No me corten el barrio

Plaza Tirso de Molina, barrio de Embajadores. Un centenar de personas, entre comerciantes y vecinos, se manifiesta contra el ?rea de Prioridad Residencial que conllevar¨¢ el cierre al tr¨¢fico de no residentes el 31 de julio.

Dos plataformas vecinales y empresariales y una patronal mostraron ayer su oposici¨®n al cierre al tr¨¢fico y reclamaron al Ayuntamiento de Madrid "m¨¢s di¨¢logo", m¨¢s "libertad de empresa", un horario de carga y descarga m¨¢s amplio y m¨¢s plazas para que las furgonetas descarguen sus mercanc¨ªas.

Esta posici¨®n, sin embargo, no es compartido por La Corrala, otra asociaci¨®n vecinal del barrio que s¨ª apoya la medida adoptada por el Ayuntamiento.

Eva Dom¨ªnguez, presidenta de la Asociaci¨®n de Comerciantes de Mayoristas de Centro,

La plataforma La Corrala s¨ª apoya la decisi¨®n municipal de restringir la circulaci¨®n

critica que el Ayuntamiento ha adoptado la medida de forma unilateral y sin reunirse con los afectados.

"El alcalde quiere dise?ar la capital de sus sue?os, y para ello est¨¢ dispuesto a arrancar a nuestro barrio su piel mayorista", afirm¨® ayer el secretario general de la patronal Copyme, Miguel ?ngel Blanco, quien afirma que Embajadores es desde los setenta una zona preferentemente comercial.

El Gobierno de Alberto Ruiz-Gallard¨®n decidi¨® hace un a?o acabar con los atascos provocados por el ir y venir de las furgonetas de reparto en una zona donde conviven 814 establecimientos comerciales con 50.500 residentes. La llamada ?rea de Prioridad Residencial (APR) implica el cierre de las calles que rodean la plaza de Tirso de Molina: calzadas como Duque de Alba, Magdalena o Toledo -que desemboca en la Puerta de Toledo- dejar¨¢n de ser accesibles para los no residentes el 31 de julio. Algo contra lo que protestaron ayer algunos comerciantes y vecinos. "Cierre de Embajadores igual a despedidos", gritaron.

"Tengo 56 a?os y siempre he vivido en este barrio", exclam¨® Aurora P¨¦rez. "?Qu¨¦ har¨¦ cu¨¢ndo mis hijos y nietos se acerquen a verme a la calle Mes¨®n de Paredes?", se pregunta angustiada. "No vendr¨¢n, porque no tendr¨¢n d¨®nde aparcar", se responde a s¨ª misma.

Desde la patronal Copyme, exigen, al menos, una hora m¨¢s de carga y descarga (el APR fija un horario restringido de 10.00 a 13.00), y m¨¢s plazas de carga y descarga (el plan las amplia de 223 a 328). Las razones: "En este barrio hay muchos m¨¢s negocios que en el barrio de las letras, es imposible que a los comerciantes les d¨¦ tiempo a dejar sus fardos en tres horas y con 328 plazas", dice Blanco.

Pero tambi¨¦n surcaron la plaza gritos a favor del APR. Vecinos que, hartos de lidiar cada ma?ana con los embalajes y cajas que los comercios dejan tirados en las aceras, desean unas calles "m¨¢s tranquilas". "Este es un barrio de viejos, no de comercios", espet¨® Manuela a los representantes de Copyme, de la Asociaci¨®n de Comerciantes de Mayoristas de Centro y de la Asociaci¨®n de Vecinos y Comerciantes de Tirso de Molina (ATILA), que se concentraron ayer en el barrio.

En una esquina, lejos del revuelo, se estaba Chen Jian Wei, propietario de dos establecimientos, uno mayorista y otro minorista, en las calles de Embajadores. A pesar de su pobre dominio del espa?ol, explica que teme que el APR acabe con su negocio.

Ayer no se manifestaron ninguna de las dos asociaciones de comerciantes chinos. El vicepresidente de la Asociaci¨®n de Chinos en Espa?a, explic¨® a este peri¨®dico que "no puede opinar sobre el APR", sin querer m¨¢s detalles. Tampoco acudi¨® a la plaza la Asociaci¨®n de Comerciantes Chinos de Espa?a, aunque s¨ª lo hicieron el 10 de noviembre de 2005, cuando 2.500 mayoristas, minoristas, empleados y residentes marcharon en contra el cierre al tr¨¢fico de veh¨ªculos.

Desde el 1 de enero, el Ayuntamiento ha cerrado 30 establecimientos mayoristas en el barrio de Embajadores, la mayor¨ªa regentados por ciudadanos de origen chino.