Los encantos del hada
Siempre es ¨²til revisar a Billy Wilder. En una de sus pel¨ªculas menores, aquella en que un empresario norteamericano y una manicura gordita se encuentran en Capri por la muerte de sus respectivos padres, el personaje interpretado por Jack Lemmon exhibe una y otra vez la seguridad propia del hombre de negocios yanqui. Mediado el filme, se ve obligado a tratar con unos lugare?os que acaban de secuestrar el cad¨¢ver de su padre. Ante su amigo el hotelero italiano, proclama entonces con firmeza: "?Piden veinte millones de liras! Ya ver¨¢n lo que es tratar conmigo". Pocas horas despu¨¦s regresa triunfante: "?Les he convencido! ?He pagado veinte millones de liras!". Su interlocutor le felicita calurosamente.
El episodio se ajusta muy bien a la forma de elaborar los grandes acuerdos pol¨ªticos, que entre nosotros viene poniendo en pr¨¢ctica el presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Una vez reconocido un problema y expuestas las demandas pol¨ªticas relativas al mismo, nuestro hombre pone por delante dos cosas: su voluntad de "di¨¢logo" y al mismo tiempo la seguridad de que los intereses del Estado, o en su caso la Constituci¨®n, ser¨¢n respetados en su integridad. Entra aqu¨ª en escena su capacidad medi¨¢tica. Catalu?a se sentir¨¢ m¨¢s c¨®moda, mientras de cara a la Constituci¨®n de "la Espa?a plural" todo queda limpio como una patena. Con ETA contra las cuerdas por la acci¨®n de la polic¨ªa y de la ley, su reingreso en la escena pol¨ªtica, v¨ªa Batasuna, no representar¨¢ precio pol¨ªtico alguno, a pesar de que el Gobierno asume nada menos que el dispositivo de dos mesas que planteara ETA en su llamada "alternativa democr¨¢tica". La segunda partida est¨¢ en el aire. De la primera ya conocemos el resultado: al igual que Jack Lemmon, Zapatero sale triunfante, eso s¨ª, a costa de aceptar en lo esencial el esquema de bilateralidad en las relaciones Generalitat-Estado, el monopolio ling¨¹¨ªstico y el cambio de financiaci¨®n reclamados desde el nacionalismo. No hay duda: les ha convencido. El peligro es que acabe convenciendo del mismo modo a Otegi y a Josu Ternera, quienes en la mesa pol¨ªtica, apoyados en plan de puja por el Gobierno vasco y el PNV, no van a conformarse con una simple ampliaci¨®n del autogobierno. Lo que cuenta, para Zapatero, no es el contenido del acuerdo, sino la imagen p¨²blica de que ese acuerdo se ha conseguido y que se debe esencialmente a su gesti¨®n. Es una v¨ªa cargada de riesgos, aun cuando muy rentable en t¨¦rminos de m¨¢rketing pol¨ªtico, aplicable a la pol¨ªtica exterior. Tomemos la cuesti¨®n de Gibraltar. Hace unos d¨ªas, Geoff Hoon, ministro brit¨¢nico para Europa, celebraba en una entrevista el giro copernicano que ZP ha dado a la visi¨®n de Espa?a sobre el Pe?¨®n: gracias a su realismo "hemos enterrado el pasado". Ese pasado eran las reivindicaciones seculares de Espa?a, reemplazadas por un reconocimiento de facto del Gobierno de Gibraltar, como no, en el marco de una relaci¨®n tripartita dominada por Reino Unido. Hacia la autodeterminaci¨®n. No somos China, claro, pero resulta dudoso ver las ventajas de una renuncia que rompe el que si era un muy rentable equilibrio de frustraciones, dada la presencia espa?ola en Ceuta y Melilla. Tambi¨¦n aqu¨ª les hemos convencido: Zapatero ha mostrado "mucha valent¨ªa, mucho coraje", elogia Hoon. El efecto sobre la opini¨®n, a favor de corriente, marca la direcci¨®n de la pol¨ªtica en la tragedia del momento: la guerra de Oriente Pr¨®ximo. Zapatero se ha lanzado a fondo en el alineamiento con la causa palestina, pa?oleta incluida. Ahora bien, una aproximaci¨®n tan visible a la ¨®ptica militante musulmana, cuyo mejor ejemplo son los reportajes de la cadena Al-Yazira, puede parad¨®jicamente limitar la eficacia de una buscada presi¨®n sobre Israel. Al frente de Palestina est¨¢ hoy Ham¨¢s, quien activ¨® el detonador de la crisis y busca la destrucci¨®n del Estado de Israel. Jugar como ha hecho aqu¨ª ZP con los s¨ªmbolos es jugar con fuego, atiz¨¢ndolo. Es un mal camino para la confusa, por lo menos en sus palabras, Alianza de Civilizaciones.
Pero es que Zapatero es un hada, como nos dice un excelente cineasta. A veces lo prueba: ejemplo, el salvamento de los n¨¢ufragos de Malta. Y sus adversarios son trasgos, seg¨²n muestra la fusi¨®n infame de la serpiente y de la rosa, cuando tantos socialistas fueron v¨ªctimas, al igual que Miguel ?ngel Blanco, de los cr¨ªmenes pol¨ªticos de ETA.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.