La Pedrera exhibe 40 pinturas in¨¦ditas de Ram¨®n Gaya

Ram¨®n Gaya (Murcia, 1910-Valencia, 2005) desarroll¨® una obra a contracorriente, ajena a los grandes movimientos vanguardistas de su ¨¦poca. Su aportaci¨®n est¨¦tica al arte espa?ol se hace evidente en la exposici¨®n Ram¨®n Gaya. La hora de la pintura, abierta en las salas de La Pedrera de Barcelona, sede de la Fundaci¨®n Caixa Catalunya, hasta el 1 de octubre. La exhibici¨®n, que re¨²ne 128 obras de las que 40 son in¨¦ditas, recorre la trayectoria del pintor a lo largo de 74 a?os, desde un retrato de su padre, de 1926, hasta obras de 2002 (a?o en el que recibi¨® el Premio Vel¨¢zquez), que reducen la pintura a su quintaesencia.

"Pintor excepcional y sin etiquetas, Gaya vivi¨® a contrapelo del siglo de las siglas. Pose¨ªa la virtud de saber captar la esencia del tiempo que pasa en obras leves, profundas y esenciales, que dialogan con el pasado y funden arte y vida", afirm¨® ayer el comisario, Juan Manuel Bonet, que ya organiz¨® las dos anteriores grandes exposiciones de este artista, en 2000, en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), y en 2003, en el Museo Reina Sof¨ªa de Madrid. Como director de estos centros, Bonet tambi¨¦n adquiri¨® obras de Gaya para las colecciones permanentes, en las que hasta entonces no estaba representado.

A diferencia de aquellas exposiciones, centradas en las d¨¦cadas de 1980 y 1990, que marcan el regreso del pintor a Espa?a, tras los a?os del exilio en M¨¦xico y las prolongadas estancias en Italia, la exhibici¨®n de La Pedrera pone el acento en los a?os centrales, entre mediados de la d¨¦cada de 1950 y finales de la de 1970. "La exposici¨®n subraya la duplicidad del discurso de Gaya, que desarrolla dos obras paralelas, una pl¨¢stica y otra literaria, que se entremezclan a lo largo de toda su vida y acaban siendo complementarias. Adem¨¢s, se diferencia por la calidad de las numerosas obras in¨¦ditas encontradas en colecciones privadas de M¨¦xico, Nueva York y Espa?a", se?al¨® ?lex Susanna, director de la Fundaci¨®n Caixa Catalunya.

Entre las obras que se exponen por primera vez destacan dos bodegones de su ¨¦poca mexicana, Homenaje a Santa Teresa y Homenaje a Vel¨¢zquez. "En M¨¦xico extra?aba tanto los museos europeos, que se mont¨® un peque?o santoral de postales de sus artistas preferidos: Rembrandt, Tiziano, C¨¦zanne y Vel¨¢zquez, a quien -a su vuelta a Espa?a en 1969- dedic¨® su libro fundamental, Vel¨¢zquez, p¨¢jaro solitario", explic¨® Bonet. Los homenajes salpican todo el recorrido expositivo. Entre otros, los hay a Murillo, Masaccio, Mozart, los viejos pintores japoneses y tambi¨¦n Solana y Nonell, protagonista del ensayo Picasso, Nonell y el arte moderno, que se publica por primera vez en esta ocasi¨®n.

Entre los in¨¦ditos sobresalen dos vistas de Venecia, su ciudad fetiche y objeto de algunas de las mejores p¨¢ginas de su Diario de un pintor. Se trata de La ropa tendida y El Gran Canal desde el Albergo Rialto, ambas de 1953, propiedad de la galer¨ªa Guillermo de Osma de Madrid, que se exponen junto a Nacimiento de la pintura, de 1953. La exposici¨®n recoge tambi¨¦n una selecci¨®n de las obras realizadas para el bando republicano durante la guerra, incluido el cartel del Congreso de Intelectuales Antifascistas, que le valieron la reclusi¨®n en el campo de concentraci¨®n de St. Cyprien y el exilio en M¨¦xico.