Oposiciones con barrera

Est¨¢ acostumbrado a toparse con todo tipo de barreras arquitect¨®nicas y hasta ahora las hab¨ªa superado con resignaci¨®n. Pero el tramo de escaleras de acceso a la Escuela de Artes y Oficios Mateo Inurria de C¨®rdoba le dej¨® descolocado. Emilio Luis Fern¨¢ndez, de 31 a?os, hab¨ªa viajado hasta all¨ª desde Granada para presentarse a la oposici¨®n del cuerpo de profesores de Escuelas de Artes Pl¨¢sticas y Dise?o. ?sa era la sede que hab¨ªa reservado la Junta de Andaluc¨ªa para los aspirantes con alg¨²n tipo de discapacidad y ¨¦l necesita desplazarse en silla de ruedas desde 1991 a causa de una artritis reumatoide. "Voy hasta all¨ª y s¨®lo veo escaleras para acceder al centro", recuerda Emilio, que, m¨¢s indignado que incr¨¦dulo, se neg¨® a entrar en el edificio, aunque eso le supusiera no presentarse a la oposici¨®n.

Todav¨ªa no ha conseguido que nadie le explique por qu¨¦ asignaron a los opositores discapacitados una sede con escaleras y sin rampas. "He perdido la oportunidad de presentarme a las pruebas no por mi culpa, sino porque el sistema no funciona", afirma. Parado a las puertas del edificio, hasta donde le acompa?¨® su padre, a Emilio -licenciado en Bellas Artes- no le faltaron ofrecimientos de ayuda por parte de otros opositores y de los miembros del tribunal para aupar la silla de ruedas. Los agradeci¨® uno por uno, pero se neg¨® a aceptarlos. "Yo dec¨ªa no, no y no. Era una oposici¨®n p¨²blica y me estaban vulnerando un derecho fundamental", insiste.

Ese primer encontronazo con las escaleras de la sede de C¨®rdoba fue el viernes 23 de junio. Era el d¨ªa que hab¨ªan citado a los opositores para presentarles las pruebas, pero su primer examen no empezaba hasta el martes 27. As¨ª que el lunes acudi¨® a la Delegaci¨®n Provincial de Trabajo en Granada en busca de una soluci¨®n. "Desde Granada llamaron a la Junta en Sevilla y les dijeron que me subiera y me bajara las escaleras quien yo viese oportuno, y que si no me presentaba a la oposici¨®n era mi problema", cuenta.

Emilio dio por perdidas desde ese momento sus oposiciones, pero insisti¨® en que le reconocieran sus derechos. Volvi¨® y entreg¨® una reclamaci¨®n contra el tribunal de la oposici¨®n. Adem¨¢s, avis¨® a la polic¨ªa para que tomaran nota de lo sucedido. "Ellos servir¨¢n como testigos de lo que pas¨® en un posible juicio", explica.