"Las cosas no son ni blancas ni negras"
Eli Ovits, de 27 a?os, deja sus estudios en Jerusal¨¦n para volver a incorporarse a filas
"Tengo sentimientos contradictorios. Nunca es sencillo ponerse el uniforme, porque todo cambia de repente. Como civil, puedes opinar y discrepar. Como soldado, hay que obedecer ¨®rdenes y seguir la l¨ªnea". Eli Ovits, de 27 a?os, es un reservista que se incorpor¨® a filas hace 48 horas. Ha dejado sus estudios de Relaciones Internacionales en la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n y trabaja ahora en un cuartel de Haifa. "Es curioso. Tengo familia en Nahariya, muy cerca de la frontera. Han marchado a Jerusal¨¦n, que est¨¢ con los hoteles y los restaurantes hasta arriba, y yo he venido aqu¨ª", relata ante la desierta bah¨ªa de Haifa, que acaba de ser bombardeada por los Katiushas de Hezbol¨¢.
Como Eli, unos 400.000 hombres entre los 21 y los 40 a?os -las mujeres sirven en las Fuerzas Armadas dos a?os, pero no acuden a la reserva- han tomado su fusil y se han incorporado a sus unidades. Lo hacen cada a?o entre dos y cuatro semanas, y durante ese tiempo el Ministerio de Defensa se hace cargo de los sueldos que cobran en sus empleos. La mayor¨ªa de reservistas repite en la misma unidad, de acuerdo con su formaci¨®n. Los hay que van muy a gusto. Se encuentran con amigos a los que no ven el resto del a?o y las juergas no escasean. Ahora no est¨¢ el panorama para fiestas.
Siempre suponen aires renovados. "Nosotros", comenta Eli, "vemos la fotograf¨ªa completa y aportamos una visi¨®n fresca a los soldados regulares". Desde luego, su opini¨®n difiere hasta cierto punto de la tesis oficial. "Nunca se va a solucionar el conflicto con las armas". Aunque, eso s¨ª, respalda la dureza de la respuesta por las peculiaridades de Israel. "Tal vez el ataque israel¨ª sea desproporcionado, pero la amenaza tambi¨¦n lo es. Nosotros no estamos en una guerra contra el terrorismo global, nosotros los tenemos a las puertas de casa. ?Cu¨¢l ser¨ªa la reacci¨®n si los cohetes cayeran sobre Londres desde un pa¨ªs vecino? Las cosas", a?ade, "no son blancas ni negras, pero tenemos que enviar un mensaje claro al Gobierno liban¨¦s para que asuma sus obligaciones. Si nuestra respuesta fuera d¨¦bil, dentro de dos meses estar¨ªamos igual".
Jeff Gafni, arquitecto de 63 a?os, transmite serenidad. Reside en Jerusal¨¦n y no ha respondido a ning¨²n llamamiento. "Soy voluntario, y dicen que soy el soldado combatiente con m¨¢s edad en el Ej¨¦rcito. Sirvo en una unidad de paracaidistas en el sur", dice, sin especificar el emplazamiento. No debe andar lejos de la franja de Gaza este hombre convencido de que "nada se puede negociar con las organizaciones terroristas".
En la brigada de Jeff sirve tambi¨¦n su hijo de 24 a?os. Naci¨® cuando su padre podr¨ªa haber guardado su uniforme para siempre. No lo ha hecho y se considera afortunado. "Conservo la capacidad intelectual y f¨ªsica, y eso es una suerte. Mi esposa dice que estoy loco. Y es verdad que a veces he pasado miedo. Soy Jeff Gafni, no Superman. Pero hay que afrontar los temores para proteger a tu familia, tu pa¨ªs y tus ideas".
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