Cuento persa
El consejero de Empleo, Antonio Fern¨¢ndez, ha facilitado los datos de siniestralidad laboral correspondientes al primer semestre del a?o. En su informe destaca que los accidentes laborales mortales se han incrementado en un 9% respecto al primer semestre del a?o anterior aunque afirma que la tendencia es a la baja. Entre sus razones se encuentra la de que una cuarta parte de los accidentes mortales son accidentes de tr¨¢fico durante la jornada laboral. No obstante, entiendo, que en tanto no est¨¦n excluidos de la siniestralidad laboral los accidentes de tr¨¢fico, la realidad es que sigue aumentando. Un incremento que avanza hacia cotas no deseables, sobre todo teniendo en cuenta el esfuerzo econ¨®mico que, desde la Administraci¨®n y desde otras instancias, se est¨¢ realizando.
No obstante, y a¨²n siendo importantes los datos, se hecha de menos una referencia a la vigilancia que debe hacer la Administraci¨®n a otras cuestiones, igualmente importantes y que, en muchas ocasiones, se han considerado accidentes de trabajo. En concreto al llamado mobbing. Han pasado ya seis a?os desde que un juez de Barcelona admiti¨® por primera vez una denuncia por hechos de esta naturaleza. Hechos que cobij¨® en el llamado delito de coacciones. Otro juez, ante la situaci¨®n de enfermedad del trabajador por coacciones, los encuadr¨® en el accidente de trabajo. La Justicia, con may¨²sculas, se hac¨ªa eco del informe de la OIT que denunciaba que el hostigamiento laboral afectaba a casi un 10% de la poblaci¨®n activa. Esta situaci¨®n demandaba un cambio normativo.
En este sentido la Fiscal¨ªa del TSJA en una de sus memorias anunciaba que m¨¢s pronto que tarde se iba a abrir un debate para incluir en el ¨¢mbito penal f¨®rmulas m¨¢s graves de acoso moral en el trabajo. Era razonable que fuera as¨ª. El hostigamiento que sufre el trabajador provoca graves consecuencias de naturaleza econ¨®mica, familiar, sanitaria y social. Un jurista catal¨¢n las refleja con un cuento persa. Cuenta que en cierta ocasi¨®n tres invidentes tropezaron con un elefante y, tras el encuentro, exclamaron que qu¨¦ bien, que as¨ª iban a conocerlo. Uno de ellos, el que se hab¨ªa agarrado a una pata, dijo: "es fuerte como una columna"; otro, el que se agarr¨® a la trompa, dijo "es como una serpiente". El tercero estaba callado; se hab¨ªa metido debajo del elefante que, en ese momento, se estaba orinando encima de ¨¦l. El elefante ser¨ªa el mobbing -dice este autor- y el tercer ciego la v¨ªctima.
Una situaci¨®n que se da en algunas empresas y afecta, con mayor o menor gravedad, a casi dos millones de trabajadores. Desde este punto de vista, y desde muchos m¨¢s, era necesaria la reforma que exig¨ªa la sociedad, se insinuaba en algunas sentencias y ped¨ªa la fiscal¨ªa. La reforma ya se inici¨® y la pasada semana el Consejo de Ministros, en la nueva que hace del C¨®digo Penal, m¨¢s avanzada, introduce penas de prisi¨®n para los hostigadores y se fija como tiempo inicial para el c¨®mputo en el ejercicio de la acci¨®n el ¨²ltimo acto de hostigamiento. Bienvenida sea como tambi¨¦n la doctrina judicial por la que se considera accidente de trabajo aquellas bajas de los trabajadores por estos actos infames que sufren en el trabajo.
Andaluc¨ªa cuenta con numerosas empresas que desarrollan su actividad en toda clase de sectores. No estar¨ªa nada mal que por parte de la Consejer¨ªa de Empleo no s¨®lo marcara los ¨ªndices de siniestralidad laboral en los ¨¢mbitos m¨¢s tradicionales sino que tambi¨¦n dedicara recursos, m¨¢s de los que se emplean, en conocer y prevenir este tipo, de practicas como tambi¨¦n darlas a conocer. No es dif¨ªcil. Muchas se conocen en los juzgados; otras en la inspecci¨®n y unas pocas en fiscal¨ªa. Las decisiones que se toman por estas instituciones y organismos podr¨ªan servir a estos fines, como tambi¨¦n podr¨ªa ayudar a erradicar estas practicas la existencia de un registro de empresas condenadas por actos de esta naturaleza de forma que, al igual que en los accidentes de trabajo, no pudieran contratar con la Administraci¨®n. Podr¨ªan algunas medidas que, junto con las ya adoptadas y con otras que est¨¢n por venir, abordaran conjuntamente una realidad que viene denunci¨¢ndose a?o tras a?o y que sigue, como el elefante del cuento, orinando encima de muchos trabajadores.
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