La herencia de Ballesteros
Severiano compite con Javier, su hijo de 16 a?os, como 'caddie'
Severiano Ballesteros no quiere hablar de su espalda. "No me pregunt¨¦is", dice cansado de una dolencia cr¨®nica que ejerce de contrapeso de su talento. Severiano, el jugador al que m¨¢s p¨²blico persigue en Hoylake -sede del Open Brit¨¢nico que comienza hoy (Digital +, 10.00)-, en realidad no quiere hablar de nada. Ni siquiera del chiquillo que le acompa?a cargando con sus palos. Un muchacho de 16 a?os que recuerda no tan vagamente al santanderino. Un ni?o de flequillo lacio cubri¨¦ndole la frente como una cortina ladeada que tambi¨¦n se apellida Ballesteros, que tambi¨¦n juega al golf "muy, pero que muy bien", y que resulta que es el mayor de sus hijos.
"Le hac¨ªa ilusi¨®n que su hijo Javier le hiciese de caddie y pasar toda la familia junta esta semana", dice Iv¨¢n Ballesteros, sobrino del campe¨®n, desde la misma casa de alquiler que ocupa el clan del jugador desde el pasado domingo. "El Open es muy especial y estar dentro del torneo es una experiencia inolvidable", explica Iv¨¢n, que recuerda su propia "escuela" cargando los palos de su t¨ªo en un Masters. "Es incre¨ªble, la gente no le deja ni acercarse a la calle", se asombra.
Javier Ballesteros no es a¨²n jugador profesional. Pero podr¨ªa serlo. Tiene un h¨¢ndicap de 1,5. Lo suficientemente bajo como para obtener la tarjeta de los mayores. Su recorrido en las categor¨ªas inferiores le ha situado "entre los cuatro mejores de su edad", seg¨²n su entrenador, Kiko Luna, t¨¦cnico de la Federaci¨®n Espa?ola que piensa que el hecho de ver una gran competici¨®n desde dentro ya supone un "magn¨ªfico aprendizaje" que le har¨¢ madurar m¨¢s deprisa.
Al parecer, fue el mayor de los hijos de Ballesteros quien le sugiri¨® la idea de hacerle de asistente durante el torneo porque "le hac¨ªa ilusi¨®n". La decisi¨®n se tom¨® hace dos meses y medio. En el mismo momento en el que el jugador c¨¢ntabro resolvi¨® tomarse un descanso en su vida p¨²blica: "Ni prensa ni compromisos publicitarios", revelan desde su entorno. La idea era tener tiempo para s¨ª mismo y para sus hijos, "desconectar". Tiempo para madurar la idea de regresar al torneo "m¨¢s bonito del mundo". Un campeonato que ha ganado en tres ocasiones (1979, 1984 y 1988). La veneraci¨®n que el p¨²blico ingl¨¦s siente por el c¨¢ntabro es dif¨ªcil de entender en Espa?a a menos que uno tenga la capacidad de transmutar un jugador de golf de mediana edad en un futbolista en su mayor momento de popularidad. Hay retratos suyos, fotos firmadas, recortes de peri¨®dico en cada bar. Incluso uno de los jugadores que estuvo a punto de colarse por la previa se llama Seve Benson. Sus padres le pusieron el nombre como homenaje al prodigioso golfista c¨¢ntabro.
El aprendizaje al que se someter¨¢ Javier tiene un punto fundamental seg¨²n su padre: "Aprender a tomar decisiones". Severiano suele hacer sus propias anotaciones en el campo y tiene fama de discutir mucho con sus ayudantes. Evidentemente, con su hijo no habr¨¢ asperezas. El "trato de favor" ya se nota en un aspecto: la bolsa que lleva Javier es algo m¨¢s liviana de lo habitual. El chico, que empez¨® a jugar m¨¢s o menos en serio a los nueve a?os, tendr¨¢ que cargar con ella durante cuatro horas con 35 grados de temperatura.
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