Castigados sin salir

Castigados sin salir. Y por su bien, viene a decir el alcalde de Washington, Anthony Williams. Su draconiana ley tiene un doble objetivo: frenar la ola de violencia y proteger a los j¨®venes para que no se conviertan en v¨ªctimas, o autores, de los cr¨ªmenes. "Los j¨®venes est¨¢n implicados en cr¨ªmenes violentos con demasiada frecuencia", argumenta el alcalde.

Y siguiendo la l¨®gica del regidor, ya ha habido resultados. La norma entr¨® en vigor a las diez de la noche del 31 de julio. Pasada esa hora, un adolescente de 14 a?os era detenido como sospechoso de un robo con asalto. La madre del joven esgrim¨ªa el toque de queda en defensa de su hijo. Manten¨ªa la se?ora que su peque?o no pod¨ªa ser el autor del robo de una bolsa de patatas fritas en una tienda, porque, justamente, hab¨ªa llamado a casa preocupado por que la hora de volver se le echaba encima.

Pero seg¨²n pasaban las horas, otros j¨®venes tambi¨¦n fueron detenidos. Dos, de 13 y 16 a?os, aseguraron a los agentes que no sab¨ªan nada sobre la nueva hora en la que no pod¨ªan estar fuera de casa. Hasta ahora exist¨ªa un toque de queda similar para los adolescentes, pero s¨®lo a partir de medianoche, los fines de semana, y de las once, los d¨ªas de diario. "Es una estupidez", dec¨ªa el muchacho de 16 a?os. "Es verano, hace calor y es el ¨²nico rato que se puede estar en la calle".

Cuando la polic¨ªa monta en sus coches patrulla a los violadores de la ley, los lleva a una comisar¨ªa adonde, tras ser avisados, sus padres tienen que ir a recogerlos. Si a las seis de la ma?ana -hora en la que los j¨®venes est¨¢n autorizados de nuevo a formar parte del paisaje urbano- un progenitor o tutor no ha hecho acto de presencia, inmediatamente son transferidos a los servicios sociales.

La madre del joven de 13 a?os que viol¨® el toque de queda se mostr¨® molesta por tener que desplazarse hasta comisar¨ªa, pero asegur¨® estar de acuerdo con la norma. "Puede que frene la violencia", declar¨® al diario The Washington Post. "Es por el bien de nuestros peque?os". Si los padres "permiten" a sus hijos saltarse esta norma pueden recibir multas de hasta 500 d¨®lares.

Washington alcanz¨® el triste r¨¦cord de ser una de las ciudades m¨¢s violentas de Estados Unidos. Eso ha cambiado y mucho. Pero en los ¨²ltimos tiempos la tasa de criminalidad ha vuelto a repuntar. En la tercera semana de julio 82 j¨®venes fueron detenidos por su presunta participaci¨®n en cr¨ªmenes violentos. En todo julio, 997 menores de 16 a?os fueron llevados a comisar¨ªa. El total en 2004 fue de 1.277; en 2005 de 3.271 y en 2006 de 2.663.

Hay excepciones al confinamiento impuesto por el nuevo toque de queda: si los menores van acompa?ados por sus padres o un adulto; si van del trabajo a casa, o viceversa; si vuelven de una actividad escolar o de la Iglesia y si est¨¢n jugando en las aceras de sus casas. Las organizaciones de derechos civiles ponen el grito en el cielo. Un joven de 14 se quejaba mientras era introducido, junto a su bicicleta, en un coche patrulla: "Pero t¨ªo, si va a haber un crimen lo va a haber de todas maneras, est¨¦ yo o no en la calle". El agente ten¨ªa respuesta para ¨¦l: "Intentamos mantenerte vivo, al menos un d¨ªa m¨¢s".