El v¨ªa crucis
El alcalde de Madrid ha declarado que la "reforma y recuperaci¨®n integral" de la Gran V¨ªa ser¨¢ uno de los apartados estrella en su programa electoral para las elecciones municipales del pr¨®ximo a?o. Es algo que clama al cielo, pero lo lleva claro el regidor, porque ¨¦sa es una calle de existencia azarosa. El primer proyecto de construcci¨®n data de 1862. Se pretend¨ªa unir la plaza de Espa?a y la calle de Alcal¨¢ con una amplia y elegante avenida (y, de paso, derribar un barrio cochambroso, decr¨¦pito y temerario, cobijo de gentes de vida airada). Las obras se iniciaron el 4 de abril de 1910, con Alfonso XIII como testigo, y no concluyeron hasta medio siglo despu¨¦s. Pero ya en 1866, mucho antes de nacer, era tan famosa que inspir¨® una de las obras maestras del g¨¦nero chico, La Gran V¨ªa, de Federico Chueca.
Esa zarzuela parece una profec¨ªa. La nueva avenida iba a liquidar un barrio de maleantes, pero el pueblo de Madrid present¨ªa que esa gente no marchar¨ªa de all¨ª. En la obra de Chueca irrumpen como ratas, ladrones: "Yo soy el Rata primero... / Y yo el segundo... / Y yo el tercero. / Cuando nos echa mano / la polic¨ªa, / estamos seguritos / que es para un d¨ªa". Se puede llegar a una pat¨¦tica constataci¨®n: por culpa de la dejadez de los gobernantes, la Gran V¨ªa, quiz¨¢ la calle m¨¢s famosa de Madrid y la obra m¨¢s importante del siglo XX en la capital, vuelve a sus or¨ªgenes temerarios; cambiar todo para acabar en lo mismo. M¨²ltiples edificios de noble planta parecen de cart¨®n piedra, decorado pretencioso y decadente.
La Gran V¨ªa est¨¢ mosqueada desde el principio, porque las calles, como las estatuas, tienen su orgullo y no les gusta que las cambien de nombre. Al principio estaba dividida en tres tramos: Conde de Pe?alver, Pi y Margall, y Eduardo Dato. Despu¨¦s se llam¨® Gran V¨ªa, pero lleg¨® Franco y orden¨® que su nombre fuera avenida de Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera. Con la democracia, volvi¨® a ser la Gran V¨ªa, aunque todo el mundo la llamaba as¨ª durante la dictadura. Ah¨ª est¨¢n para demostrarlo la librer¨ªa Espasa Calpe, el edificio de la SER o el oratorio del Caballero de Gracia.
Ruiz-Gallard¨®n se propone reformar y recuperar la Gran V¨ªa, algo absolutamente necesario, urgente. Pero ?en qu¨¦ va a consistir esa movida? Algunos tiemblan pensando en las obras que nos acechan. Que el Caballero de Gracia nos asista en este v¨ªa crucis.
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