"No tengo miedo a los poderes f¨¢cticos de mi partido"
No le intimida la sombra de Manuel Fraga y defiende el relevo generacional, aunque no parece dispuesto a jugar con las cosas de comer. No le gusta que le llamen conservador y califica de "una carallada" aquella imagen suya que le vincul¨® a la sombra de Romay Beccar¨ªa y al Opus Dei. Es demasiado brillante y demasiado seguro de s¨ª mismo como para no despertar los recelos de los poderes f¨¢cticos del fraguismo en su partido.
Pregunta. Ya lleva usted un tiempo al frente del PP de Galicia. Y me pregunto qu¨¦ le est¨¢ resultando m¨¢s dif¨ªcil: suceder a Fraga, administrar su herencia o defender su autonom¨ªa frente a la voracidad centralista de la direcci¨®n de su partido.
Respuesta. Lo que me est¨¢ resultando m¨¢s dif¨ªcil es ser consciente del capital pol¨ªtico que tiene este partido, que es el principal partido que tiene Galicia. Mi m¨¢xima preocupaci¨®n es saber interpretar todos los d¨ªas el sentir mayoritario de los gallegos. Evidentemente no es nada f¨¢cil sustituir a Fraga; pero lo que yo me he planteado no es sustituirle, sino exclusivamente seguir una l¨ªnea pol¨ªtica de un partido galleguista como es el PP de Galicia; administrar su capital pol¨ªtico, que es enorme. En cualquier caso, le puedo asegurar dos cosas: que soy muy consciente de la responsabilidad que he asumido y que pienso que nadie me tiene que decir lo que tengo que hacer. Es a m¨ª a quien me toca ahora salir a la pista del circo a actuar, y lo que tengo que hacer lo s¨¦ yo; no hay modelos para seguir... Y por supuesto, que mi principal preocupaci¨®n es llevar a cabo el relevo, el relevo generacional que convierta al PP de un partido con los dirigentes de mayor edad a un partido con los dirigentes m¨¢s j¨®venes. Y yo creo que hemos demostrado que somos capaces de mover banquillo.
"Soy consciente de que en las elecciones municipales me la juego. Por eso mediremos bien los cambios en las candidaturas"
"No es f¨¢cil sustituir a Fraga, pero lo que yo me he planteado no es sustituirle, sino seguir una l¨ªnea pol¨ªtica de un partido galleguista como es el PP de Galicia"
"La decisi¨®n que se ha adoptado sobre ¨¦l en el partido no tiene relaci¨®n directa con las inspecciones de los llamados 'hombres de Harrelson"
"Creo que no se debe hacer pol¨ªtica con el sexo, aunque soy consciente de que el PSOE ha provocado un problema innecesario
"Si hay una cosa que no me gusta que me llamen es 'conservador', sencillamente porque no lo soy, aunque soy respetuoso con las creencias de los dem¨¢s"
P. Pero Fraga mostr¨® al final una gran resistencia a mover ese banquillo, y mucha gente piensa en su partido que eso les ha perjudicado de forma irreversible.
R. Eh... Yo creo que Fraga, al final de la legislatura pasada, adopt¨® una decisi¨®n muy dif¨ªcil, que fue ser consciente de que se pod¨ªa presentar de nuevo, pero que, esta vez, pod¨ªa perder. Eso, la mayor¨ªa de los pol¨ªticos nunca lo hacen, porque siempre calculan, miden interesadamente los riesgos... ?l no hizo ese c¨¢lculo, acept¨® el reto y el riesgo. En cuanto a los motivos por los que no prepar¨® adecuadamente su sucesi¨®n habr¨ªa que pregunt¨¢rselo a ¨¦l. Probablemente fue porque no sab¨ªa que el partido ten¨ªa tantas microfamilias como las que ten¨ªa y tantas divisiones como ¨¦l no quer¨ªa ver.
P. En cualquier caso, el resultado hubiera sido mucho peor si Fraga no hubiera sido el candidato, ?no cree?
R. Yo no me atrevo a afirmar eso. Pod¨ªamos haber sacado ese resultado, pod¨ªamos haber sacado un resultado peor, o mejor. Eso nunca se sabe. Lo que s¨ª est¨¢ claro es que no hay un pol¨ªtico en Galicia que hubiera obtenido los resultados que obtuvo Fraga.
P. Fraga se ha ido de la vida pol¨ªtica sin un duro en el bolsillo, pero ha dejado una espesa red de relaciones entre el poder pol¨ªtico y la sociedad que conforma eso que todos conocemos como la Galicia clientelar. No s¨¦ c¨®mo ve usted este problema.
