Caricaturas

El Equipo Cr¨®nica, al que perteneci¨® Manolo Vald¨¦s desde su fundaci¨®n en 1965, junto a Juan Antonio Toledo y Rafael Solbes, constituy¨® uno de los acontecimientos creativos m¨¢s significativos en la cultura visual de los ¨²ltimos a?os del franquismo, ya que este grupo realiz¨® una pintura que, en palabras de Valeriano Bozal, posibilit¨® "un pop eminentemente cr¨ªtico, pol¨ªtico e ir¨®nico" (2001). A la muerte de Solbes, en 1982, Vald¨¦s reinicia su carrera art¨ªstica en solitario, para lo que establece una cesura entre el trabajo en "equipo" y la obra "personal" que responde al hecho de que en aquellos primeros a?os ochenta, se ha consolidado un cambio pol¨ªtico sustancial y se ha generado un inter¨¦s por el arte y la cultura que no exist¨ªan cuando surgi¨® la necesidad de fundar grupos como Estampa Popular o el mencionado Equipo Cr¨®nica.

La obra en solitario de Vald¨¦s, como es l¨®gico, es deudora del trabajo del Equipo Cr¨®nica, que tuvo una importante influencia en su ¨¦poca, sin embargo, en los a?os ochenta la nueva obra pierde lastre pol¨ªtico, se aleja de los planteamientos cr¨ªticos con el arte y la sociedad y se desliza de lo ir¨®nico a lo caricaturesco. Amaner¨¢ndose en el manejo de la materia y empleando t¨¦cnicas muy diversas, su trabajo se centra en la caricatura de las grandes obras de la historia del arte y de los "cl¨¢sicos" contempor¨¢neos, parafraseando sus elementos anecd¨®ticos y esquematizando sus formas caracter¨ªsticas que reduce a siluetas, bultos y gestos, muy bien resueltos, de manera que las obras referentes se transforman en iconos f¨¢cilmente consumibles, como sucede con sus repetidas meninas que ha reproducido en una extensa gama de t¨¦cnicas.

El f¨¢cil reconocimiento por parte del p¨²blico de estas formas ic¨®nicas, no exentas de cierta contundencia, trae como consecuencia su aceptaci¨®n t¨¢cita ya que se genera un disfrute en el establecimiento de las relaciones de parecido. Realizar una caricatura supone conseguir un cierto nivel de expresionismo caracter¨ªstico que sea f¨¢cil de apreciar por el p¨²blico, esta facilidad adula al espectador que es capaz, sin grandes esfuerzos, de reconocer lo caricaturizado, a pesar de que la obra se aleje de las convenciones normales sobre lo que es la representaci¨®n de la realidad. El impecable acabado de las obras de Vald¨¦s, en las que lo premeditado y lo casual se al¨ªan para ofrecer la sensaci¨®n de inmediatez gestual, ha conducido al artista a cosechar un indudable ¨¦xito de p¨²blico.