?tense los machos
La participaci¨®n econ¨®mica de las mujeres se asemeja a un iceberg: lo que aflora -es decir, lo que recoge la contabilidad nacional- representa una peque?a parte del volumen total, buena parte del cual se genera a trav¨¦s del trabajo dom¨¦stico y de la prestaci¨®n de cuidados a ni?os, enfermos y ancianos.
?sta es una de las conclusiones que cabe extraer de El papel de la mujer en la econom¨ªa espa?ola, un nuevo volumen de la colecci¨®n Biblioteca Vi¨¢logos.CAN de la Fundaci¨®n Caja Navarra. En poco m¨¢s de cien p¨¢ginas, este estudio, coordinado por Jos¨¦ Antonio Herce, expone una gran cantidad de informaci¨®n bien estructurada, muy exhaustiva y actualizada sobre demograf¨ªa, educaci¨®n, empleo, retribuci¨®n, participaci¨®n en cargos p¨²blicos, desarrollo de la actividad empresarial y conciliaci¨®n de la vida familiar y laboral, que permite al lector formarse una idea cabal de la aportaci¨®n de las mujeres a la econom¨ªa espa?ola a principios del siglo XXI.
El papel de la mujer en la econom¨ªa espa?ola
Vi¨¢logos Consultor¨ªa Corporativa y Grupo Analistas Financieros Internacionales
Biblioteca Vi¨¢logos. CAN
Edita Fundaci¨®n Caja
Navarra
Lo cierto es que el cuadro que surge a primera vista no resulta muy halag¨¹e?o: la tasa de actividad femenina se encuentra bastante por debajo de la masculina (58% frente al 81% en 2005); en cambio, los porcentajes de mujeres con contratos temporales y a tiempo parcial son m¨¢s elevados, as¨ª como tambi¨¦n la tasa de paro (12% frente al 7%); por a?adidura, existe una documentada discriminaci¨®n salarial hacia las mujeres, mientras que su presencia en las ¨¦lites directivas de instituciones privadas y p¨²blicas es muy minoritaria.
Pr¨¢cticamente todas las magnitudes laborales referidas a las mujeres salen mal paradas compar¨¢ndolas con las correspondientes medias europeas.
Sin embargo, la perspectiva diacr¨®nica descubre una sustancial evoluci¨®n. S¨®lo entre 1996 y 2006 la tasa de actividad femenina ha crecido aproximadamente diez puntos, y entre 2000 y 2005 el empleo de las mujeres se increment¨® en cuatro puntos porcentuales sobre el empleo total, superando el 40% de este ¨²ltimo. Si las tasas de actividad y empleo se analizan por cohortes de edad y niveles de estudios, se observa c¨®mo las diferencias entre hombres y mujeres se acortan significativamente entre los j¨®venes, as¨ª como tambi¨¦n a medida que aumenta el nivel educativo.
De hecho, las estad¨ªsticas educativas ofrecen la clave de las predicciones: las j¨®venes espa?olas registran tasas de escolarizaci¨®n media y superior m¨¢s altas que sus compa?eros varones, en tanto que sufren menor fracaso escolar en la educaci¨®n obligatoria.
Aunque Espa?a se encuentra a la cola de la Uni¨®n Europea en porcentaje de j¨®venes con estudios secundarios completados, el de las mujeres entre 20 y 24 a?os que en 2002 contaban con esa titulaci¨®n superaba en casi 14 puntos al de los varones (71,9% frente al 58,2%). Catorce puntos m¨¢s marcaba tambi¨¦n el porcentaje de varones entre 18 y 24 a?os que en 2004 no cumpl¨ªa la educaci¨®n secundaria y no segu¨ªa ning¨²n tipo de formaci¨®n (24,6% frente al 38,5%).
Estos datos justifican la previsi¨®n de "un creciente peso, llamado a continuar en el futuro, de las mujeres en la econom¨ªa" (p¨¢gina 60). Es seguro que en los pr¨®ximos a?os superar¨¢n ese 35% del producto interior bruto (PIB) que, seg¨²n estiman los autores del estudio, representa actualmente su contribuci¨®n al empleo y a la producci¨®n regular. Ello depende crucialmente de que contin¨²en mostrando tanto inter¨¦s por formarse, pero tambi¨¦n de que prosiga la "b¨²squeda sin descanso de la igualdad entre hombre y mujer en todas las labores cotidianas de la familia y de la vida" (p¨¢gina 56).
Los icebergs en movimiento contienen una enorme fuerza. El iceberg econ¨®mico femenino se ha puesto en marcha y, mientras su parte visible crece a ojos vista, acelera su velocidad.
Elisa Chuli¨¢ es profesora de Ciencia Pol¨ªtica (UNED).
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