La escalada de Obrador
Manuel L¨®pez Obrador, el l¨ªder centroizquierdista mexicano derrotado por estrech¨ªsimo margen en las presidenciales de julio, porf¨ªa en un camino peligroso para presionar a los jueces y denunciar el supuesto fraude electoral que le ha arrebatado la jefatura del Estado. La ¨²ltima fase de su protesta para exigir el recuento manual de todos los votos consiste en hacer acampar a sus huestes en el centro de la capital mexicana, paralizado y ca¨®tico desde hace tres d¨ªas. No hay peligro de intervenci¨®n policial para restituir la normalidad: el gobierno de la ciudad est¨¢ en manos de su partido, el de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD).
El Tribunal Federal Electoral, ante el que L¨®pez Obrador ha recurrido, tiene hasta el 6 de septiembre para pronunciarse sobre las elecciones, ordenar un recuento total o parcial de los votos o dar por bueno el resultado que otorg¨® la victoria al conservador Felipe Calder¨®n, del oficialista Partido de Acci¨®n Nacional (PAN). Es una instituci¨®n respetada, integrada por siete jueces sin compromisos pol¨ªticos conocidos.
Pero un mes es probablemente demasiado tiempo en el clima de creciente tensi¨®n pol¨ªtica alimentada por L¨®pez Obrador. El aspirante derrotado, cultivador de un populismo f¨¢cil, se prodiga en inquietantes mensajes que van desde considerarse el indiscutible presidente de M¨¦xico hasta el desprestigio del Tribunal Electoral, pasando por anunciar que acatar¨¢ el resultado del recuento que exige "incluso si pierdo". Parece como si el objetivo final del ex alcalde de M¨¦xico fuese anular los comicios ganados aparentemente por Calder¨®n, que mantiene un perfil deliberadamente bajo.
Con las movilizaciones populares que viene abanderando desde hace un mes, Obrador ha escogido el peor m¨¦todo democr¨¢tico para defender la democracia. M¨¦xico se ha dotado en los ¨²ltimos a?os de instituciones electorales cre¨ªbles, de funcionamiento democr¨¢tico y maduro. Y no hay de momento evidencia alguna que avale el fraude denunciado por el l¨ªder centroizquierdista. Echarse al monte antes de que los ¨®rganos de arbitraje hayan cumplido su funci¨®n, significa, entre otras cosas, que L¨®pez Obrador carece de respeto por el sistema legal del pa¨ªs que aspira a presidir. La acampada en curso -pomposamente llamada resistencia pac¨ªfica- es un grave error m¨¢s para ganar en la calle lo que le han negado las urnas. Un peligro menor es que acabe perdiendo el apoyo de quienes no le votaron, pero est¨¢n a favor del recuento. Otro, de mucho mayor alcance, que la confrontaci¨®n que el ex alcalde de M¨¦xico DF est¨¢ fomentando, acabe y¨¦ndosele de las manos.
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