las potencias occidentales que Lahud, y por ende los dirigentes sirios, trataran de continuar en el poder m¨¢s all¨¢ de los seis a?os para los que fue elegido el mandatario cristiano. Todav¨ªa contin¨²a en el palacio de Baabda.
Las elecciones celebradas en L¨ªbano en mayo y junio de 2005, cuatro meses despu¨¦s del magnicidio del ex primer ministro Rafik Hariri, otorgaron el triunfo a los partidos opuestos al Gobierno de Damasco, que ayer lamentaron que Hezbol¨¢ pueda decidir en solitario asuntos que afectan a todo el pa¨ªs. Pero las tres d¨¦cadas de dominio pol¨ªtico y presencia militar ejercida por el r¨¦gimen de los Asad no pueden borrarse de un plumazo. Tras los comicios, los partidos libaneses han comenzado una negociaci¨®n que se eterniza. Y que refleja el enorme poder del que disfruta Hezbol¨¢. En el sur del pa¨ªs son los amos absolutos. El Ej¨¦rcito regular est¨¢ ausente. Y en el resto del Estado multiconfesional su prestigio no es en absoluto desde?able.
Fue la guerrilla chi¨ª la que logr¨® expulsar a los soldados de Israel tras 22 a?os de ocupaci¨®n. Dif¨ªcilmente alguien les tose, sin importar sus v¨ªnculos con Siria e Ir¨¢n. Incluso el asesinado Hariri se refer¨ªa a ellos en t¨¦rminos elogiosos. Los ataques israel¨ªes pretenden minar el renombre de Hezbol¨¢ entre la poblaci¨®n, haciendo responsable a la milicia de sus sufrimientos. Como sucede con Ham¨¢s en los territorios palestinos, es dudoso que lo consigan.
Israel, que lleva 40 a?os sin acatar la resoluci¨®n de la ONU que reclama la retirada de los territorios ocupados palestinos, exigi¨® ayer el cumplimiento de la resoluci¨®n 1559, la liberaci¨®n de los dos soldados capturados por Hezbol¨¢ y el cese de disparos de Katiushas para detener sus bombardeos masivos.
Pero en este macabro y eterno tira y afloja son importantes los actores en juego. Hezbol¨¢ justifica su lucha contra Israel en la consigna 10.452. Son los kil¨®metros cuadrados de superficie de L¨ªbano. A esa extensi¨®n le faltan 20 kil¨®metros cuadrados: las granjas de Cheba. Aqu¨ª entra en escena, de nuevo, Damasco. La ONU ha establecido que las granjas, ocupadas por Israel, pertenecen a Siria. Damasco opta por la ambig¨¹edad y obvia la reclamaci¨®n del territorio. Ambos ganan: el partido chi¨ª justifica su resistencia a Israel y Siria mantiene a los fundamentalistas en el frente contra Israel.
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