Marbella, suma y sigue

Era impensable que Juli¨¢n Mu?oz, el hombre del fallecido Jes¨²s Gil en Marbella, su sucesor en la alcald¨ªa, quedara al margen de la investigaci¨®n judicial que intenta sacar a luz la trama de corrupci¨®n pol¨ªtico-urban¨ªstica asentada en el Ayuntamiento de aquella ciudad. Su detenci¨®n y puesta a disposici¨®n judicial acusado de cohecho y de malversaci¨®n de fondos p¨²blicos era esperada, y lo que sorprende es su tardanza. Como tambi¨¦n era previsible su ingreso en prisi¨®n preventiva tras declarar ante el juez, siguiendo as¨ª los pasos de un tercio de los implicados. El mismo camino han seguido un antiguo concejal del Partido Andalucista, el ¨²nico de los miembros de la ¨²ltima corporaci¨®n que permanec¨ªa libre de imputaci¨®n, y dos de los tres altos directivos de la inmobiliaria Aifos, detenidos al tiempo que Mu?oz.

Con estas detenciones, los implicados en las sucesivas fases de la llamada Operaci¨®n Malaya, iniciada en abril pasado, son ya m¨¢s de 60. Entre ellos, la mayor¨ªa de los concejales de la ¨²ltima corporaci¨®n marbell¨ª, una veintena de empresarios, de la construcci¨®n en su mayor parte, un pu?ado abogados y un buen n¨²mero de testaferros y c¨®mplices. Lo que diga Mu?oz ante el juez y el fiscal Anticorrupci¨®n no s¨®lo ser¨¢ relevante para decidir su suerte personal, sino para calibrar si el pozo putrefacto excavado durante a?os en Marbella ha tocado fondo o todav¨ªa hay que esperar m¨¢s sorpresas.

Mu?oz ha ejercido funciones en la corporaci¨®n marbell¨ª desde 1991 y debe ser, por tanto, un buen conocedor de los mecanismos que hicieron posible el descontrol urban¨ªstico teledirigido desde el Consistorio. Tambi¨¦n ser¨¢ relevante lo dicho por los empresarios al juez para aclarar si las inmobiliarias fueron v¨ªctimas de pol¨ªticos corruptos o pusieron algo o mucho de su parte para ampliar el negocio, pasando por encima de ordenanzas y leyes urban¨ªsticas. La impresi¨®n es que el delito de cohecho, activo y pasivo, ha funcionado a tope en esos a?os en Marbella.

Este nuevo coletazo de la Operaci¨®n Malaya muestra la determinaci¨®n de la justicia de llegar hasta el fondo. Pero la batalla en los tribunales no ser¨¢ f¨¢cil, pues no es descartable que una parte del dinero de la corrupci¨®n sirva para articular una defensa jur¨ªdica de los imputados capaz de desequilibrar a su favor la igualdad de armas en el proceso y en detrimento del trabajo del Ministerio Fiscal. De ah¨ª la necesidad de que la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n disponga de medios suficientes para ejercer su funci¨®n en igualdad de condiciones. La sociedad tiene derecho a una defensa al menos tan efectiva y de calidad como la que puedan pagarse los presuntos corruptos.