R. Mire, est¨¢ claro que lo que ha hecho Fraga ha sido la primera modernizaci¨®n de Galicia, y en eso los datos son inapelables. Y adem¨¢s creo que tambi¨¦n ha conseguido para Galicia un prestigio que antes no ten¨ªa. En cualquier caso, lo que es ins¨®lito es que, habiendo ganado las elecciones, en votos y esca?os, no se nos permitiera algo tan simple como habernos dejado gobernar...
P. Pero, ?usted cree, de verdad, que ¨¦sa era una decisi¨®n tan simple, que la izquierda le entregara de nuevo el poder a una derecha que lo hab¨ªa ocupado durante diecis¨¦is a?os?
R. Yo no digo que se nos entregara el poder, sino que lo ins¨®lito y lo injusto es que, con los resultados que obtuvimos, al PP ni siquiera se le hiciera una propuesta para dejarle gobernar. Simplemente dejarnos gobernar, en lugar de una coalici¨®n de perdedores que es la que est¨¢ gobernando ahora Galicia, aunque sea un gobierno leg¨ªtimo.
P. Creo que va a ser mejor que me aclare qu¨¦ har¨ªa con esa Galicia clientelar que han dejado ustedes.
R. Mire, aqu¨ª se han dicho muchas cosas de la Galicia clientelar que dicen que hemos dejado nosotros, pero lo cierto es que nosotros no tenemos el PER como tienen en Andaluc¨ªa, donde gobiernan los socialistas, ni tenemos el gobierno de las ciudades, donde est¨¢ el poder econ¨®mico. Probablemente, la Galicia clientelar a la que usted se refiere pudo ser una realidad hace unas d¨¦cadas, pero no en la actualidad. Que podamos tener alg¨²n dirigente que podr¨ªa respetar m¨¢s las formas, y algunos contenidos, es construir una imagen interesada de la Galicia rural, por ejemplo...
P. Donde el PP tiene su granero de votos m¨¢s seguro. D¨ªgame c¨®mo se explica que tantos alcaldes de peque?as ciudades hayan sido, o sigan siendo, empresarios de la construcci¨®n, por ejemplo.
R. No niego que haya un n¨²mero no muy grande de alcaldes que tengan esa caracter¨ªstica, pero es la excepci¨®n. Y le aseguro que los votantes del PP no han vivido de la Xunta.
P. Pero s¨ª de la econom¨ªa paralela que genera el poder pol¨ªtico. Adem¨¢s, el alma gallega tiende a la sumisi¨®n, a buscar el favor, en lugar de exigir un derecho. Me pregunto si usted ha optado por convivir con los poderes f¨¢cticos de su partido, o la defenestraci¨®n de Cacharro Pardo, el todopoderoso presidente de la Diputaci¨®n de Lugo, es un claro aviso para navegantes.
R. Voy a ser claro: yo creo que cuando una persona llega a un sitio, no llega para destruir; pero tampoco para que todo siga igual. Para m¨ª, la referencia b¨¢sica a la hora de tomar decisiones es la perspectiva de los resultados electorales, y tengo muy claro que en los lugares donde estemos perdiendo apoyo electoral, pues ah¨ª tenemos que cambiar. Y le aseguro que no voy a convivir ni un minuto con los poderes f¨¢cticos, porque no creo en ellos. Seguro que hay gente que ha tenido mucho peso en el partido, y yo a esa gente lo ¨²nico que les voy a pedir es que me ayuden, si quieren, aunque ya no vayan a estar en primera l¨ªnea. Y ¨¦ste es el caso de Cacharro Pardo. ?l ha aceptado deportivamente que la mayor¨ªa de la gente del partido en Lugo prefiera a Xose Manuel Barreiro y...
P. Pues sus declaraciones p¨²blicas no han sido muy deportivas que digamos. Y usted se lo quit¨® de en medio con una frialdad asombrosa, agarr¨¢ndose al respeto a los tribunales, a ra¨ªz de la investigaci¨®n sobre las contratas en monopolio, como a un clavo ardiendo. No tuvo usted ni una palabra apostando por su inocencia...
