Asignaturas pendientes
La derecha espa?ola ya no es lo que era. Antes era brutal, pero al menos ten¨ªa principios. Ahora se reduce a ser brutal. Y sin principios. Hace un par de semanas compart¨ª mesa y mantel con unos votantes confesos del Partido Popular. Denunciaron que Espa?a estaba siendo vilmente liquidada en la trituradora de La Moncloa, pero adem¨¢s les invad¨ªa una c¨®lera puntual: que el presidente del Gobierno, el infame Zapatero, no acudiera a la misa que iba a celebrar en Valencia el Papa Benedicto. ?Hasta ese punto pod¨ªa llegar el ominoso tirano? Pues, en efecto, hasta ese punto lleg¨®.
Hice observar a los iracundos detractores que ellos jam¨¢s iban a misa, pero eso era s¨®lo un detalle: al parecer, la nueva moral de la derecha exime de ir a misa, pero obliga a que los agn¨®sticos lo hagan. Por desgracia, hoy d¨ªa los asuntos del esp¨ªritu se solventan de ese modo: los de izquierda se divorcian, los de derecha obtienen la nulidad eclesi¨¢stica. Frente a la indisolubilidad del matrimonio, la izquierda asume el matrimonio disoluble. Pero para la derecha, m¨¢s que "indisoluble", resulta meramente "soluble", soluble como un azucarillo en la taza de un caf¨¦, v¨ªa papeleo episcopal. En esas condiciones, parece bastante hip¨®crita ponerse a dar lecciones, al presidente o a nadie.
Dudo, no obstante, que la asignatura Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa, acu?ada por el Gobierno socialista, nos ayude a clarificar el criterio de las nuevas generaciones. Me temo que la izquierda, como siempre, no puede resistir la tentaci¨®n de inocular ideolog¨ªa, tentaci¨®n mucho m¨¢s estable que la ideolog¨ªa en cuesti¨®n, ya que ¨¦sta suele cambiar, de Robespierre para ac¨¢, dos o tres veces por generaci¨®n. A modo de ejemplo, antes los comisarios pol¨ªticos dec¨ªan "dictadura del proletariado", llevaban pistola al cinto y consideraban la familia una instituci¨®n burguesa. Ahora dicen "multiculturalidad", restringen el sistema comunista a los libros de texto y creen que a la familia puede aplicarse la definici¨®n barojiana de novela. Por eso, como no hay garant¨ªas de en qu¨¦ consistir¨¢ la ciudadan¨ªa ni siquiera el pr¨®ximo curso, mejor que la concreci¨®n de los criterios revierta a los padres y las madres de los ni?os: seguro que no los quieren menos que la ministra de turno. Con el trabajo que supone su crianza, uno reclama ciertas compensaciones, y la primera de ellas es dar la murga a los v¨¢stagos con opiniones, con principios filos¨®ficos o religiosos, con eso que los horteras llamamos "cosmovisi¨®n". Ya que uno se molesta en traer hijos al mundo tambi¨¦n tiene derecho a se?alar qu¨¦ desgracia de mundo es este, y no ceder esa labor a funcionarios (que a lo mejor tienen plaza en propiedad y ni siquiera piensan que el mundo es desgraciado). Parece mentira que el Gobierno socialista no entienda algo tan elemental. Adem¨¢s, puestos a lanzar soflamas, ?por qu¨¦ a los ni?os? Todo pol¨ªtico cuenta ya con afiliados.
Es ley de vida que los hijos se rebelen contra los padres. Tal rebeli¨®n resulta necesaria para que accedan a una plena madurez. Pero, ?c¨®mo rebelarte contra tu padre si el que te ha amargado la secundaria, el verdadero baluarte del sistema, resulta ser un educador para la ciudadan¨ªa? Los padres dedican a?os a atormentar a sus hijos con el fin de que alg¨²n d¨ªa ¨¦stos les lleven la contraria. Rebelarse contra los padres, a cierta edad, es una obligaci¨®n moral. Pero si ese papel lo usurpa la burocracia educativa, los muchachos pueden confundirlo todo y, en vez de contra los padres, rebelarse contra el poder p¨²blico, contra el sistema, contra la misma democracia. Me temo que la famosa Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa dar¨¢ tanto la carga a los chavales que parte de ellos pasar¨¢ el sarampi¨®n antisistema militando en el anarquismo radical o en el fascismo puro y duro. Eso si no se hace islamista y se pone a modo de bufanda una ristra de explosivos.
Yo pensaba que en la derecha hab¨ªa mucho cat¨®lico no practicante cuando lo que hay, en realidad, es mucho dem¨®crata no practicante. La izquierda, en cambio, lo f¨ªa todo al adoctrinamiento, convencida, sin mejores elementos probatorios, de su superioridad moral. ?Habr¨¢ alguna alternativa? Qui¨¦n sabe. Menos mal que uno no es analista pol¨ªtico y apenas se dedica a escribir.
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