Alarma
El somormujo lavanco es un ave inconfundible. Incluso el menos habituado de los observadores aprender¨¢ a reconocer enseguida su elegante silueta y sobre todo su original cabeza, coronada por dos abanicos de plumas oscuras, como dos orejas. El virus de la gripe aviar ha elegido a esa ave magn¨ªfica para estrenarse aqu¨ª, tal vez como una manera de subrayar o afilar el s¨ªmbolo de su capacidad de destrucci¨®n. Las poblaciones espa?olas de somormujo lavanco son esencialmente sedentarias, aunque en julio y agosto pueden hacer algunos viajes cortos para mudar la pluma. Dicen por ello los ornit¨®logos que el somormujo muerto de H5N1 en Salburua ven¨ªa de cerca, probablemente de alg¨²n punto del centro-sur de Europa.
No me inquiet¨® la noticia de esta primera aparici¨®n en Euskadi del virus aviar. Se trataba de un caso aislado y afectaba a un animal no dom¨¦stico. Aunque las aves salvajes han estado en el punto de mira desde que empez¨® esta peste, creo que el peligro hay que buscarlo en otra parte, fundamentalmente en el comercio de aves de corral. Cada d¨ªa, millones de huevos y de pollos (vivos y muertos) dan vueltas y vueltas por el mundo. Y eso contando s¨®lo los viajes legales, los trasparentados; habr¨¢ que ver lo que circula en B por ah¨ª. Estoy convencida de que la pandemia aviar, si finalmente se produce, nos llegar¨¢ empaquetada y en avi¨®n; y como temo m¨¢s los manejos humanos que a las aves salvajes, la noticia del somormujo muerto en Salburua no me alarm¨®. El susto me ha llegado m¨¢s tarde.
Rebobino un poco. El pasado mes de marzo, Euskadi se convert¨ªa en la primera comunidad aut¨®noma que realizaba un simulacro de gripe aviar, para poner a prueba el protocolo de seguridad contra el virus. Se fingi¨® que hab¨ªa aparecido un pato silvestre muerto por H5N1 en una explotaci¨®n av¨ªcola. Luego se sigui¨® el tr¨¢mite previsto: establecimiento de dos per¨ªmetros de seguridad en torno a la granja (de 3 y 10 kil¨®metros), desinfecci¨®n de los locales y el material; traslado en camiones precintados de las aves afectadas y sacrificio real de las mismas. Se gase¨® y posteriormente se inciner¨® a 1.700 gallinas de desvieje, palabra repelente que al parecer significa que esas aves estaban, de antemano, destinadas al matadero. "Simplemente se ha hecho coincidir la fecha de su sacrificio -explic¨® el consejero de Agricultura- con el simulacro". El Gobierno vasco destin¨® 18.600 euros a la prueba, y el resultado fue muy positivo. Todo sali¨® en la ficci¨®n perfecto.
Pero al lado de la ficci¨®n est¨¢ la cruda realidad, y ahora me instalo en ella, en el somormujo aut¨¦nticamente muerto y en el susto, tambi¨¦n cierto, que me ha producido la noticia de que el Gobierno vasco incumpli¨® el protocolo fijado por la Comisi¨®n Europea, tras detectar la gripe aviar. El d¨ªa 30 de junio se hall¨® al somormujo infectado, esa misma tarde el laboratorio vasco de referencia (Neiker) confirm¨® que se trataba de un virus H5. En ese momento, y de acuerdo con el protocolo comunitario, ya hubieran tenido que establecerse zonas de protecci¨®n y vigilancia. No se hizo. Ni tampoco el 4 de julio, cuando el Centro de Sanidad Av¨ªcola de Catalu?a confirm¨® la sospecha. Al d¨ªa siguiente se inform¨® a la Diputaci¨®n de Alava, y al siguiente, al Ministerio de Agricultura. El 7 de julio -es decir, una semana despu¨¦s del hallazgo- el laboratorio de Madrid detect¨® un H5N1 de alta patogenicidad, y s¨®lo entonces se activaron en Salburua las medidas preventivas previstas. El Gobierno vasco tampoco recogi¨® los datos de la persona que llev¨® al somormujo muerto, actuaci¨®n que no s¨¦ si es anti-protocolaria, pero desde luego atenta contra el m¨¢s elemental sentido sanitario y com¨²n.
Una de las razones alegadas por el Gobierno vasco para justificar su demora ha sido la de no crear alarma social. Qu¨¦ quieren que les diga, a m¨ª me alarma el doble saber que hemos estado una semana entera a la intemperie aviar; y el triple, la en¨¦sima comprobaci¨®n de que este Gobierno se desenvuelve en la ficci¨®n con mucha m¨¢s energ¨ªa, dedicaci¨®n y eficacia que en la estricta, severa, realidad.
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