Enso?aci¨®n entre paredes de cristal
LES COLS, una propuesta ¨²nica en Olot a cargo del equipo de arquitectos RCR
En un principio era el concepto. El silencio y la sombra. Las noches transparentes. M¨¢s all¨¢ de la arquitectura y el dise?o, Judit Planella y Joaquim Puigdevall alumbraron una idea de alojamiento que reflejara un estado de ¨¢nimo, un nuevo estilo de vivir. Al borde de la irrealidad, confiaron en el estudio local de arquitectos RCR -Rafael Aranda, Carme Pigem, Ram¨®n Vilalta- para que dieran vida a la idea, tras el ¨¦xito internacional obtenido con su proyecto del restaurante Les Cols, expuesto en el MOMA (Museo de Arte Moderno de Nueva York) y merecedor este a?o de una estrella Michelin. Se impon¨ªa, en consecuencia, llegar m¨¢s lejos. Superar lo insuperable. Hacer lo que antes nadie hab¨ªa hecho. Una arquitectura de cristal irisada de reflejos, reflexiones y refracciones. Seg¨²n la hora del d¨ªa, un color. O muchos. Una textura. O muchas. ?ngulos, prismas, tangentes, secantes, hipotenusas. La trigonometr¨ªa al servicio de la buena vida, y no s¨®lo del intelecto.
LES COLS
Categor¨ªa oficial: sin clasificaci¨®n. Direcci¨®n: carretera de la Canya, s/n. Olot (Girona). Tel¨¦fono 972 26 92 09. Fax 972 27 07 27. Internet: www.lescols.com. Instalaciones: jard¨ªn, restaurante Les Cols. Habitaciones: 5 pabellones con calefacci¨®n y aire acondicionado, ba?o, minibar de aguas. Servicios: habitaciones adaptadas para discapacitados, no admite animales dom¨¦sticos. Precios: todo el a?o, 240 euros + 7% IVA; desayuno, mochila de 'pic-nic', guardacoches y otros servicios de lujo incluidos. Tarjetas de cr¨¦dito: American Express, Visa.
Arquitectura ... 10
Decoraci¨®n ... 10
Estado de conservaci¨®n ... 9
Confortabilidad habitaciones ... 9
Aseos ... 9
Ambiente ... 10
Desayuno ... 8
Atenci¨®n ... 10
Tranquilidad ... 7
Instalaciones ... 7
Les Cols no es un hotel. O al menos, no un hotel convencional. Son cinco pabellones de cristal que parecen levitar sobre un lecho volc¨¢nico inspirado en el paisaje de La Garrotxa, y que evocan, por su inmaterialidad o descoyuntamiento espacial, el minimalismo zen de la arquitectura tradicional japonesa. Imposible no pasmarse ante semejante escenario de ca?as y lava, de interminables pasarelas met¨¢licas, de la prominente empalizada que atrinchera con l¨¢minas verdiazules de vidrio y butirol cada uno de los engawas (patios interiores).
Liturgia inici¨¢tica
Afrontar esta incre¨ªble experiencia requiere una liturgia previa de car¨¢cter inici¨¢tico por parte de la joven propietaria. Judit Planella recibe al viajero en un umbr¨¢culo ritual apenas amueblado con un aparador de chapa negro, sobre el cual residen seis coles (les cols) y una docena de velas encendidas. Es la recepci¨®n, un pre¨¢mbulo necesario. En esa atm¨®sfera leve, purificante, instruye a su hu¨¦sped en el orden dom¨¦stico de los pabellones, el c¨®digo de acceso al hotel, los horarios del servicio y la m¨ªstica que preside el primer encuentro, la primera noche fuera y dentro.
