Hasta aqu¨ª hemos llegado
Europa, y sobre todo Espa?a, vuelve a caer en la trampa del manique¨ªsmo, a la hora de analizar la escalada de violencia en Oriente Pr¨®ximo. Vuelve a verse a los palestinos como una permanente v¨ªctima, y s¨®lo como v¨ªctima. Y ese victimismo se utiliza, tal como desean sus mullidores, como excusa y argumento contra Israel, Estado inc¨®modo donde los haya para gran parte de Occidente porque recuerda, una y otra vez, las hist¨®ricas y constantes emanaciones del antisemitismo europeo, ¨¦ste mucho m¨¢s c¨®modo -?irresponsable inconsciencia!- con la ideolog¨ªa perniciosa que supone ya una seria amenaza a nuestros valores: el islamismo sutilmente dominante.
Israel ha sido atacado y chantajeado. Por desgracia no es nuevo: lleva a?os obligado a defenderse. Lleva a?os teniendo que justificar su existencia, una existencia leg¨ªtima y legitimada. Lleva a?os hostigado, y por ello obligado a ejecutar pol¨ªticas duras, a veces dur¨ªsimas, porque lo contrario, el di¨¢logo y el trato igualitario con los palestinos, sus representantes y el mundo ¨¢rabe en general, incluido Ir¨¢n, que no es ¨¢rabe, se ha demostrado inviable. Es absolutamente cierto que una pol¨ªtica no-defensiva por parte israel¨ª habr¨ªa equivalido a su desaparici¨®n como Estado. Mas en todo caso, s¨®lo Israel ha sido capaz de hacer concesiones y de dar pasos unilaterales hacia la soluci¨®n, como la salida de Gaza, por ejemplo. En la corta historia de Israel -historia que nadie, hoy por hoy, puede garantizar que llegue a cumplir un siglo, salvo que los israel¨ªes mismos asuman, como hacen, su propio destino, cueste lo que cueste-, esos pasos de di¨¢logo con los palestinos s¨®lo han servido para el enga?o, el victimismo, el incremento del acoso y la hipocres¨ªa pol¨ªtica por parte ¨¢rabe. Los palestinos y los ¨¢rabes en general, desde la fundaci¨®n de Israel, han tomado el relevo, y no s¨®lo metaf¨®rico, del aparentemente periclitado nazismo alem¨¢n y centroeuropeo. Esta herencia es la base de todo el conflicto actual.
Cuando analizamos lo que sucede estos d¨ªas en Israel, en Gaza, en el sur del L¨ªbano, muchos intelectuales y pol¨ªticos, y muchos ciudadanos, olvidan que hay detr¨¢s largos a?os de paciencia incontenible por parte de Israel. Cierto que ha habido muchos actos israel¨ªes, much¨ªsimos tal vez, que han causado desolaci¨®n, horror, muerte y destrucci¨®n. Y no es f¨¢cil justificarlos por la raz¨®n, y menos por el coraz¨®n, pero a la hora de juzgarlos hay que aplicar un pensamiento desprejuiciado, algo que nunca aplica Europa o gran parte de ella (y menos el mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n, sumido todo ¨¦l, absolutamente todo ¨¦l, en la tiran¨ªa m¨¢s retr¨®grada), para poder entender que la pol¨ªtica fuerte a la que se ve abocado a veces el Estado israel¨ª es la salvaci¨®n de Israel, porque nadie va a dar la cara por Israel en la Historia que viene, como nadie la dio en el pasado.
Cuando lleg¨® al poder Ham¨¢s ya se sab¨ªa que aplicar¨ªa el ¨²nico criterio moral y pol¨ªtico que lo sostiene: la destrucci¨®n de Israel, aun a costa del sacrificio y el sufrimiento del propio pueblo palestino, empobrecido, entre otros, por sus dirigentes y sus milicias fan¨¢ticas. ?C¨®mo si no se puede entender la mentalidad del atentado suicida, de la muerte como principio sacralizado y universal, de la utilizaci¨®n de la poblaci¨®n civil como permanente escudo humano de los terroristas palestinos, hoy en el Gobierno? ?Acaso alguien se ha parado a pensar que la manipulaci¨®n de los muertos y heridos civiles palestinos procede de una premeditada -y demoledora- estrategia, con Ir¨¢n y Hezbol¨¢ a la cabeza, para generar ese victimismo que tanto satisface a las conciencias europeas y les permite seguir haciendo el juego de los que desean la desaparici¨®n de Israel? Cierto que Israel ya no tiene contemplaciones con esas taimadas argucias de Ham¨¢s o Hezbol¨¢, porque de ello depende su futuro m¨¢s que nunca, pero lo ha avisado. Lo ha advertido desde que en el Gobierno est¨¢ Ham¨¢s, cuyo programa fundacional, como bien demostr¨® Daniel Jonah Goldhagen en un art¨ªculo en EL PA?S (9-2-2006), es un hiperdesarrollo de la ideolog¨ªa nazi.
Los mayores enemigos del pueblo palestino o liban¨¦s son Ham¨¢s, Hezbol¨¢ y sus sostenedores, especialmente Siria o Ir¨¢n, un pa¨ªs este ¨²ltimo dirigido por una casta sacerdotal, enemiga de los valores de justicia, igualdad y solidaridad que la democracia laica representa (o sea, nosotros), y gobernado por el mayor loco que dar¨¢ el futuro inmediato, Mahmud Ahmadineyad, y a quien Europa no ha sabido parar los pies (ni lo har¨¢) hasta que cometa la tropel¨ªa que se ve venir: una orquestada acci¨®n de provocaci¨®n a Israel para que el conflicto se generalice hacia pa¨ªses que permitan justificar la intervenci¨®n nuclear de Ir¨¢n en la regi¨®n. ?Pero no vemos que esto es lo que hizo Hitler? Aunque a muchos les disguste, el ¨²nico camino para nuestra supervivencia es entender de una vez por todas que Israel somos nosotros, o buena parte de nosotros, y su existencia es garant¨ªa de nuestra existencia. Los que hablan de genocidio con desfachatez ignorante deber¨ªan apuntar sus dardos hacia los asesinos de sus propios pueblos: Ir¨¢n, Ham¨¢s, Siria. Nuestro enemigo com¨²n es Hezbol¨¢, como lo es Al Qaeda. Y el futuro que llega cada d¨ªa lo dice m¨¢s alto y m¨¢s claro.
Adolfo Garc¨ªa Ortega es escritor. Su ¨²ltima novela es Aut¨®mata, publicada por Bruguera.
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