Pap¨¢ Huston cumple 100 a?os

Contra todo protocolo, ella agarr¨® el Oscar y corri¨® hacia el patio de butacas con la estatua dorada bajo el brazo. Exultante "de adrenalina", iba al encuentro de su padre y director de la pel¨ªcula El honor de los Prizzi por la que hab¨ªa sido premiada. ?l -"siempre el hombre m¨¢s alto de la habitaci¨®n, el que ten¨ªa la voz m¨¢s fuerte"- no pudo ni siquiera mirarla, estaba deshecho en l¨¢grimas. As¨ª que la bella Anjelica, educada para ser "intr¨¦pida", todav¨ªa lo recuerda entre risas, como una de las mejores an¨¦cdotas de su vida. Nada del tradicional responso sopor¨ªfero de agradecimiento plagado de nombres de familiares desde el estrado, ella quer¨ªa mirarle en directo.

Hoy su padre, el gran John Huston, que muri¨® el 28 de agosto de 1987, cumplir¨ªa 100 a?os

. Sierra Madre, La jungla de asfalto, La reina de ?frica o El halc¨®n malt¨¦s son algunos de los t¨ªtulos del director que la cadena TCM (www.canaltcm.com) repondr¨¢ a lo largo de este mes para celebrarlo, pero antes de nada la palabra la tendr¨¢ Anjelica.

En una entrevista concedida a la cadena, que se emitir¨¢ hoy a las cuatro de la tarde, la actriz traza un tierno perfil de su padre que se intercala con las propias palabras del director y algunas escenas de sus pel¨ªculas. Anjelica recuerda su car¨¢cter -"era exigente, cr¨ªtico, generoso, divertido..."-, su irresistible encanto -"terriblemente atractivo sin ser guapo"-, sus amigos -"junto a Bogart se inmuniz¨® con alcohol contra los mosquitos en ?frica"- y la educaci¨®n que le dio -"se esforz¨® por que sus hijos no tuvieran miedo"-.

Los mejores momentos de su vida dice su hija que los pas¨® rodando y viajando con su equipo. El resultado final, sus pel¨ªculas, muestran una "moral agridulce" y tratan temas como "la posibilidad de la virtud bajo presi¨®n". En todas ellas ve reflejado al hombre aventurero, "extremadamente inteligente" y "valiente" que su padre fue.

Nacido en Nevada, hijo del actor Walter Huston y la periodista Rhae Gore, John, el tipo duro y socarr¨®n que llen¨® las pantallas durante d¨¦cadas con inquietantes y bellas historias, creci¨® entre las pistas deportivas donde le llevaba su madre y el circuito de vodevil en el que se mov¨ªa su padre. Boxeador juvenil, oficial de la caballer¨ªa mexicana, periodista fracasado, capit¨¢n en la II Guerra Mundial, mujeriego, vividor y empedernido jugador, consigui¨® que su padre y su hija obtuvieran un Oscar rodando bajo sus ¨®rdenes. Aquello, dice Anjelica, fue su mayor orgullo.