La vida es una escuela de muerte
EL MAPA de la vida de Albert Caraco tuvo estas estaciones: Estambul, Viena, Praga, Berl¨ªn, Par¨ªs, Tegucigalpa, Buenos Aires, Montevideo y, de nuevo, Par¨ªs. A la capital francesa regres¨® en 1946, en sus palabras, el a?o de su verdadero nacimiento: "Durante mi infancia y adolescencia yo no era yo, so?aba y no viv¨ªa". Ten¨ªa 27 a?os y hab¨ªa publicado varias series de cuentos de tema hist¨®rico ilustrados por ¨¦l mismo a lo Egon Schiele. La vuelta a Europa le abri¨® los ojos -"hasta entonces hab¨ªa estado ciego"- a una lucidez extrema y dolorosa que hizo de ¨¦l una mezcla de iluminado y de materialista. De esa lucidez est¨¢ cargado Post Mortem, publicado en 1968. "Bataille me parec¨ªa pobre al lado de este volc¨¢n", dijo el editor que lo descubri¨® antes de que Roberto Calasso lo pusiera de nuevo en circulaci¨®n en Europa. Para unos es un ensayista en la estela de Karl Kraus, Schopenhauer, Wittgenstein o Canetti. Otros a?aden a C¨¦line, Pessoa y Cioran. Con la obra del rumano se ha relacionado sobre todo Breviario del caos, un libro p¨®stumo -se public¨® en Suiza en 1982- salido de la mente quir¨²rgica de un hombre p¨®stumo. El caos de este breviario pesimista hasta el extremo es el que sigui¨® a las dos guerras mundiales para inaugurar una era -"una Edad Media"- sin fundamentos, sin coherencia, mesura ni objetividad. "Nuestras revoluciones son puramente verbales y cambiamos las palabras para tener la ilusi¨®n de que cambiamos las cosas", escribe Caraco. Y tambi¨¦n: "Los hombres est¨¢n m¨¢s libres de lo que desean, m¨¢s atados de lo que notan (...) Antes elegimos inmolarnos que repensar el mundo, y no lo repensaremos m¨¢s que en medio de las ruinas". Cuando la fe en el progreso se desvanece s¨®lo queda una salida: la muerte. Caraco hablaba -y en eso se diferencia de Cioran- completamente en serio.
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