Un premio muy merecido
Pedro de la Rosa corr¨ªa el riesgo de salir de la f¨®rmula 1 sin haberse subido al podio. Y habr¨ªa sido una injusticia. Un piloto de su calidad, que hab¨ªa demostrado ser un campe¨®n en todas las categor¨ªas inferiores en las que compiti¨®, no pod¨ªa quedarse en blanco en su paso por la m¨¢xima categor¨ªa del automovilismo mundial. Su segunda posici¨®n de ayer y, por tanto, su primer podio, le compensa por todos los esfuerzos que ha estado realizando en toda su carrera hasta llegar a lo m¨¢s alto. Y le abre las puertas no s¨®lo para poder disputar las pr¨®ximas dos carreras sino, posiblemente, para aspirar a tener un volante el a?o que viene, ya sea en McLaren junto a Fernando Alonso, ya sea en alguna otra escuder¨ªa.
Hace muchos a?os que sigo la carrera de De la Rosa y muchas veces intent¨¦ ayudarle cuando ¨¦l atravesaba situaciones dif¨ªciles, sobre todo en sus primeros a?os en la F-1, cuando pas¨® por Arrows, y despu¨¦s incluso le ofrec¨ª un volante en Prost, porque le hab¨ªan echado. ?l decidi¨® irse finalmente a Jaguar, pero tampoco all¨ª encontr¨® el b¨®lido que necesitaba para poder mostrar todo su potencial de pilotaje. Ya desde que entr¨® en la F-1 en 1999 demostr¨® su agresividad, consiguiendo un punto en su primera carrera en Australia, algo que muy pocos pilotos han logrado. Y despu¨¦s, prosigui¨® su camino en la zona media baja de la parrilla, siempre metido en escuder¨ªas con problemas que no pod¨ªan ofrecerle lo que ¨¦l necesitaba.
Por ello opt¨® finalmente por aceptar la oferta de McLaren Mercedes para ser piloto de pruebas, cuando su etapa como piloto oficial en Jaguar concluy¨® en 2002 con el equipo pr¨¢cticamente en la bancarrota. Hasta entonces, De la Rosa hab¨ªa conseguido 6 puntos y disputado 63 grandes premios. Pero en 2005, una lesi¨®n en el hombro de Juan Pablo Montoya le abri¨® las puertas de McLaren para poder correr de nuevo en la F-1 en el Gran Premio de Bahrein. Y realiz¨® una carrera impresionante, con adelantamientos, salidas de pista y una agresividad que le convirti¨® en protagonista y le llev¨® a lograr su mejor resultado, desde Italia 2001 (Jaguar): un quinto puesto.
En 2005, sin embargo, De la Rosa se consolid¨® como un gran piloto de pruebas y tuvo ocasi¨®n de demostrar que era muy r¨¢pido los viernes, cuando pod¨ªa correr como tercer piloto del equipo. Ron Dennis comenz¨® entonces a creer realmente en ¨¦l. Y cuando esta temporada, antes del Gran Premio de Francia, Juan Pablo Montoya anunci¨® que se iba a la Nascar en 2007, Dennis aprovech¨® la situaci¨®n para desprenderse de un piloto con quien no conf¨ªaba y dar su volante a De la Rosa. No se equivoc¨®. Pero con su s¨¦ptimo puesto en Francia y su abandono en la segunda vuelta en Alemania por problemas mec¨¢nicos, pod¨ªan surgir algunas dudas.
Ayer, Pedro las disip¨® todas. Realiz¨® una carrera inteligente. Aceler¨® cuando tocaba hacerlo, mantuvo su tercera posici¨®n en la salida, realiz¨® adelantamientos de mucho m¨¦rito ante Barrichello y Michael Schumacher. Y concluy¨® en una segunda posici¨®n que le abre las puertas a las pr¨®ximas dos carreras. Su buena carrera puede parangonearse con la de Fernando Alonso, con quien compartir¨¢ equipo el pr¨®ximo a?o en McLaren como piloto oficial o como piloto de pruebas, a quien s¨®lo un problema mec¨¢nico acab¨® frenando cuando era ya l¨ªder incuestionable, y a la de un Jenson Button a quien, por fin, Honda ofreci¨® un coche y un equipo ganador. Y puede contrastarse tambi¨¦n con el p¨¦simo resultado -salida de pista y abandono con 18 vueltas- de Giancarlo Fisichella.
De la Rosa hizo lo que deb¨ªa y obtuvo el premio por el que hab¨ªa estado luchando toda su vida: un podio en la F-1. Su palmar¨¦s brillar¨¢ con eso. Y, cuidado, porque su historia no ha concluido todav¨ªa.
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