Ofr¨¦cese ¨²tero
La expresi¨®n madres de alquiler se empleaba hasta hace poco con ¨¢nimo denigratorio. Ahora el fen¨®meno se anuncia por internet y ha perdido su condici¨®n aberrante, aunque siga siendo ilegal en la mayor¨ªa de los pa¨ªses, incluida Espa?a.
Sin embargo, el proceso que lleva a que una mujer se ofrezca a gestar en su ¨²tero el hijo biol¨®gico de una pareja que no puede tenerlo es una concatenaci¨®n de pasos ya mayoritariamente aceptados: fecundaci¨®n in vitro, implantaci¨®n del embri¨®n en un ¨²tero, embarazo, parto, y adopci¨®n del beb¨¦ por los padres que hab¨ªan aportado el ¨®vulo y el esperma. El resultado es que la pareja tiene un hijo con su propia carga gen¨¦tica, y que la gestante recibe una compensaci¨®n que viene a ser de unos 15.000 euros en Espa?a y de entre 60.000 y 75.000 en Estados Unidos, pa¨ªs en el que esa pr¨¢ctica es legal.
Un motivo de prohibici¨®n en otras normativas es su incompatibilidad con el anonimato propio del sistema de donaciones. En las madres de alquiler se sabe desde el principio qui¨¦n dona, qui¨¦n gesta y qui¨¦n adopta al ni?o. Sin embargo, el propio sistema de trasplantes prev¨¦, para los trasplantes de donante vivo, la eliminaci¨®n de la exigencia de anonimato, e impone que entre donante y receptor exista parentesco. Est¨¢ tambi¨¦n el problema de la filiaci¨®n. ?Qui¨¦n es la madre, la que da a luz o la que aporta los genes? En la legislaci¨®n espa?ola lo es la primera. Sangre de su sangre, se dec¨ªa tradicionalmente. Pero este argumento no se aplica en el caso de los hijos adoptivos, sin que ello plantee mayor problema.
Queda entonces el problema del dinero. ?Es ¨¦tico pagar por alquilar un ¨²tero? El sistema de donaci¨®n de ¨®rganos y de ¨®vulos y espermatozoides en Espa?a se basa en el altruismo. Pero la propia ley de reproducci¨®n asistida permite compensar econ¨®micamente a los donantes de gametos por el tiempo y las molestias que sufran durante el proceso. Un punto de vista permisivo podr¨ªa aducir que igual criterio ser¨ªa de aplicaci¨®n a las mujeres que durante nueve meses prestan un servicio a otra pareja.
La prudencia es obligada en este terreno, y se comprende que las autoridades sanitarias eviten modificaciones legales precipitadas, especialmente cuando acaba de aprobarse la ley de reproducci¨®n asistida. Pero la existencia de pa¨ªses con legislaci¨®n m¨¢s permisiva, como el Reino Unido, o simplemente sin regulaci¨®n legal, est¨¢ provocando un tr¨¢fico creciente y complicado. La experiencia indica que cuando esto ocurre, la realidad obliga a flexibilizar la norma para adaptarla a situaciones como las derivadas de los nuevos modelos de familia, como los homoparentales.
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