Hay que venir al Sur
- 1979. El catolicismo gore pierde peso espec¨ªfico en la sociedad espa?ola, pero Jomeini vuelve a Ir¨¢n, con lo que el mundo se reequilibra y no explota. El Skylab se estrella en Australia y la URSS en Afganist¨¢n, dejando ambos productos cierto rastro radioactivo. En otro orden de cosas, la canci¨®n del verano es Hay que venir al Sur, de Rafaella Carr¨¢, gran ide¨®loga. Rafaella Carr¨¢, en una entrevista de la ¨¦poca, se defin¨ªa a s¨ª misma como nativa de un pueblo italiano, al pie de las monta?as, en el que las mujeres ten¨ªan un cuerpo magn¨ªfico, si bien una cara como la suya. National Geographic deber¨ªa pedir un Cofid¨ªs inmediatamente e ir a grabar un documental a ese valle ya mismo.
- EL SUR, FUNDAMENTALMENTE, NO EXISTE. "Para hacer bien el amor hay que venir al Sur", era el hard-core de la tonadilla, que supuso una originalidad dentro del concepto Sur. Desde Goethe, el Sur siempre se hab¨ªa vendido en el Norte en t¨¦rminos parecidos. La novedad resid¨ªa en que ahora el Sur se vend¨ªa as¨ª en pleno Sur. Lo que invita a pensar que Espa?a, regi¨®n del Sur, estaba desubicada geogr¨¢ficamente. Es decir, sentimentalmente. Los usuarios del Sur desubicado intentaban ubicarse a toda casta?a. Incluso con letra y m¨²sica de la Carr¨¢.
- LA INSOPORTABLE CARRARIDAD DEL SER. Cambio16 hablaba de nuevas ubicaciones, como el intercambio de parejas. Susana Estrada propon¨ªa una relectura de las ubicaciones cl¨¢sicas, a trav¨¦s de canciones como Si me vas a follar, f¨®llame ahora. La sensaci¨®n es que los mayores estaban en trance de sacar la Madame Trudeau que uno lleva dentro, para llevarla a por jarana a los Studio-54 de un pa¨ªs que, dir¨ªa yo, carec¨ªa de Studio-54. Despu¨¦s de un par de a?os analizando si te tomaban el pelo de cintura para arriba, ahora el centro de inter¨¦s era la siempre m¨¢s pr¨®xima cintura para abajo. Es decir, el Sur. Las tomaduras de pelo de cintura para abajo son m¨¢s f¨¢ciles de ver y, a diferencia de las otras siempre ocurren. Son, por tanto, cient¨ªficas. La pol¨ªtica, la cintura para arriba, deja de ser, en fin, el centro de gravedad. Cambio16 denomina al fen¨®meno desencanto. El palabro desencanto es quiz¨¢s la versi¨®n po¨¦tica de pasotismo. O un intento fino para no pronunciar la palabra frustraci¨®n, tras dos a?os de aparentes ¨¦xitos que tiraban de espaldas.
- NO S? USTED. Tengo 14 tacos. Me llevan a ver el recuento de votos de las elecciones municipales. Un voto los sociatas, otro los comunistas. Y as¨ª toda la noche. El personal se mira con cara de p¨®quer. A estas alturas del partido las izquierdas no se tragan entre ellas. A la m¨ªnima, todos se denominan a todos traidores. Las primeras medidas de los ayuntamientos democr¨¢ticos parecen ser la proclamaci¨®n del Sur, plantar ¨¢rboles y fabricar campos de petanca como polos, que en poco tiempo nos ponen en la ¨¦lite mundial de la petanca. Las segundas medidas son m¨¢s controvertidas. Las terceras, la pera. Verbigracia: cuando el alcalde de mi pueblo lo deja, se hace constructor. Con un par. Como era de izquierdas, en el tr¨¢nsito de un oficio a otro no se enroll¨® con la Pantoja. Un d¨ªa viene a vernos a casa el se?or Castro, viejo conocido. Es un madrile?o muy simp¨¢tico, que vive dos calles m¨¢s abajo. Siempre explica historias en las que acaba en calzoncillos y diciendo "entonces dije: no es lo que parece, se?orita". Hoy viene muy serio. Quiere hablar con mi padre. Le ense?a el DNI. No se llama Castro. Se ha pasado 40 a?os sin DNI, camuflado en la multitud. En calzoncillos y diciendo no-es-lo-que-parece. Mi padre explica entonces quienes somos. Me quedo de pasta de moniato. El ex se?or Castro y mi padre lloran. No hab¨ªa visto llorar nunca a un adulto. Hola, estoy en 2006. Conecto la tele. Todo el mundo habla y llora. Por el mismo precio. Hasta la Pantoja. De lo que deduzco que aquellas l¨¢grimas eran otras. Tal vez ya no suceden. El Sur es rar¨ªsimo.
Las canciones del a?o
Too much heaven. The Bee Gees
Me vuelvo loco. Tequila
Terciopelo y fuego. Falcons
Me llamas / El amor. Jos¨¦ Luis Perales
Agapim¨². Ana Bel¨¦n
Sin amor. Iv¨¢n
Una historia. Triana
El amor de mi vida / ?ngela. C. Sesto
Born to be alive. Patrick Hern¨¢ndez
Qui¨¦n ser¨¢. Camilo Sesto
Fuente: 40 Principales
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