R. Yo creo que la decisi¨®n que se ha adoptado sobre ¨¦l en el partido no tiene relaci¨®n directa con las inspecciones de los llamados hombres de Harrelson que ha hecho el se?or fiscal de Lugo, que, por cierto, tiene a 80 o 90 cargos del PP imputados y a nadie del PSOE ni del Bloque, que parece que no ha habido nunca nada sospechoso en ellos. Y yo creo que ese expediente se va a sobreseer, porque todo lo que se ha hecho ha sido conforme a derecho. Cuesti¨®n distinta es que esa pr¨¢ctica en las contrataciones llevadas a cabo por la Diputaci¨®n de Lugo pudiera ser pol¨ªticamente aceptable... Pero, desde luego, yo aceptar¨¦ lo que dictaminen esos tribunales. Yo le he pedido a Cacharro Pardo que me ayude, y ¨¦l sabr¨¢ lo que quiere hacer. Lo ¨²nico que he hecho es apoyar la renovaci¨®n que ha propuesto la direcci¨®n provincial de mi partido. Le quiero reiterar, aunque usted no me crea, que yo s¨®lo intervengo cuando no hay unanimidad, y en el caso del relevo de Cacharro Pardo era un caso de inmensa mayor¨ªa a favor de ese relevo. Justamente lo contrario de lo que ha sucedido con Baltar, el presidente de la Diputaci¨®n de Ourense, al que apoya la mayor¨ªa del PP en la provincia. Lo siento, pero las cosas son as¨ª. No s¨¦ si lo entiende.
P. Entiendo perfectamente que usted no haya querido, o podido, prescindir de un poder f¨¢ctico que no ha tenido problemas con la justicia y adem¨¢s pasa por ser el gran empleador de la provincia. Lo que no s¨¦ es si le intimida, o no, sentir la presi¨®n, el aliento en el cogote, de esos poderes f¨¢cticos que usted conoce muy bien...
R. Le dir¨¦ sinceramente que a m¨ª no me preocupa que mi partido me acepte o no me acepte, porque si un d¨ªa no me acepta, me lo va a hacer saber, y ellos saben que conmigo no habr¨ªa nunca ning¨²n problema, nunca me prestar¨ªa a maniobras oscuras de resistencia. Pero yo no estoy dispuesto a ser un presidente asambleario, sino un presidente que toma decisiones responsablemente. Yo ya s¨¦ que tiene que haber gente que me est¨¢ observando, que se pregunta con cierta inquietud "vamos a ver qu¨¦ hace ¨¦ste". Y le digo con claridad que a m¨ª esos poderes f¨¢cticos a los que usted alude no me quitan el sue?o, ni tampoco me impedir¨ªan dormir en el caso de que me enviaran ese tipo de mensajes, que le puedo asegurar que no me han llegado. No le tengo miedo a los poderes f¨¢cticos de mi partido; s¨®lo tengo preocupaci¨®n por acertar en interpretar lo que la gente quiere; eso s¨ª que me preocupa.
P. No s¨¦ si est¨¢ en condiciones de asegurarme que est¨¢ dispuesto a sanear las candidaturas municipales del fraguismo, teniendo en cuenta que han sido siempre esos alcaldes de toda la vida los que les han garantizado un poder local que puede desplomarse si usted no se anda con cuidado.
R. Est¨¢ claro que lo que tenemos que hacer es medir mucho las cosas, medir los cambios que vayamos a hacer y medir lo que le interesa al partido y no lo que le interese a algunos dirigentes. Y lo que le interesa al partido es asegurarse los resultados electorales, la representaci¨®n en los Ayuntamientos; ser¨ªa absurdo negar eso. Yo soy plenamente consciente de que en las pr¨®ximas elecciones municipales el partido se la juega y yo me la juego m¨¢s todav¨ªa. Yo s¨¦ que si en las municipales sacamos un buen resultado ser¨¢ porque los alcaldes y los candidatos lo han hecho bien, y si los resultados son malos, es evidente que el presidente del partido, que se enfrenta a sus primeras elecciones, pues ser¨¢ el responsable de todo. Yo lo tengo muy claro: cambiaremos los candidatos all¨¢ donde los resultados no est¨¦n garantizados y no cambiaremos a aquellos candidatos que nos garanticen el mantenimiento del poder municipal, que entender¨¢ usted que ahora para nosotros es vital.
P. O sea, que si un alcalde de la vieja guardia fraguista le garantiza la alcald¨ªa, usted dejar¨ªa el relevo generacional para otro momento. Que no se juega con las cosas de comer, ?no?
R. ?Hombre, qu¨¦ cosas me dice usted! En fin... Est¨¢ claro que si hubiera un alcalde que es una m¨¢quina de ganar elecciones, no lo vamos a desperdiciar porque pertenezca a una generaci¨®n que a lo mejor ya no tendr¨ªa que estar en la pol¨ªtica. Yo estoy dispuesto a hacer cirug¨ªa siempre que sea necesario, no de forma caprichosa o irresponsable. Yo a los alcaldes del PP de toda la vida les dir¨ªa que no se olviden de que cada d¨ªa es m¨¢s dif¨ªcil ganar por mayor¨ªa absoluta, y que si no renuevan sus listas, la gente va a ver lo mismo de siempre y que la gente quiere candidatos que est¨¦n en sinton¨ªa con los nuevos tiempos. Le aseguro que tendr¨¢n que entender que vamos a hacer muchos cambios en las candidaturas y que a ellos no les va a quedar m¨¢s remedio que apoyarlas aunque ya no est¨¦n.
