Terapia Soprano
Ahora que Canal + va a emitir por fin la sexta temporada de Los Soprano y La Sexta est¨¢ dando desde el principio la enorme saga de las familias mafiosas de Nueva Jersey, no conviene olvidar el m¨¦todo terap¨¦utico de Tony (Galdolfini) para combatir el estr¨¦s cotidiano derivado de su oficio y fugarse de la depresi¨®n. No s¨®lo acudir a la consulta de la psiquiatra y tragar su c¨®ctel de ansiol¨ªticos m¨¢s fluoxetina con el mismo desparpajo que House zampa vicod¨ªn, sino tumbarse al anochecer a ver documentales en la tele por cable.
La cadena tem¨¢tica favorita de Tony Soprano, como se sabe, es el Canal Historia, pero yo lo he pillado muchas veces enganchado a Discovery, National Geographic y dem¨¢s documan¨ªas y siempre a la misma hora: cuando ataca el estr¨¦s crepuscular, las defensas inmunol¨®gicas caen en picado, todo es negativo y no queda en el cuerpo un solo gramo de autoestima ni mucho menos de testosterona: la llamada hora prehist¨®rica del homo sapiens (o videns).
A m¨ª me pasa lo mismo que a Tony cuando ataca ese estr¨¦s crepuscular que adem¨¢s, durante el verano, coincide con el prime time. Huyo de las generalistas y me refugio en plan repantigado y zen en las cadenas tem¨¢ticas a devorar compulsivamente documentales de historia, animales, esc¨¢ndalos tipo Enron, biograf¨ªas de mafiosos, or¨ªgenes del hombre o del Big Bang, batallas decisivas de la Segunda Guerra Mundial o la vida cotidiana en Bagdad.
Mientras las generalistas me estresan en la temible hora prehist¨®rica con sus telediarios, concursos, realitys, papillas verdes del coraz¨®n y dem¨¢s qu¨ªmicas depresivas, los canales Historia, Discovery, National Geographic o Documan¨ªa, las mismas terapias de pago que utiliza Tony, me ayudan a superar el estr¨¦s crepuscular, y sin pastillas.
Con una notable diferencia sobre las dem¨¢s medicaciones antidepresivas. Al final del m¨¦todo Soprano, cuando apagas la tele y te vas a la cama, resulta que has aprendido en esos canales tem¨¢ticos un mont¨®n de asuntos generalistas de los que antes no ten¨ªas ni puta idea. Y hablando de muy actuales guerras el¨¦ctricas, el caso Enron sin ir m¨¢s lejos.
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