El retorno de Alan

Diecis¨¦is a?os despu¨¦s de abandonar la presidencia, sumido el pa¨ªs en la violencia terrorista, la inseguridad y el caos econ¨®mico y financiero y acusado de corrupci¨®n, aventurerismo e irresponsabilidad, Alan Garc¨ªa volvi¨® ayer a ser investido presidente de Per¨², tras ganar unas disputad¨ªsimas elecciones. Hubo en la ceremonia, como es de rigor, amplia presencia de l¨ªderes latinoamericanos, pero tambi¨¦n significativas ausencias como las del venezolano Hugo Ch¨¢vez y la de Fidel Castro -que apadrinaron abiertamente a Ollanta Humala, el rival de Garc¨ªa en la segunda vuelta- y la menos l¨®gica del presidente argentino Kirchner.

Alan Garc¨ªa gan¨® en unas elecciones que muestran un Per¨² profundamente dividido. Si en la costa y en Lima, las regiones m¨¢s desarrolladas, venci¨® con comodidad, en los Andes centrales y meridionales, fue Humala con su mensaje h¨ªbrido de nacionalismo y populismo militarista e indigenista el que cosech¨® dos terceras partes de los votos. All¨ª el resultado reflej¨® un estado de ¨¢nimo mucho m¨¢s favorable a la tendencia de Evo Morales en Bolivia, apoyada por Ch¨¢vez y Castro.

El nuevo presidente sabe que algunos peruanos s¨®lo le han votado como un mal menor frente a Humala, y son muchos los que esperan que demuestre pronto, como asegur¨® en su campa?a, que ha aprendido de los dram¨¢ticos errores de su mandato de 1985-1990. En la entrevista concedida a este diario, Garc¨ªa asegura que el primer signo de su Gobierno "ser¨¢ la austeridad". Bueno ser¨¢, pero necesitar¨¢ adem¨¢s exhibir pronto sentido com¨²n y pragmatismo. Y reafirmar, desde el poder reconquistado, su autoridad moral para hacer frente a los numerosos retos de Per¨², en un momento de ebullici¨®n latinoamericana con tantas oportunidades como riesgos.