P. Pues ¨¢ndese a modi?o [con cuidado], no sea que tenga que acabar pidiendo escolta personal.
R. No la he pedido, de momento. Lo que le aseguro es que si hubiera una falta de sinton¨ªa entre mi voluntad de cambio y otras formas de pensar, pues tendr¨ªa que hablarlo con mis compa?eros de la direcci¨®n del partido. Y en cualquier caso, soy partidario de llevar a cabo el relevo generacional en las candidaturas, pero no tengo intenci¨®n de suicidarme ni creo que los cambios que yo tengo en la cabeza se puedan hacer en un a?o.
P. Mucha gente se pregunta eso: qu¨¦ tendr¨¢ usted en la cabeza. Y aunque, como buen gallego, ya se cuida de que no sepamos muy bien si sube o si baja, yo quisiera que se definiera respecto de las tendencias de su partido. Y si es usted claro, pues tanto mejor.
R. Mire, yo soy reh¨¦n de mis ra¨ªces. Nac¨ª en un pueblo muy peque?o, de familia muy humilde. Estudi¨¦ con becas. Creo en la iniciativa y en la competencia. Odio las etiquetas, los prejuicios. Para m¨ª es muy importante que una persona, cuando se desnuda, tenga las mismas oportunidades que cualquier otra y...
P. Y yo estoy intentando averiguar qu¨¦ es lo que le diferencia,si es que le diferencia, de personas de su partido como ?ngel Acebes. Por favor...
R. ?Je, je! Mire, creo sin pedanter¨ªa que cuando una persona llega a determinados lugares sin pedirlo, sin deberle nada a nadie, pues es una persona con una gran libertad de esp¨ªritu, como es mi caso. Pero, bueno, para responder claramente le dir¨¦ que si hay una cosa que no me gusta que me llamen es "conservador", sencillamente porque no lo soy, aunque soy una persona respetuosa con las creencias de los dem¨¢s.
P. Lo malo es que en eso del respeto vivimos "malos tiempos para la l¨ªrica". Pero es innegable que su particular posici¨®n a favor de los matrimonios gays le ha colocado en un inc¨®modo lugar frente a la intransigencia in¨²til de la direcci¨®n de su partido. ?Le preocupa?
R. No me preocupa situarme en una posici¨®n distinta a la direcci¨®n de mi partido en ese tema; se lo digo sinceramente. Yo asist¨ª a aquella boda, oficiada por el alcalde de Ourense, que tambi¨¦n es del PP, porque yo nunca le doy la espalda a un compa?ero de mi partido y ¨¦l me pidi¨® que lo apoyara. Y porque creo en los derechos civiles, a pesar de que la ley es una trampa hecha por un partido que se ha derechizado claramente, que ha ido abandonando las banderas de la izquierda. El PSOE ha buscado la divisi¨®n de la sociedad imponiendo el t¨¦rmino matrimonio.
P. No se busque usted la coartada en el lado enemigo, que es usted el que es un mal ejemplo dentro de un partido de orden como es el suyo. Usted, Ruiz-Gallard¨®n y algunos depravados m¨¢s van a acabar en el infierno.
R. ?No lo creo, no lo creo! Puede que haya personas en mi partido que no est¨¦n de acuerdo con mi posici¨®n, pero no se hunde el mundo por eso.
P. Seg¨²n se mire. De momento, usted, y otros como usted, le est¨¢n hundiendo el discurso moralista al PP y a los obispos. Por cierto, ?es cat¨®lico?
R. No creo que estemos causando tanto esc¨¢ndalo. Le dir¨¦ que soy cat¨®lico y que estoy en paz con mi conciencia, que es ante lo que tengo que responder. Por lo dem¨¢s, los obispos no est¨¢n en contra de los gays, ni la Iglesia ataca a...
P. Debe de ser que usted no va mucho a misa, porque lo que dicen algunos curas es terrible. Y, bueno, a Ruiz-Gallard¨®n le ha ca¨ªdo una buena. ?A usted le ha llamado al orden Rajoy?
