El rey de las escapadas
De la Fuente, ganador de la combatividad, se pas¨® al ciclismo cuando le robaron la bici de 'trial'
David de la Fuente espera asustado la pr¨®xima factura de su tel¨¦fono m¨®vil. "Es que no veas la gente que me ha llamado, y como en el extranjero te cuesta si te llaman... Esto no me lo esperaba, estoy en las nubes". Qui¨¦n le iba a decir al bueno de De la Fuente que en su primer Tour iba a subirse al podio de Par¨ªs, que el secretario de Estado para el deporte, Jaime Lissavetzky, le iba a felicitar por su carrera, que iba a ser tercero en la clasificaci¨®n de la monta?a y el ganador del premio de la combatividad. "Ni en sue?os me lo creo", asegura.
Una, dos, tres... hasta siete escapadas cuenta el santanderino de Reinosa, de 25 a?os, en el Tour, siete veces que salt¨® de su sill¨ªn en busca de la fuga. En llano y contra la monta?a. Los organizadores recompensaron su esfuerzo y le concedieron en dos ocasiones el premio al corredor m¨¢s combativo de la etapa. Y tambi¨¦n el primer puesto en la clasificaci¨®n final. Por si fuera poco, el c¨¢ntabro luci¨® durante seis d¨ªas el maillot de lunares como rey de la monta?a, y ha estado durante todo el Tour entre los tres escaladores con m¨¢s puntos. S¨®lo Rasmussen, tras un hachazo en los Alpes, y Landis, con su exhibici¨®n en Morzine, le han superado. "Es el maillot m¨¢s bonito que hay", dice De la Fuente, que ha dejado de ser un desconocido, el dorsal 143 del Saunier Duval. "Ahora todo el mundo me llama por mi nombre. La repercusi¨®n es bastante llamativa. La gente est¨¢ chill¨¢ndome todo el d¨ªa y pidi¨¦ndome fotos y aut¨®grafos", dice, encantado de la vida.
"Mis padres son carniceros. Yo ayudo en invierno, pero no me gusta mucho"
El dinero del premio, a repartir entre el equipo, piensa invertirlo -adem¨¢s de en pagar el tel¨¦fono- en "algo para la casa". Desde diciembre vive solo en Villanueva de la Pe?a. Sus padres, carniceros, siguen con el negocio familiar en Matamorosa. "Es que est¨¢ a 900 metros de altura y hay 10 grados menos que en Villanueva. Para entrenarme es mucho peor", cuenta David, el mediano de tres hermanos aficionados al ciclismo. Ninguno de los tres hijos de Justino y Dionisia ha heredado de momento la carnicer¨ªa El Rubio. "En Matamorosa hay tres carnicer¨ªas y las tres se llaman El Rubio, por un t¨ªo de mi abuelo que era rubio. Mi abuelo, mis padres y mis t¨ªos fueron carniceros. Yo voy en invierno a colocar alguna cosilla, pero no me gusta mucho", se sincera De la Fuente. En los Pirineos le visit¨® su hermano peque?o, Ra¨²l, corredor aficionado, y su madre. Su padre, claro, tuvo que quedarse atendiendo al pueblo. "La carnicer¨ªa es muy esclava y no me gusta para mis padres, nunca la pueden dejar", lamenta.
El deporte le enganch¨® antes que los estudios. "Hice cuarto de la ESO y estudi¨¦ electricidad, pero no valgo para eso", reconoce. En la clase de gimnasia, sin embargo, era el mejor. Practic¨® el atletismo hasta los 16 a?os, el triatl¨®n y el k¨¢rate, fue campe¨®n de Cantabria de cross y particip¨® con la selecci¨®n c¨¢ntabra en los Campeonatos de Espa?a. "Al final me ten¨ªa que decidir y eleg¨ª la bicicleta". Durante un a?o, sin embargo, dej¨® la bici de competici¨®n por una de trial sin motor que se compr¨® "para hacer el tonto" e ir a pescar. Hasta que alguien le ech¨® el ojo. "Un d¨ªa estaba pescando en el Izarilla y la dej¨¦ a 100 metros. Al volver me la hab¨ªan robado. Mi padre me compr¨® otra por el disgusto, pero me convenci¨® para volver al ciclismo. Volv¨ª y todo cambi¨®, dej¨¦ el trial y el atletismo para hacerme ciclista", recuerda, "y aqu¨ª estoy, el m¨¢s combativo del Tour... a¨²n no me lo creo".
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