Pero, ?qu¨¦ orden? Aranda, Pigem y Vilalta han subvertido la ergonom¨ªa de las instalaciones con una propuesta que exige una reinterpretaci¨®n del espacio arquitect¨®nico, un modo distinto de habitar y moverse por el territorio. Cada pabell¨®n alberga una caja de vidrio -la alcoba- dentro de la cual no parece haber nada. Nada de nada. S¨®lo una colchoneta desmembrada a tiras que, tras una ceremonia vespertina aprendida de los ryokan japoneses, se transforma en un lecho para dos. Quien no pueda conciliar el sue?o bajo las estrellas siempre tiene la opci¨®n de pulsar una tecla y ver c¨®mo se cierra el techo de cristal, a la vez que cuatro estores el¨¦ctricos oscurecer¨¢n por completo la estancia. El resto de los mortales amanecer¨¢ entre transparencias.
Interior-exterior
Detr¨¢s de una puerta an¨®nima aparece la sala de las abluciones. Otro paisaje interior-exterior a descifrar, excitante y bals¨¢mico, seg¨²n el prisma con que se mire. No existe el lavabo. O lo que se entiende por lavabo. Una pieza escult¨®rica de acero sostiene una cubeta repleta de agua que s¨®lo fluye al detectar la presencia humana. Es como bajar al r¨ªo y empaparse el rostro a dos manos. En el lado opuesto, un charco de agua fr¨ªa relleno de piedras mantiene la evocaci¨®n del lecho fluvial, sobre el cual vierte el agua de la ducha, regulable gracias a dos manetas transparentes. Una invitaci¨®n purificadora a sumergirse en el ba?o caliente -gui?o a la tradici¨®n nipona del onsen-, cuyo gorgoteo constante ameniza las horas en la habitaci¨®n.
Desayuno
El desayuno lo sirve la propia Judit Planella en dos bandejas de plata sobre el mismo suelo de cristal, en la zona de engawa. Caf¨¦ en termo, yogur, mermeladas caseras, queso y llonganissa de Olot y tostadas con pan de le?a elaborado en Hostalets d'en Bas. Su tarjeta de visita, en carton¨¦ ilustrado, anuncia reflejos de sombra, luz y agua entre los cristales de Les Cols. Sin duda, un hotel ¨²nico en el mundo.
ALREDEDORES
EL PRECIO de la estancia incluye una mochila con vino, pan, longaniza, queso y dulces para salir de excursi¨®n por alguna de las siete rutas propuestas en unas cartulinas ilustradas que se ofrece a los hu¨¦spedes. La andanza estrella lleva al parque natural de la Zona Volc¨¢nica de la Garrotxa, cuyos ocho itinerarios se?alizados cubren los 40 conos de la zona. Desde la vertiente paisaj¨ªstica, el risco de Castellfollit de la Roca guarda el mayor inter¨¦s por su origen entre dos coladas de lava. El m¨¢s joven de los volcanes es el Crossat, cuya ¨²ltima erupci¨®n data de hace 11.500 a?os. Aunque el m¨¢s representativo es el volc¨¢n del Montsacopa, que se eleva 94 metros sobre un cr¨¢ter de 120 metros. La localidad de Santa Pau atesora un castillo del siglo XIII. Otros pueblos interesantes son Sant Esteve d'en Bas, Hostalets d'en Bas y La Pinya. Si la Fageda d'en Jord¨¤ es un bosque de hayas ins¨®lito por su baja altitud (550 metros), el antiguo robledal de Pedra Tosca es un lugar de inexcusable visita en las afueras de Olot. Aqu¨ª han intervenido los arquitectos RCR Aranda Pigem Vilalta en el dise?o del pabell¨®n de acceso, de acero oxidado y lava.Quien se interese por el trabajo de estos arquitectos originarios y residentes en Olot puede admirar sus obras m¨¢s significativas sin salir de la zona. Adem¨¢s de la remodelaci¨®n del restaurante Les Cols, punto de inflexi¨®n en sus carreras y por la cual recibieron el Premio FAD, suyo es el estadio de atletismo de Olot, dentro del ¨¢rea recreativa Tussols Basil, que se completa con el pabell¨®n del ba?o. Tambi¨¦n la Casa Roser, la Casa Mirador y otras tres viviendas particulares en proyecto; la casa M-Lidia, en Montagut, y la sorprendente guarder¨ªa de Manlleu.
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