R. Creo que exagera un poquito. Yo en mi partido no tengo capacidad de decidir nada, pero s¨ª para tomar una posici¨®n y ser coherente con ella. Creo que no se debe hacer pol¨ªtica con el sexo, con la libertad sexual de cada individuo, aunque soy consciente de que el PSOE ha provocado un problema innecesario. Le puedo asegurar que Rajoy no me dijo nada despu¨¦s de la boda de Ourense, ni yo esperaba que lo hiciese.
P. Para eso ya est¨¢n los obispos, que les han le¨ªdo la cartilla a los pol¨ªticos cat¨®licos como usted que van por libre.
R. Los obispos tienen su criterio y defienden sus posiciones. Y yo no tengo nada que a?adir porque yo no soy obispo. Los dirigentes cat¨®licos hacen lo que consideran oportuno y yo hago lo que considero oportuno, y me considero cat¨®lico antes y despu¨¦s de aquella boda. ?Por favor! ?C¨®mo nosotros nos vamos a otorgar el derecho a decidir sobre la uni¨®n de unas personas sea cual sea su identidad sexual? En cualquier caso, la Iglesia cat¨®lica... Creo que una confesi¨®n religiosa tiene que buscar el acercamiento a los problemas de la sociedad, pero no necesariamente tiene que supeditarse a los modernismos de esa sociedad. La Iglesia tiene que mantenerse en su posici¨®n, y es l¨®gico que le cueste comprender algunas incoherencias en las que podamos caer algunos pol¨ªticos cat¨®licos, igual que a m¨ª me cuesta, y me preocupa, no poder comprender algunas de las decisiones de la Iglesia.
P. Pues hay un arzobispo, monse?or Ca?izares, que se lo ha puesto realmente complicado. Porque ¨¦l sostiene que la autonom¨ªa y la autodeterminaci¨®n no son compatibles con la fe cristiana, y usted se ha lanzado a un idilio pol¨ªtico con Anxo Quintana que me tiene desconcertada. ?Acabar¨¢ en boda?
R. Vamos por partes: mire, yo no le voy a quitar a la Iglesia su derecho a opinar sobre todo lo que le parezca oportuno, igual que lo puede hacer cualquier organizaci¨®n no gubernamental. Y dicho esto, el arzobispo Ca?izares debe saber lo que ha dicho y por qu¨¦ lo ha dicho. Lo que yo s¨ª digo es que las pol¨ªticas que en este momento se est¨¢n llevando cabo sobre las autonom¨ªas son unas pol¨ªticas que est¨¢n a favor del privilegio y la desigualdad, y yo creo que eso es lo que ha debido de querer decir monse?or Ca?izares. En cuanto a si va a haber boda entre Quintana y yo. No lo s¨¦. Ambos militamos en partidos muy distintos, porque ¨¦l es nacionalista y yo soy galleguista, aunque precisamente a partir de esas dos identidades podemos lograr acuerdos. ?Si hay boda o no hay boda? Yo creo que ser¨ªa bueno que la hubiera si eso beneficia a los intereses de los gallegos.
P. Es estupendo que el PP y el Bloque se pongan de acuerdo en cuanto a las reivindicaciones financieras de Galicia. Pero mucho me temo que aqu¨ª el que va a pagar la boda va a ser el PSOE, o sea, los Presupuestos Generales del Estado. Y el presidente Touri?o se va a quedar de malo de la pel¨ªcula. ?Qu¨¦ f¨¢cil!, ?no?
R. Pero, ?si lo que pedimos es mucho menos de lo que ped¨ªan los socialistas cuando estaban en la oposici¨®n! En principio vamos a tener un porcentaje sobre el Presupuesto, pero s¨®lo sobre las "inversiones territorializadas". Eso que se lo expliquen los socialistas a los gallegos porque yo no tengo el valor de explic¨¢rselo. El PSOE tiene varias varas de medir, seg¨²n sea la autonom¨ªa de Catalu?a, o de Andaluc¨ªa, que son sus protegidas, o la de Galicia, que para ellos ni siquiera est¨¢ en los niveles de lo financieramente estimable. ?Si hasta los del Bloque se han dado cuenta de que esto es algo que no se puede comprar!
P. Lo que yo le quer¨ªa plantear es si esta sinton¨ªa reivindicativa entre el PP y el BNG contra la racaner¨ªa de Touri?o, apresado por la dependencia del Gobierno de Madrid, no tiene aquel aroma a?ejo de la pinza que llevaron a cabo Anguita y Aznar.
R. ?No, no! Nosotros no estamos en ninguna pinza con el Bloque, sino en lograr acuerdos que beneficien a Galicia y que la gente lo pueda entender, que no sea un planteamiento gaseoso. Es muy simple: nosotros no queremos m¨¢s de lo que otros tengan, pero tampoco aceptaremos menos.
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