L¨ªder tercermundista

No me gustar¨ªa hacer excesivo hincapi¨¦ en el hecho pol¨ªtico sino m¨¢s bien en el hecho ling¨¹¨ªstico, aunque disociar una cosa de la otra parece tarea imposible. Mi reflexi¨®n tiene que ver con la noticia aparecida en EL PA?S el domingo 23 de julio, en la que se da cuenta de lo dicho por Rajoy en relaci¨®n a la postura del Gobierno espa?ol con respecto a la invasi¨®n de L¨ªbano por parte de Israel y toda la crisis y escalada b¨¦lica en Oriente Pr¨®ximo.

Me ha llamado la atenci¨®n el uso de la expresi¨®n "l¨ªder de un pa¨ªs tercermundista" para descalificar o criticar al presidente del Gobierno. El uso de semejante expresi¨®n pone en evidencia la visi¨®n particular del mundo no ya del l¨ªder de la oposici¨®n, me temo, sino tambi¨¦n de toda la derecha espa?ola. Para don Mariano Rajoy, ser l¨ªder de un pa¨ªs tercermundista debe de ser una verg¨¹enza, algo parecido a una caricatura de los verdaderos jefes de Estado y de Gobierno de los pa¨ªses desarrollados. De hecho, utiliz¨® tambi¨¦n la expresi¨®n "de pacotilla" (que Mar¨ªa Moliner define como "de clase inferior"), referida tambi¨¦n a Zapatero.

Para Rajoy, el l¨ªder de un pa¨ªs tercermundista no es un l¨ªder de verdad, aunque la mayor¨ªa de su pueblo, mediante un proceso electoral democr¨¢tico, le haya llevado hasta all¨ª. Ser l¨ªder de un pa¨ªs pobre deval¨²a autom¨¢ticamente las opiniones o declaraciones que ese mandatario pueda realizar. S¨®lo las opiniones de los l¨ªderes de los pa¨ªses ricos cuentan de verdad, quedando a la altura del bet¨²n lo que puedan decir los l¨ªderes de los pa¨ªses tercermundistas. Bonita manera de entender el orden internacional, que echa sus ra¨ªces en aquellos tiempos anteriores incluso a la Sociedad de Naciones, donde los poderosos se bastaban por s¨ª solos, y ocurrente calificaci¨®n de la posici¨®n del Gobierno espa?ol la que tiene a bien ofrecernos nuestro l¨ªder de la oposici¨®n.

A mi modesto entender, y parafraseando al propio Rajoy, creo que lo "rid¨ªculo, grotesco, antiguo y paleto" es caer en esa poco moderna falta de respeto no ya hacia el propio presidente del Gobierno, sino tambi¨¦n hacia todos los l¨ªderes que de forma democr¨¢tica han sido elegidos por pueblos que soportan el infortunio de ser pobres. Resulta parad¨®jico que alguien que desprecia lo que pueda decir "el Tato" se preocupe tanto por ¨¦l.