Frente al fuego del Finisterre

Javier Santos no pudo celebrar ayer el vig¨¦simo cumplea?os de su hijo. Este vizca¨ªno de 50 a?os es uno de los siete bomberos voluntarios que partieron ayer desde Bilbao hacia Pontevedra para ayudar a sofocar los incendios forestales que est¨¢n devastando Galicia los ¨²ltimos d¨ªas. Permanecer¨¢n all¨ª hasta el domingo, cuando, previsiblemente, ser¨¢n relevados por otro ret¨¦n de profesionels. No saben ni el lugar en que van a actuar ni lo que se van a encontrar. Tampoco les importa demasiado. S¨®lo quieren ayudar.

"No somos h¨¦roes ni nada por el estilo", aclara Santos mientras vac¨ªa en el parque de bomberos de Gallerano, en Bilbao, uno de los dos autotanques que llevar¨¢n a Galicia. "Hay que ir lo m¨¢s ligeritos de peso posible", explica. Por delante ten¨ªan entre 10 y 12 horas de viaje por carretera, y la incertidumbre de ver qu¨¦ se iban a encontrar al llegar a Galicia. "Es algo habitual en nuestro trabajo. Cada incendio y cada situaci¨®n es diferente. Lo ¨²nico que sabemos es que tienen muchos frentes abiertos y que no dan abasto con todo", agrega.

"Todo ha sido muy r¨¢pido", contaba ayer a algunos periodistas Txema, otro de los voluntarios. El martes por la noche, la Xunta pidi¨® ayuda a otras comunidades aut¨®nomas, desbordada por el desarrollo de los siniestros. Cuando se consult¨® con los bomberos de Bilbao dos retenes completos de siete personas cada uno se presentaron voluntarios. "No te lo piensas ni un momento, sabes que necesitan tu ayuda", declara Santos.

Quienes peor lo llevan son sus familiares. "Te dicen que tengas cuidado. Tienen miedo de que te pase algo por lo que ven en televisi¨®n", repiten. Ellos reconocen que cuando se entran en un bosque incendiado no tienen tiempo para pensar en nada. "Lo ¨²nico que tienes en la cabeza es sofocar el fuego", sentencia Txema.

No es la primera vez que acuden a Galicia. Cuando se produjo la cat¨¢strofe del Prestige en noviembre de 2003, estos dos profesionales ayudaron en las tareas de limpieza del chapapote. Ambos tienen claro que se trata de solidarizarse con compa?eros de otros lugares y, sobre todo, con los ciudadanos. "Es tambi¨¦n el momento de devolver el favor que los bomberos gallegos, entre otros, le hicieron al pueblo de Bilbao durante las inundaciones de 1983", apostilla Eusebio Cabo Goikuria, sargento del parque de Garellano.

El ret¨¦n que parti¨® ayer lo completan, adem¨¢s de los dos autotanques de 8.500 litros de capacidad cada uno, un todoterreno, material espec¨ªfico para la extinci¨®n de incendios forestales y equipos de protecci¨®n personal por si el fuego llega a los pueblos.

Tambi¨¦n en la ma?ana de ayer partieron desde Vitoria hacia Lugo otros ocho bomberos voluntarios. A diferencia de sus compa?eros de Bilbao, permanecer¨¢n all¨ª al menos una semana. Otros 14 profesionales de la Diputaci¨®n de Vizcaya ten¨ªan previsto partir anoche o a primera hora de hoy a tierras gallegas. Este ¨²ltimo contingente est¨¢ formado por cuatro todoterrenos, dos autobombas de 8.500 litros de agua cada una y dos autobombas forestales de 4.000 litros. Desde Guip¨²zcoa partir¨¢n tambi¨¦n siete bomberos y cinco guardas forestales, que trabajar¨¢n de forma conjunta con la expedici¨®n de la Diputaci¨®n vizca¨ªna.

Los bomberos que part¨ªan ayer del parque de Garellano son conscientes de que, adem¨¢s de realizar su trabajo, deber¨¢n tratar de tranquilizar a mucha gente que lleva d¨ªas conviviendo con el fuego. Marchan "con mucho ¨¢nimo". Sobre los posibles autores de los incendios no quieren especular nada. No es su trabajo, aseguran. Tampoco hablan de la actuaci¨®n de las autoridades. "Lo ¨²nico que no es cre¨ªble es ver a un pol¨ªtico haciendo que apaga un fuego con una manguera insignificante", comentaba alguno de ellos.