Se vende (a buen precio) arte de vivir
Se trata de un sencillo mu?equito de pl¨¢stico de un solo color que reproduce la efigie de un mafioso cl¨¢sico: se echa junto con los espaguetis al agua hirviendo y a los nueve minutos avisa mientras suena La donna ¨¦ m¨®bile. Hay diferentes categor¨ªas de mafiosos: seg¨²n el tiempo de cocci¨®n cantan la marcha triunfal de A¨ªda o la m¨¢s famosa aria de Nabucco. Un lujo de gadget, sonrisa garantizada + impacto de connaiseur, por 23 euros. ?Caro? Por 2,90 euros un extraordinario estropajo espa?ol con forma de toro, por dos euros pelados un simp¨¢tico burrito saltar¨ªn (el toro est¨¢ agotado), o por 2,80 euros un Barcelona bomb¨®n: chocolate envuelto en una ins¨®lita foto de Barcelona. Adem¨¢s: joyer¨ªa artesana magn¨ªfica, camisetas con magia, rinc¨®n de ni?os afortunados... un bazar de imaginaci¨®n, realismo (lo m¨¢s caro cuesta 100 euros), arte de vivir. Esto es Dos i una (por Vicens, un letraherido y escritor, Juan Antonio y Brigitte, ambos artistas pl¨¢sticos), una tienda barcelonesa de culto dedicada a lo inesperado: una rareza en tiempos de grandes cadenas globales y enormes superficies comerciales.
"Una tienda es una declaraci¨®n de principios y ¨¦sta es una simbiosis entre el p¨²blico, Barcelona y nosotros", asiente Vicens Ferran. "De lo que estoy m¨¢s contento es de los muchos buenos amigos que he hecho a trav¨¦s de la tienda". El buen gusto, el buen rollo, une a gente que compra y vende. Amigos barceloneses, catalanes, muchos madrile?os y de todo el mundo: Dos i una es un s¨ªmbolo barcelon¨¦s reconocido en gu¨ªas y en prensa extranjera como el New York Times (que la descubri¨® en la d¨¦cada de 1980). Desde que en 1976 encontraron esos 60 metros h¨¢biles de la calle de Rosellon, Vicens ha echado canas. Es un botiguer que ha vivido en una cueva de Aladino, y ha viajado a paisajes impensados gracias a una mezcla de objetos y gente que ha evolucionado en el tiempo sin traicionar el encanto inici¨¢tico.
"Al principio tuvimos que inventar el producto: ¨¦ramos artesanos, experiment¨¢bamos. Luego, en la d¨¦cada de 1980, hab¨ªa que escoger entre la obra de arte o lo que ofrec¨ªa el mercado. En la de 1990 ya aparecen los chinos, los asi¨¢ticos, otra revoluci¨®n. Pero creo que nunca hemos ca¨ªdo en la horterada. Hemos funcionado por intuici¨®n: vemos lo que nos gusta y lo que tiene sentido, aunque sea perfectamente absurdo", explica. El caso deber¨ªa estudiarse en las escuelas de negocios: nunca han buscado el ¨¦xito total o hacerse millonarios, sino divertirse, vivir y hacer amigos. Un buen balance, a estas alturas. "El botiguer tambi¨¦n puede morir de ¨¦xito: de las crisis se aprende mucho". ?l confiesa no ser nada consumista: "nunca voy de tiendas salvo que tenga algo muy concreto que comprar".
Vicens, 60 a?os, naci¨® en Girona, y su familia y la de su primo Juan Antonio era de Rupi¨¤ -pueblo ampurdan¨¦s hoy famoso porque veranea Pasqual Maragall- pero se cri¨® en Amposta y vino a estudiar Filolog¨ªa hisp¨¢nica a Barcelona, mientras sus padres se instalaban en Lleida. Perfecta pancatalanidad que acaba haciendo barcelonismo a trav¨¦s de una tienda. ?l quer¨ªa ser escritor -ha publicado dos novelas y prepara otra- y se puso a hacer de profesor de literatura. Un d¨ªa de verano en la d¨¦cada de 1960, ¨¦l y su primo Juan Antonio, inquieto artista, conocen a Brigitte, una turista francesa sensible al arte que aquel d¨ªa llevaba bajo el brazo La metamorfosis de Kaftka: les impresion¨® tanto que ya no se separaron. "?Por qu¨¦ no ponemos una tienda?", se plantean en 1976: dicho y hecho. Vicens organiza y Juan Antonio y Brigitte van a producir (artesanalmente) lo que piensan vender. Acogen a otros artistas que empiezan, como Kima Guitart y Mariscal. La tienda es una especie de sala de exposiciones: se llena de gente. Hoy contin¨²a igual: small is beautiful.
"Nuestros clientes no son consumidores. Los conservamos desde el principio, ahora vienen sus hijos. Hoy llega gente joven y me dicen: esta tienda es nueva, ?verdad?", dice encantado. Convierte a esos j¨®venes en sus amigos. Una tienda como esta es un buen periscopio social: "Enseguida notas si falta trabajo, como ocurri¨® tras los Juegos Ol¨ªmpicos. Ahora no hay crisis. No lo entiendo: la gente tiene much¨ªsimos gastos y sigue comprando, como si nada". ?ste es su diagn¨®stico: desde junio sabe lo que vender¨¢ en Navidad, "el 50% de la facturaci¨®n de todo el a?o". Una vez, en Navidad, se fue la luz con la tienda llena y sin luces de emergencia. Los compradores fueron saliendo ordenadamente: no falt¨® ni un pin.
m.riviere17@yahoo.es
PERFIL
Vicens Ferran, 60 a?os, se siente barcelon¨¦s, pero naci¨® en Girona y ha vivido en Tarragona y Lleida. Su min¨²scula tienda Dos i una es, desde 1976, una cueva de Aladino convertida
en s¨ªmbolo barcelon¨¦s por gu¨ªas de turismo y reportajes internacionales. Escritor, impulsor de proyectos literarios y de artistas pl¨¢sticos, dice que una tienda "es una declaraci¨®n de principios y ¨¦sta es una simbiosis entre el p¨²blico, Barcelona y nosotros"
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