Antisemitismo

Una foto poco afortunada del presidente del Gobierno con la kufiya o pa?oleta palestina y una cr¨ªtica contundente a Israel por el uso de "una fuerza abusiva" en su enfrentamiento con Hezbol¨¢ han propiciado la aparici¨®n de acusaciones de antisemitismo contra el Gobierno espa?ol, aplaudidas con ardor guerrero por el Partido Popular. Se trata de acusaciones injustas y perjudiciales para todos, empezando por los propios intereses de Israel.

La reacci¨®n del Gobierno de Ehud Olmert contra las provocaciones de Ham¨¢s y de Hezbol¨¢ es tan susceptible de cr¨ªtica como las acciones de sus adversarios. Nadie puede protegerse detr¨¢s de la condici¨®n de v¨ªctima propiciatoria universal para rechazar el cuestionamiento de su pol¨ªtica. Criticar la pol¨ªtica del Gobierno de Israel no es antisemitismo. La actuaci¨®n de Israel, en un entorno claramente hostil, puede entrar perfectamente dentro del principio de la leg¨ªtima defensa. Pero la leg¨ªtima defensa exige una respuesta proporcionada al ataque del que ha sido v¨ªctima. ?Lo es la que est¨¢ dando el Gobierno israel¨ª? El Ejecutivo de Olmert no puede atacar objetivos civiles y destruir infraestructuras b¨¢sicas para la vida de los ciudadanos acogi¨¦ndose a la leg¨ªtima defensa. Menos a¨²n tratar de justificar con ese argumento la muerte de m¨¢s de 300 personas, en su mayor parte civiles inocentes, en apenas una semana de hostilidades.

Rodr¨ªguez Zapatero, en perfecta sinton¨ªa con gran parte de la opini¨®n espa?ola e internacional, piensa que la acci¨®n de Israel es desproporcionada, al tiempo que condena las actuaciones de Ham¨¢s y Hezbol¨¢ y apela a una soluci¨®n diplom¨¢tica. Considerar todo esto como signo de antisemitismo es una ofensa a los propios ciudadanos israel¨ªes, especialmente a aquellos que han expresado democr¨¢ticamente el desacuerdo con su Gobierno.

Por eso, agitar el fantasma del antisemitismo est¨¢ completamente fuera de lugar. Aunque encuentre algunos f¨¢ciles asideros en la debilidad de Zapatero en este cap¨ªtulo, demasiado influenciado por algunos prejuicios de la izquierda que le llevan a manejar los argumentos con una evidente falta de matices. Pero el principal asidero, sin embargo, es la actitud del PP, que aprovecha cualquier circunstancia para provocar el incendio y ver si consigue da?ar al Gobierno.

Si las relaciones entre Espa?a e Israel pasan un mal momento, como ha se?alado el embajador V¨ªctor Harel, no es ni mucho menos para alegrarse. Al contrario. Zapatero debe trabajar para evitar que las instituciones internacionales traten con tanta asimetr¨ªa a Israel y a los palestinos, porque es la mejor manera de que las cosas avancen en Oriente Pr¨®ximo. Pero debe ser cauto, sabiendo que cualquier cosa ser¨¢ aprovechada en un conflicto que tanto envenena las relaciones internacionales. En cualquier caso, hace falta que el jefe del Ejecutivo se implique m¨¢s a fondo en esta materia. En un mundo tan interrelacionado, la pol¨ªtica internacional no puede ser la cenicienta del Gobierno.