"La mentalidad de aqu¨ª es muy parecida a la b¨²lgara"
El chasis de un viejo helic¨®ptero empleado en la serie Polic¨ªas, estructuras met¨¢licas para atracciones de feria; maquinaria para efectos visuales (lluvia, fuego, humo...); m¨¢scaras de l¨¢tex listas para ser utilizadas en una obra de teatro; ingenios de animatr¨®ni-ca... ?ste es el escenario laboral de Kamen Stefanob Kalchev (Veliko Tarnovo, Bulgaria, 1975). Cada d¨ªa, desde las ocho de la ma?ana, y despu¨¦s de haber tomado un par de autobuses para hacer el viaje desde Torrej¨®n -"all¨ª vivo compartiendo piso con tres argentinos"- a Paracuellos del Jarama, Kamen pone su imaginaci¨®n y habilidad al servicio de Dream Factory, una empresa dedicada a producir efectos especiales para el cine y la televisi¨®n, ambientaci¨®n de parques de atracciones, artificios teatrales... -"tuve la suerte de encontrar el trabajo que siempre quise tener", afirma-.
"Empec¨¦ a vender en la calle los cuadros que pintaba"
"Cuando me qued¨¦, no hablaba espa?ol y no ten¨ªa papeles"
"Mi primer empleo en Espa?a fue de repartidor de propaganda de un restaurante en el paseo del Prado". En jornadas de nueve o diez horas, Kamen se encontr¨® con los problemas t¨ªpicos de un emigrante que trabaja en la calle. "Ten¨ªa miedo de la polic¨ªa, de que me devolvieran a mi pa¨ªs. Adem¨¢s, los propietarios del restaurante se pasaban mucho por all¨ª, para ver c¨®mo trabaj¨¢bamos. Quer¨ªan que fu¨¦ramos muy comunicativos". As¨ª estuvo casi seis meses, a dos euros la hora.
No fue f¨¢cil, para alguien educado en la creaci¨®n, pasar 12 horas en la calle con la ¨²nica labor de repartir folletos -"estudi¨¦ escultura, dise?o, dibujo... Mi mente est¨¢ enfocada hacia la creaci¨®n"-. Kamen, desde la infancia, tuvo la oportunidad de poner en pr¨¢ctica sus habilidades para el dibujo: "Viv¨ª siete a?os en un peque?o pueblo, con mi abuela. All¨ª lo ¨²nico que pod¨ªa hacer era dibujar. Fui a la universidad y en el tercer a?o, cuando tuve que elegir especialidad, opt¨¦ por la escultura".
A¨²n sin concluir sus estudios en la universidad, mont¨® una empresa, especializada en grupos escult¨®ricos, con tres compa?eros. Algunos de sus clientes no abonaron sus trabajos, y en oto?o de 2003, el proyecto empresarial tuvo que echar el cierre. Kamen, decidido a seguir progresando, emprendi¨® la aventura de la emigraci¨®n: "Primero estuve a?o y medio en Mil¨¢n". A pesar de disfrutar de la riqueza art¨ªstica italiana, el joven b¨²lgaro encontr¨® dificultades. Percibi¨® una desconfianza hacia los extranjeros que ¨¦l no se lo esperaba.
Con el t¨ªtulo universitario en el bolsillo, y algo escaldado por su mala experiencia en Italia, el escultor decidi¨® probar suerte en Espa?a. "Finalmente, opt¨¦ por quedarme aqu¨ª, aunque encontr¨¦ un par de problemas: No hablaba una palabra de espa?ol y no ten¨ªa papeles". Las dudas entre permanecer y volver se mantuvieron durante alg¨²n tiempo en su cabeza. "Afortunadamente, no me fui, y ahora no me arrepiento. Adem¨¢s, los espa?oles son mucho m¨¢s abiertos que los italianos. La mentalidad aqu¨ª es muy parecida a la b¨²lgara", dice.
Tras su experiencia como repartidor de propaganda en el paseo del Prado, Kamen quiso volver a pintar, dibujar y esculpir, por lo que busc¨® un trabajo relacionado con sus posibilidades. "Empec¨¦ a vender en la calle los cuadros que pintaba por la noche. La primera semana no vend¨ª nada. Me di cuenta de que ten¨ªa que aprender a vender y consegu¨ª ayuda en otros compa?eros pintores", explica.
El artista ambulante aprendi¨® que ten¨ªa que hablar con los clientes; ser m¨¢s comunicativo; que el comprador potencial se sintiera a gusto. "Al final consegu¨ª vender lo suficiente para cubrir mis necesidades". Viendo fotograf¨ªas y corridas de toros por televisi¨®n, aprendi¨® a pintar escenas taurinas de f¨¢cil venta.
Estando en el paseo del Prado, Kamen conoci¨® a Katy, una espa?ola que trabaja en el Museo Reina Sof¨ªa. "Ahora es como mi hermana en Espa?a. Gracias a ella consegu¨ª mi actual trabajo, en Dream Factory", cuenta. Despu¨¦s de cuatro visitas a la compa?¨ªa art¨ªstica, consigui¨® una prueba. Despu¨¦s lleg¨® un periodo de pr¨¢cticas de 10 d¨ªas: "De momento, me han renovado el contrato y ah¨ª sigo". El artista valora que cada ma?ana le espere una tarea distinta a la realizada el d¨ªa anterior. "Mi labor all¨ª es la de escultor y tengo mucha libertad. Efectos especiales, decoraci¨®n, m¨¢scaras, publicidad, algo para el teatro... Lo primero que hice fue una tar¨¢ntula para el Parque de Atracciones".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.