La cara rom¨¢ntica de la ciencia
A un joven que quisiera estudiar Biolog¨ªa le dir¨ªa: "Adelante, en Espa?a estamos en el mejor momento. La biotecnolog¨ªa es un sector con futuro". Entusiasmo no le falta a Cristina Garmendia. Ni ganas de volcarse en proyectos atrevidos. Como cuando, en 1998, tuvo la "idea rom¨¢ntica" de crear una empresa privada en el coraz¨®n del sector p¨²blico. Ahora es presidenta y consejera delegada de Genetrix, grupo de referencia en la promoci¨®n de iniciativas empresariales en el ¨¢mbito biofarmac¨¦utico. A sus 44 a?os, esta doctora en Biolog¨ªa de San Sebasti¨¢n gu¨ªa la primera empresa nacida en el entorno del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), apuesta por el potencial terap¨¦utico de las c¨¦lulas madre y cree que Espa?a est¨¢ a punto de despegar en el sector de la biotecnolog¨ªa.
"La biotecnolog¨ªa es un sector de futuro. A un joven que quisiera estudiar Biolog¨ªa le dir¨ªa que se anime, es el mejor momento"
"Cuando un investigador est¨¢ cerca del paciente y ve el resultado concreto de su trabajo, cambia radicalmente su forma de pensar"
Ante todo, intuici¨®n, y el convencimiento de que la ciencia y los negocios no tienen por qu¨¦ estar re?idos. "A finales de los noventa empec¨¦ a darme cuenta de que nuestros cient¨ªficos ten¨ªan proyectos excelentes que, como mucho, desembocaban en una buena publicaci¨®n", recuerda Garmendia. Sin embargo, para desarrollar estas investigaciones con ensayos cl¨ªnicos hac¨ªan falta infraestructuras. "Ya que hay un sistema p¨²blico con un I+D tan potente, pensamos que la oportunidad consist¨ªa en aprovecharlo". As¨ª fue. Y con el apoyo del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa, y tras haber levantado 20 millones de euros, Genetrix trabaja desde 2001 intentando traducir los logros de las investigaciones con c¨¦lulas madre, prote¨ªnas y anticuerpos, a resultados terap¨¦uticos reales.
"La clave est¨¢ en acudir a peque?os nichos de mercado aportando una idea innovadora. Por ejemplo, utilizar las c¨¦lulas como medicamento", cuenta con serenidad, sentada en un sill¨®n de la cafeter¨ªa del madrile?o hotel Villa Magna. Un caso concreto: la epiderm¨®lisis bullosa es una enfermedad que inhibe la producci¨®n de col¨¢geno 7, el pegamento que mantiene intacta la piel. Sin ¨¦l, la piel se despega. "Es una enfermedad terrible que todav¨ªa no tiene cura. A trav¨¦s de una prueba sobre un paciente, hemos visto que, gracias a las c¨¦lulas de un donante, es posible proveer de ese col¨¢geno a la piel que no la tiene. En octubre esperamos hacer un ensayo cl¨ªnico con 12 pacientes. Si funciona, estaremos contribuyendo a resolver esta patolog¨ªa". ?ste es el sentido de la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre, para Garmendia. El conflicto ¨¦tico no le preocupa, porque adem¨¢s, recuerda, la controversia viene del origen de las c¨¦lulas. "Nosotros trabajamos con c¨¦lulas madre adultas, porque todos los ensayos que hemos hecho nos dicen que son m¨¢s seguras. La utilizaci¨®n de las c¨¦lulas embrionarias -que son las que crean pol¨¦mica- por lo que sabemos, no da esa garant¨ªa. El objetivo de nuestras empresas es sacar el m¨¢ximo rendimiento a las adultas".
M¨¢s investigaci¨®n
Las condiciones de trabajo en el ¨¢mbito cient¨ªfico han cambiado en estos ¨²ltimos a?os, seg¨²n dice: "Uno de los problemas de este sector en Espa?a ha sido siempre la falta de fondos", aunque ahora, apunta, se vive "un buen momento para potenciar la investigaci¨®n". El compromiso del Gobierno -fijado en el Plan Ingenio- prev¨¦ una inversi¨®n en investigaci¨®n, desarrollo e innovaci¨®n del 1,5% del PIB en 2007 y el 2% en 2010. Esto, en su opini¨®n, provocar¨¢ un cambio: "Cuando la ciencia est¨¢ y las posibilidades est¨¢n, s¨®lo faltan el dinero y el equipo".
Garmendia sonr¨ªe cuando habla de su trabajo. "Es por la suerte de hacer algo que te apasiona y emociona; que se acaba convirtiendo en una filosof¨ªa de vida". ?Lo m¨¢s fascinante? "Todo lo que me han aportado las distintas aproximaciones culturales del equipo de Genetrix, en el que conviven un alem¨¢n, un indio, un italiano, un ingl¨¦s...". Sin embargo, la verdadera raz¨®n de ser de una investigaci¨®n va m¨¢s all¨¢: "Al cient¨ªfico le conmueve poder trabajar con asociaciones de pacientes, con administraciones p¨²blicas, y crear un impacto en un entorno amplio". Adem¨¢s, convertir una investigaci¨®n acad¨¦mica en un ¨¦xito en el ¨¢mbito cl¨ªnico supone una revoluci¨®n: "Cuando un investigador que est¨¢ acostumbrado a hacer planteamientos cient¨ªficos interesantes desde un punto de vista intelectual est¨¢ cerca del paciente y ve el resultado concreto de sus esfuerzos, cambia radicalmente su manera de pensar".
Mujer, empresaria de ¨¦xito, con dos hijos de 9 y 11 a?os, Garmendia no tiene complejos. "Nunca me he sentido medida por ser mujer. Trato de organizarme para poder estar con mis hijos, pero tambi¨¦n se lo pido a mi marido". La clave, asegura, consiste en transmitir a las personas que te rodean el sentido de esa pasi¨®n: "Si tus hijos entienden a lo que te dedicas, y les parece bien que inviertas tanto tiempo en el trabajo, tendr¨¢n unos par¨¢metros m¨¢s claros sobre c¨®mo se puede vivir de m¨¢s o menos felices".
As¨ª se cri¨® Garmendia, y as¨ª quiere seguir viviendo: "Mi padre, que naci¨® en 1915, me inculc¨® la importancia de que fuera una profesional independiente. Quer¨ªa que tuviera la posibilidad de elegir lo que me gusta, y esto tambi¨¦n constituye una fuente de felicidad". Y ella ha encontrado el manantial de felicidad en la biotecnolog¨ªa y en el deseo de crecer: "Cuando tienes 30 a?os te comes el mundo. Pero ahora es m¨¢s importante trabajar en el crecimiento personal y profesional, algo que te hace invulnerable a los avatares de la vida".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.