Pescaditos crujientes y espetones de sardinas
EL ANCLA, cerca de Marbella. Frituras y mariscos en un veterano chiringuito al borde del mar
De las barcas de pesca a las cocinas y del calor del fuego hasta sus mesas. Tal podr¨ªa ser el reclamo de este veterano chiringuito de playa, situado sobre un repecho al mismo borde del Mediterr¨¢neo en el municipio de San Pedro de Alc¨¢ntara, cerca de Marbella. Un establecimiento de vistas panor¨¢micas que, bajo la direcci¨®n de su patr¨®n, Eduardo Mackintos, se ha convertido en un restaurante formal y bastante m¨¢s serio que anta?o.
Como suele ser habitual en las costas malague?as, los clientes se topan a la entrada con un mostrador atiborrado de pescados y mariscos en el que se exhibe la pesca del d¨ªa. Bandejas en las que no faltan los espectaculares besugos de Tarifa, salmonetes, gallinetas y r¨®balos (lubinas), casi todos de anzuelo. Y tambi¨¦n, gambas blancas y rojas, carabineros, almejas, escupi?as y conchas finas, al lado de otras especies llegadas de las lonjas pr¨®ximas. Materias primas de calidad que se someten a los m¨¦todos de cocci¨®n habituales en Andaluc¨ªa -a la sal, plancha y fritura-, sin dejar de lado los asados al espeto con ascuas de encina, que ejecuta con acierto Tito Cayetano, especialista que oficia a la vista.
EL ANCLA
5,5. Av. de Carmen Sevilla s/ n. Linda Vista Playa. San Pedro de Alc¨¢ntara (M¨¢laga). Tel¨¦fono: 952 78 74 96. Cierra lunes. Entre 30 y 50 euros. Sardinas al espeto, 10 euros. Arroz negro de rape, 14 euros. Besugo a la sal, 50 euros (el kilogramo). Arroz con leche, 4 euros.
Pan .................. 4 Caf¨¦ .................. 4
Bodega ............. 5
Aseos ............. 6,5
Ambiente ......... 7
Servicio ........... 6
La estrella, los boquerones
De no ser por algunos resabios de su cocina y por la sobrecarga propia del verano, El Ancla alcanzar¨ªa cotas bastante m¨¢s altas. Es absurdo que unos tomates de temporada, que s¨®lo piden sal y aceite de oliva, se malogren con un terror¨ªfico picadillo de ajo. O que las croquetas de pescado, de masa amazacotada, se arrasen con nuez moscada. O que las tortillitas de camarones se presenten casi requemadas, y que los pescados y mariscos (gambas) hechos a la plancha se perjudiquen, en parte, por la propensi¨®n a aplicar tiempos de cocci¨®n excesivamente largos.
Para evitar sus puntos d¨¦biles, lo m¨¢s seguro es optar por las especialidades m¨¢s sencillas, como sucede con las frituras. Los pescaditos (aced¨ªas, pijotas, adobo, calamares, salmonetes, puntillitas y colas de gambas rebozadas) se doran en aceite limpio y se sirven crujientes. Algunos son magn¨ªficos, como los boquerones. No se quedan atr¨¢s los pescados a la sal, una t¨¦cnica dif¨ªcil a la que esta casa tiene cogido el aire. Ni tampoco los espetones de sardinas, que constituyen uno de los hitos del lugar, que se deben solicitar poco hechos si se quieren evitar desilusiones graves.
ARROCES MELOSOS
TAN NUMEROSAS son las sugerencias que contiene la carta en el restaurante El Ancla, que por s¨ª solas ponen en aprietos el buen funcionamiento de la cocina. De los entrantes se salta a los arroces, las sopas y los guisos marineros, y de ah¨ª a los pescados y mariscos preparados al horno o de otras muchas maneras (incluidas las calderetas de langosta y el rag¨² de bogavante). Y, como guinda, los platos de carne.Demasiados retos para un restaurante convencional, y m¨¢s trat¨¢ndose de un establecimiento de playa que atiende a oleadas de clientes. Como contrapartida, sus precios recorren una escala bien amplia. Se puede comer de manera desenfadada por un coste razonable, o sumergirse en el lujo que acompa?a a los mariscos. Est¨¢n bien los mejillones abiertos al vapor, las coquinas salteadas y los huevos fritos con pimientitos verdes y patatas. Y son reconfortantes sus dos guarniciones m¨¢s solicitadas, la ensalada de pimientos verdes asados, ali?ada al modo andaluz, ideal para acompa?ar los pescados fritos, y las patatas (papas) arrugadas al estilo canario, que en este establecimiento se sirven con un mojo rojo contundente.Particular inter¨¦s merecen sus arroces (paella de mariscos, de verduras, de carabineros...), que se presentan entre caldosos y melosos, de acuerdo con el estilo que gusta en la zona. Entre ellos, la paella negra de rape y langostinos es una de las m¨¢s conseguidas. Con los postres (arroz con leche, flan, tocino de cielo), todos industriales, la casa rebaja sus pretensiones. Aunquela lista de vinos no es notable,al menos permite salir del paso.
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