Incendio en el bosque sumergido
La acci¨®n humana est¨¢ destruyendo de forma irreversible las praderas de posidonia
Matusal¨¦n, as¨ª llaman a un vegetal que habita en el mar. El organismo m¨¢s longevo del mundo -hay praderas de m¨¢s de 100.000 a?os- vive en el fondo del Mediterr¨¢neo, en Formentera, cerca de la costa y las playas, cuya integridad ayuda a mantener, frenando las olas y aportando arena. Es la posidonia oce¨¢nica, planta que no es una reliquia ni una mera curiosidad cient¨ªfica: sus grandes praderas forman unos ecosistemas capitales por la biodiversidad que albergan y generan.
Estas praderas, s¨ªmbolo de la vida submarina y litoral, que ocupan medio mill¨®n de kil¨®metros cuadrados en el Mediterr¨¢neo, est¨¢n en continua regresi¨®n. Sin embargo, su p¨¦rdida -irreversible- transcurre con pocos testigos mientras se multiplica la invasi¨®n humana de la costa y las agresiones directas. Las posidonias retroceden cada a?o a mayor velocidad que la selva del Amazonas.
Las poblaciones de posidonia mediterr¨¢nea desaparecen a un ritmo del 5% anual, cuatro veces m¨¢s que los bosques tropicales
No es gratuita la identificaci¨®n del universo submarino de las posidonias con la famosa Amazonia porque los bosques sumergidos atesoran un gran capital, "por las numerosas funciones que desempe?an de sumidero de CO2, reciclado de nutrientes, prevenci¨®n de la erosi¨®n y protecci¨®n de la l¨ªnea de costa, creaci¨®n y sost¨¦n de las playas", explica Carlos Duarte, cient¨ªfico del Instituto Mediterr¨¢neo de Estudios Avanzados, del CSIC y de la Universidad de las Islas Baleares.
Debajo del espejo marino, estas reinas verdes llamadas posidonias por Poseid¨®n, el rey de los mares en la mitolog¨ªa griega, han crecido de manera muy lenta (dos cent¨ªmetros al a?o) durante milenios, hasta constituir extensos mantos entre 15 y 40 metros de profundidad. Este paisaje tan vistoso para ba?istas y buceadores por su poderoso colorido, est¨¢ amenazado por la explotaci¨®n urban¨ªstica residencial, las instalaciones n¨¢uticas y los vertidos urbanos, agr¨ªcolas e industriales.
Las poblaciones de posidonia en el Mediterr¨¢neo desaparecen a un ritmo del 5% anual, cuatro veces superior al de los bosques tropicales. En la costa de Castell¨®n (Valencia) ya han desaparecido debido a los sedimentos de las aguas con arcillas que evacuan las factor¨ªas de cer¨¢mica.
En la ribera de Catalu?a quedan apenas 40 kil¨®metros cuadrados de posidonia y se teme por las grandes masas existentes en el cabo de Gata (Almer¨ªa).
"Su muy lento crecimiento y escasa producci¨®n de semillas hacen que las p¨¦rdidas sean irreversibles, ya que la recuperaci¨®n de una pradera de posidonia requiere entre 200 y 400 a?os. Queda fuera de la escala humana", explica Duarte.
Alrededor de las Baleares subsisten los bosques sumergidos m¨¢s importantes de Espa?a, con una extensi¨®n de hasta 2.000 kil¨®metros cuadrados. Duarte y su equipo multinacional observan la evoluci¨®n de la posidonia en el contexto de una investigaci¨®n que pondera adem¨¢s el impacto del cambio clim¨¢tico.
La supervivencia de estas activas manchas verdes submarinas est¨¢ condicionada por el calentamiento de las aguas del planeta -hay indicios puntuales de tropicalizaci¨®n del Mediterr¨¢neo-, la erosi¨®n del litoral, el aumento del nivel del mar, y, en especial, la alteraci¨®n de las caracter¨ªsticas naturales de la costa. Las plantas quedan arrasadas, o desprotegidas, lo que les hace padecer estr¨¦s fisiol¨®gico, y mueren.
El grupo de Duarte opera desde un enclave de una Mallorca virgen e id¨ªlica, la estaci¨®n del faro de Es Cap de ses Salines. Ante el parque nacional de la isla de Cabrera, el observatorio es ¨²nico en el litoral espa?ol porque la costa y los fondos marinos est¨¢n intactos, alejados m¨¢s de 10 kil¨®metros de zonas habitadas y de sus impactos.
Los expertos estudian las causas de la regresi¨®n, las funciones que realizan las praderas submarinas y las consecuencias de su p¨¦rdida, con el objetivo de elaborar unas directrices para su gesti¨®n y conservaci¨®n. La Fundaci¨®n BBVA coopera en la investigaci¨®n, que durar¨¢ cuatro a?os.
Los ejemplares m¨¢s longevos de posidonia oce¨¢nica han sido localizados en aguas de Formentera. Tienen una extensi¨®n de ocho kil¨®metros y 100.000 a?os de edad, en un c¨¢lculo en funci¨®n del crecimiento. Las plantas han sido contrastadas gen¨¦ticamente y son id¨¦nticas, surcan la costa entre las playas de Ses Illetes y Es Pujols, donde miles de yates cada verano lanzan sus anclas -abren sentinas y vierten basura- sobre estos tesoros vitales de la naturaleza.
Patrimonio de la humanidad
Entre Ibiza y Formentera hay 100 millones de plantas, en un ¨¢rea de 700 kil¨®metros cuadrados, la mayor del Mediterr¨¢neo. As¨ª, la Unesco, al declarar la ciudad de Ibiza patrimonio de la humanidad, extendi¨® la protecci¨®n al fondo de posidonias.
Las posidonias generan cada a?o 200.000 toneladas de arena y sostienen las playas baleares. En zonas donde se ha construido en las dunas, la din¨¢mica de flujos y aportes se frustra y retroceden las praderas submarinas, seg¨²n se?ala la investigadora N¨²ria Marv¨¤.

Un puerto de los Matutes amenaza las praderas de Ibiza
EN LA COSTA DE IBIZA se proyectan nuevos puertos deportivos -para duplicar la oferta- que afectar¨¢n a las praderas de posidonias. El m¨¢s avanzado es el de Es Viver, cerca de la ciudad de Ibiza y del parque natural de Ses Salines. Con 900 amarres y un dique de un kil¨®metro, es una iniciativa de las familias Matutes, con sus firmas Matursa y Fiesta Hoteles. M¨¢s de 9.000 firmas impugnan el puerto -que apoyan 7.000 comerciantes y vecinos- y resaltan que asolar¨¢ miles de metros de posidonia protegida, as¨ª como lugares de inter¨¦s comunitario (LIC), parte de la red Natura 2000 en el ¨¢mbito del programa Life de la UE.
Los Matutes proponen replantar 50.000 metros de posidonia cerca de los nuevos pantalanes para intentar mitigar los destrozos. Se recoger¨ªan semillas (las floraciones son excepcionales) y se plantar¨ªan pies como si de c¨¦sped se tratara. Es una utop¨ªa, creen los expertos, porque si arraigan, "pasar¨¢n siglos" antes de que se recreen las praderas de hasta 40 metros de altura.
No hay antecedentes, y todos los trasplantes han fracasado.
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