Alba tendr¨¢ plaza en un colegio mayor adaptado

La llamada lleg¨® en un momento en el que Alba Ga?¨¢n (17 a?os) estaba un poco deca¨ªda. Acababa de recibir la carta de admisi¨®n en la carrera de Filolog¨ªa ?rabe en la Universidad Complutense y, seg¨²n contaba ella misma, todav¨ªa estaba "todo en el aire". Con unas notas sobresalientes (8,62), Alba ve¨ªa peligrar su entrada en el campus porque se desplaza en silla de ruedas debido a una enfermedad degenerativa [ver EL PA?S de 8 de julio], aunque la Complutense ya se hab¨ªa comprometido a asumir el transporte "si era necesario".

Pero justo entonces, esta misma semana, recibi¨® esa llamada del Colegio Mayor Juan Luis Vives en Madrid dici¨¦ndole que tendr¨¢ una plaza el pr¨®ximo curso. Su principal problema para llegar a la facultad era que, descartado el transporte p¨²blico por falta de adaptaci¨®n, necesitaba un taxi preparado para recorrer los 20 kil¨®metros que separan su localidad, San Fernando de Henares, de la facultad, en el centro de Madrid. Y no le alcanzaba el dinero.

El colegio mayor, que depende de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, ofrece en estos momentos siete plazas adaptadas para discapacitados mediante un convenio con la Fundaci¨®n ONCE. Alba no tendr¨¢ que pagar nada. Seis las han renovado los alumnos que ya resid¨ªan all¨ª y la otra fue solicitada por un futuro alumno de Inform¨¢tica. Para el a?o que viene estaba previsto construir otra habitaci¨®n adaptada m¨¢s, cuenta. "Pero van a adelantar las obras, van a construir esa habitaci¨®n en agosto, y ¨¦sa va a ser la que ocupe yo", dice, entusiasmada, la joven.

Est¨¢ "feliz", apenas se cree, despu¨¦s de todas las dificultades que ha sorteado en los ¨²ltimos meses, que todo se vaya poco a poco solucionando. La pr¨®xima semana tendr¨¢ que pedir el traslado de expediente en la Universidad de Alcal¨¢, donde hizo Selectividad y, con el papel que le den all¨ª, ir a la Complutense a formalizar la matr¨ªcula que la convertir¨¢ por fin en alumna de Filolog¨ªa ?rabe. "A¨²n no s¨¦ c¨®mo me voy a organizar", dice.

Pero a¨²n queda un cabo suelto. Alba, que no puede mover las piernas y apenas tiene fuerzas para mover los brazos, necesita ayuda en muchas actividades diarias, como para vestirse o ir al ba?o. As¨ª que ha solicitado su admisi¨®n en un programa piloto de la Comunidad de Madrid que ofrece un asistente personal las 24 horas del d¨ªa. Este servicio lo gestiona la asociaci¨®n de discapacitados ASPAYM. El a?o que viene 13 personas se beneficiar¨¢n de este servicio. Hasta septiembre, Alba no sabr¨¢ si ser¨¢ una de ellas.